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Jefe lobo

Clara Guzman
Clara Guzmán

Hasta ahora sólo conocía al hermano lobo (en sus modalidades franciscana y satírica), al hombre lobo en París (¡auuuuuuuuu…!),  al lobo de mar, al lobo estepario y que el hombre es un lobo para el hombre, que dijo Hobbes. Pero esto son ya palabras mayores y de lo que estamos hablando es del libro “Esta empresa es un zoo”, que ha escrito José Manuel Muriel, señor curtido en estas lides. En las empresariales, me refiero.

Resulta que en su obra compara los distintos animales con la fauna laboral. Dice que los hay depredadores, como el cocodrilo, la serpiente o la hiena; neutros, como el avestruz, el loro o el mono y poderosos, como el león, el lobo y el oso. El autor se proclama lobo, no sabemos si porque el autor no tiene abuela loba o porque realmente sólo ataca cuando defiende a su manada.

Decía Chéjov que para escribir hay que vivir y hombre, el señor Muriel confiesa que ha vivido, sobre todo empresarialmente. Ha tocado todos los palos. Ha dirigido desde una empresa del sector lácteo o de ingeniería hasta un periódico, no sé si porque los periodistas somos la leche o motores a reacción.

La obra “Esta empresa es un zoo” ha conseguido lo que siempre inculco a mis alumnos y no siempre lo consigo: ejercer el desfasado deporte de reflexionar. Ya saben que flexiones hacemos y de las más variopintas. Algunas, incluso, con grave riesgo físico. Todo por mantener el tipo. Pero reflexionar, que reflexione Rita.

[blockquote style=»1″]Dice que los hay depredadores, como el cocodrilo, la serpiente o la hiena; neutros, como el avestruz, el loro o el mono y poderosos, como el león, el lobo y el oso. El autor se proclama lobo, no sabemos si porque el autor no tiene abuela loba o porque realmente sólo ataca cuando defiende a su manada.[/blockquote]

Por eso no quepo en mí de gozo al poner a trabajar como autónomas a mis neuronas una vez leídas varias entrevistas sobre esta interesante y original obra.

A saber: ¿Cuánto de rentable sería para una empresa el hecho de que toda la plantilla estuviera integrada por cerdos?  Cerdo en el sentido animal,  por seguir con el paralelismo, porque el cerdo es una criatura limpia como los chorros del oro. Me refiero a esa verdad como un templo de que del cerdo se aprovecha todo. Si se echan números sería mucho más productivo para una empresa emplear a este tipo de trabajador que, un poner, a pavos reales, ratas (porque de todos es conocido cómo actúan estos bichejos cuando las cuentas no cuadran) a palomas que luego se convierten en gavilanes, a tiburones o a sabandijas. Evidentemente, serían la hez de la tierra y no creo que el señor Muriel haya pensado en ellas ni para contratarlas, ni mucho menos para incluirlas en un libro lleno de alegres ilustraciones.

Siguiendo con las reflexiones, me he preguntado: ¿Y si algún trabajador que accede a la empresa como, qué digo yo, un oso, incluso amoroso, siguiendo el paralelismo de la obra de marras, y de pronto se convierte en un capullo y del capullo sale una colorida mariposa? Hombre, tampoco voy a decir que sale un asqueroso insecto porque entonces estaría plagiando a Kafka y en este medio somos muy originales.

Pero, por continuar con mi análisis: ¿Puede una trabajadora ser una loba? No, no es que servidora quiera reivindicar el género. No, simplemente porque he leído de la importancia de la loba alfa en las manadas, sin olvidarme de la que amamantó a Rómulo y Remo sin necesidad de exhibir a las criaturas en el Congreso. Antes la gente era mucho más discreta. He buscado pero no he encontrado referencias a la loba en el organigrama empresarial. De loba sólo he encontrado la letra de la copla de Marifé de Triana.

[blockquote style=»1″]¿Cuánto de rentable sería para una empresa el hecho de que toda la plantilla estuviera integrada por cerdos?[/blockquote]

De todas formas, ya me he quedado con la copla y voy a ver si en la biblioteca Infanta Elena de Sevilla, que funciona tan bien que no parece pública, han decidido adquirir algún ejemplar de “Esta empresa es un zoo”, editado por ESIC, para tomar apuntes y saberme regir a la hora de contratar mano de obra. No las tengo todas conmigo. Resulta que rechazaron incluir en sus fondos “Ambiciones y reflexiones”, de Belén Esteban, porque, según me argumentaron, cuentan con un presupuesto bastante reducido, siendo como fue uno de los libros más vendidos en su momento.  A veces estas bibliotecas públicas son demasiado selectivas. ¿Qué animales de su zoo las dirigirán, señor Muriel?