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Inquietud creciente en España ¿dónde está el dinero?

Francisco Rubiales
Francisco Rubiales

Publica la prensa que los españoles pagamos en 2014 y 2015 mas impuestos que nunca antes en la Historia y que los ingresos del Estado han crecido mucho porque el consumo se ha disparado, junto con los ingresos por impuestos indirectos e IVA. Si a esa enorme masa de dinero se suma todo lo que el gobierno está pidiendo a los mercados, mucho mas que Zapatero en sus peores tiempos, y la inmensa cantidad de dinero que el Estado se ahorra con los recortes que se han practicado en Sanidad, Educación, protección a los discapacitados, desempleados y desprotegidos, muchos españoles se preguntan con toda razón: ¿Dónde está el dinero?

Tengo un amigo alemán, profesor universitario de derecho económico, que siempre se muestra sorprendido ante lo que él llama «el misterio de España», según el cual el gobierno español debería ser el mas rico de Europa porque recibe enormes masas de dinero procedente de los impuestos indirectos al consumo en un país donde además de los españoles consumen y pagan más de sesenta millones de turistas. La tesis que defiende el profesor, en crudo, es que nadie se explica donde está todo ese dinero que el Estado español recibe, que debería ser suficiente para sufragar todos los gastos causados por la sanidad, la educación y muchos servicios públicos y que, al mismo tiempo, deberían convertir a España en el país con las finanzas públicas mas sanas de toda Europa.

La excusa de los políticos es que «no hay dinero», pero nadie se explica el misterio porque España se endeuda de manera enloquecida en los mercados y los ingresos de Hacienda crecen porque los impuestos son terribles y el consumo se ha disparado.

La tesis concluye que en España hay dos «vías» corruptas que hacen que ese abundante dinero s e esfume: la corrupción y el enorme gasto de un Estado que tiene que mantener a demasiados políticos (más que Alemania, Francia e Inglaterra juntos) e instituciones, más de los que el país necesita: diecisiete gobiernos autonómicos, parlamentos, diputaciones, ayuntamientos y miles de empresas publicas e instituciones totalmente innecesarias, creadas sin otro fin que el de colocar a los amigos y enchufados.

Y, sin embargo, el gobierno de España, a pesar de esa lluvia de impuestos y del rio de riqueza que recibe, se endeuda cada día más y es incapaz de neutralizar un déficit público que agobia a toda Europa. Inexplicablemente, se cierran camas de hospitales, no se cubren las bajas del personal médico, los maestros y profesores escasean, hay miles de impedidos sin ayuda y los recortes lo invaden todo. La excusa de los políticos es que «no hay dinero», pero nadie se explica el misterio porque España se endeuda de manera enloquecida en los mercados y los ingresos de Hacienda crecen porque los impuestos son terribles y el consumo se ha disparado.

La gran pregunta en España es ¿Dónde está todo ese dinero público que llueve, procedente de los créditos internacionales y, sobre todo, de los impuestos, que son de los más altos y desproporcionados de Europa?

En España falta transparencia y, sobre todo, información a los ciudadanos. Los medios están politizados y los partidos están acostumbrados a la opacidad.

A muchos no les salen las cuentas porque el gobierno debería nadar en la abundancia y sin embargo sigue pidiendo dinero en los mercados y afirmando que carece de recursos. Es todo un misterio. España cada vez recorta mas sus gastos en servicios básicos y prestaciones sociales, recauda mas, se endeuda de manera endiablada, cobra impuestos cada vez mas elevados y, gracias al hundimiento de los tipos y de la prima de riesgo, se ahorra decenas de miles de millones en el pago de intereses.

El gobierno de Mariano Rajoy ha pedido a los mercados mas de cien mil millones de euros cada año y la deuda exterior de España ya supera el billón de euros, una pesada carga para las generaciones futuras. Ante esa avalancha de dinero, muchos analistas y observadores se preguntan donde han ido a parar tantos euros, si los impuestos también han subido de manera insoportable y los servicios mas costosos han sido recortados. Nadie se lo explica.

En teoría, el Estado debería estar nadando en la abundancia porque los impuestos han crecido como la espuma, sobre todo los indirectos, mientras que los servicios públicos y las prestaciones sociales han sufrido recortes dramáticos. Si a eso se agrega que el gobierno se está endeudando a un ritmo de vértigo, el dinero debería estar rebosando las arcas públicas. Sin embargo, no es así.

Casi se han paralizado las obras de infraestructuras, las inversiones en investigación y ciencia están hundidas, se gasta menos en Sanidad, en Educación y en protección de los débiles. Afirman que ni siquiera se están cubriendo las plazas de los empleados públicos que se jubilan. Entonces, ¿donde está el dinero?

En España, país líder mundial en opacidad, donde ni siquiera se entiende la factura eléctrica, ¿Cómo van a conocer los ciudadanos donde está o que se hace con el dinero que ingresa en las arcas del Estado?

Cada día son mas los economistas y expertos que no se explican que está pasando. Ni siquiera se está frenando la terrible deuda pública, que no para de crecer. Por el momento, la situación es inexplicable, pero pronto, si no se explica el fenómeno con claridad, se tornará sospechosa y tal vez aparezcan muchos expertos que piensan como mi amigo alemán, con acusaciones de corrupción y de robo masivo.

En España falta transparencia y, sobre todo, información a los ciudadanos. Los medios están politizados y los partidos están acostumbrados a la opacidad. Las protestas ciudadanas ante tanta corrupción no han logrado cambiar nada porque los políticos se niegan a regenerar el sistema, que está cada día mas podrido. Solo aplican pomadas superficiales, pura cosmética para evitar los cambios.

La democracia exige transparencia e información veraz y abundante proporcionada a la sociedad por una prensa libre para que los ciudadanos puedan adoptar las decisiones correctas, pero así no funciona el sistema español, que compra medios de comunicación y voluntades, con partidos que tienen demasiado poder, con políticos que carecen de propósito de enmienda, con partidos político que desconocen la democracia, un sistema oscuro, parcial, arbitrario, opaco, sin sociedad civil y con unos ciudadanos manipulados y confundidos, que han sido marginados por los grandes poderes y expulsados de los procesos de toma de decisiones.

¿Donde están los dineros que entran a chorros en el Estado? Nadie parece saber responder a esa pregunta.

En España, país líder mundial en opacidad, donde ni siquiera se entiende la factura eléctrica, ¿Cómo van a conocer los ciudadanos donde está o que se hace con el dinero que ingresa en las arcas del Estado?

España es el país de Europa que se ha endeudado mas velozmente en los últimos años. El ritmo que ha impuesto Rajoy es brutal, pero también han despilfarrado Zapatero y los demás regidores de la mal llamada «democracia» española, un sistema blindado, generoso solo para los políticos, ajeno al ciudadano y sin controles ni frenos suficientes para garantizar la decencia e impedir el abuso de poder.

A la España falsamente democrática debería darle vergüenza el dato de que al morir el general Franco, España era, junto con Luxemburgo, el país menos endeudado de toda Europa.

¿Donde están los dineros que entran a chorros en el Estado? Nadie parece saber responder a esa pregunta

En España, la regeneración no es una opción sino una medida de salud pública imprescindible.