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John Fante a los ojos de Eduardo  Margaretto

La historia de “chocalate” guarda un cierto paralelismo con la del escritor, poeta y activista cultural Eduardo Margaretto.

El cineasta sueco, Lasse Hallström, filmó en el año 2000, la historia de una joven madre que junto a su hija pequeña  se establecían en un pequeño pueblo de la Francia profunda y rural. Allí, en ese lugar abandonado en los albores del tiempo, conservador y tradicional, en un día en que los vientos del norte soplaban con intensidad, aparecieron de la nada para montar un pequeño negocio, concretamente, una pastelería de chocolate. La protagonista de la película, Vianne Rocher, interpretada por la guapísima y fabulosa actriz Juliette Binoche, tenía un don especial, una empatía extraordinaria. Pero, sobre todo, conocía los secretos y efectos de las especies y condimentos para transformar el carácter de la gente. Con sus recetas mágicas de chocolate transformó la vida de aquella villa anclada en el tiempo. Por cierto, antes que se me olvide, la película se llamaba “chocolate”.

 

La historia de “chocalate” guarda un cierto paralelismo con la del escritor, poeta y activista cultural Eduardo Margaretto (Valencia 1963), quien apareció un día de invierno sin preguntar y se estableció en una pequeña ciudad  hija de la Ilustración, situada enfrente de la bahía de los Alfaques, Sant Carles de la Ràpita.

 

No sé sabe si ese día los aires del norte, los vientos del sur, los del este o los de poniente soplaban con intensidad manifiesta. Pero, lo cierto, es que algo cambió. A partir de entonces, en la taberna “dels Porxes” situada en la Plaza Carlos III de esa ciudad, local donde asiduamente frecuenta el escritor y traductor Margaretto, no sólo se habla de futbol sino también de letras. Con sus palabras transforma a los clientes, con sus versos genera un ambiente mágico, con su esencia la gente recita, escucha y lee poesía, con su prosa se habla de literatura, con su don y de la misma forma especial que lo hacía Vianne Rocher en la película, “chocolate”,  transforma los ambientes y los espíritus  de tabernas, cafeterías y bares.

 

Entre las obras de Eduardo Margaretto destacan, sobre todo, la elaboración de biografías estupendas, dignas de ser leídas con tranquilidad y reflexión. Biografías elaboradas con tiempo y dedicación como las de los cantantes Franco Battiato y Elvis Costelo.

 

Así como su última biografía publicada por la editorial Alrevés, dedicada al escritor italiano-americano, miembro de la corriente literaria actualmente denominada “Realismo sucio” derivación del minimalismo y gran desconocido en nuestro país, John Fante, cuyo máximo exponente de esta corriente es el gran y magnifico escritor norteamericano, Henry Charles Bukowski.

Lo cierto, que leyendo “Vida y obra de John Fante, como un soneto sin estrambote”, te das cuenta que no sólo el escritor austriaco, Stefan Zweig, domina el arte de las biografías, sino que hay muchos escritores alrededor nuestro que escriben verdaderas obras de arte y de una calidad exquisita sobre este género literario. Obras que pasan desapercibas para el gran público y solamente son consumidas y deleitadas por una minoría de lectores. Pero, esto no es de extrañar, en un país donde la única preocupación es que equipo de futbol va ganar la liga, donde sus fiestas son sanguinarias, sus poetas duermen en la cunetas y los dictadores en mausoleos.