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José Mª Calero, primera entrevista

El abogado José Mª Calero concede sus primeras declaraciones tras el proceso seguido contra Ruiz de Lopera del que quedó absuelto.

El abogado José María Calero Martínez (Ciudad Real, 1961) fue destinado a la Fiscalía de Huelva en 1988, tras aprobar las oposiciones a la carrera fiscal, después de sacar la licenciatura de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Tras un breve paso por Pisa (Italia) entre 1992 y 93, Calero se integró en la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Sevilla, a las órdenes de Alfredo Flores Pérez. Junto a Javier Ronda (periodista de Canal Sur), Calero publicó en 2000 el ‘Manual de Periodismo Judicial’, guía de trabajo para los profesionales de Comunicación que se ocupaban de la información de tribunales.

En julio de 2007, Calero pidió excedencia voluntaria de la carrera fiscal para integrarse en el bufete sevillano Montero-Aramburu,  

donde lanzó el Departamento de Derecho Penal -junto al propio Alfredo Flores- para, prácticamente de inmediato, comenzar su participación en casos de tanta relevancia como la acusación penal de varias asociaciones béticas y del propio Real Betis Balompié contra su ex máximo accionista, Manuel Ruiz de Lopera. Entre 2007-15, Calero cargó con el peso de defender a Lopera en la dura instrucción firmada por la jueza Mercedes Alaya. 

En agosto de 2015, Calero abandonó sus tareas en Montero-Aramburu para pasar a fundar un despacho propio: ‘Calero Martínez Abogados Penalistas´’.

No siguió con la defensa material de Lopera (absuelto en marzo de 2018), para quien la Fiscalía, entonces, ya había reducido al mínimo las peticiones penales. Pero José María Calero sí continuó integrado en las defensas de casos tan importantes como el llamado ‘Caso Gürtel’… cuya sentencia acarreó, en junio pasado, el fin del último Gobierno del PP de Mariano Rajoy. Calero ha escrito artículos para ‘El Mundo del Siglo XXI’, ‘El País’, ‘El Español’ o ‘Diario de Sevilla’ y es miembro fundador de la Unión Española de Abogados Penalistas (UEAP). Su principal causa y motivación en estos momentos pasa por defender la objetividad e integridad del procedimiento penal. José María Calero concedió esta entrevista exclusiva a ‘ConfidencialAndaluz’. Alejandro Delmás Infante.

Calero: » Que el objetivo era quitarle a un ciudadano lo que era suyo…es una

hipótesis confirmada»

 

P- ¿Cuándo puede cifrar el comienzo su actividad profesional a alto nivel jurídico, como fiscal -hoy en excedencia-, usted, que ya trabajó junto a Alfredo Flores en la Audiencia Provincial de Sevilla? ¿Qué ha sido lo más importante, tanto como fiscal y como abogado… su actividad en los Casos de Gürtel y Manuel Ruiz de Lopera… o lo que cabría calificar de un continuo debate constante frente al sistema jurídico y sociopolítico? ¿Está hoy encuadrado en alguna Asociación Jurídica?

R– Cuando superas la oposición a la carrera fiscal creo que puedes considerarte ya como un jurista acreditado. Pero eso fue el comienzo. Continué mi formación con la suerte de aprender con compañeros fiscales sensibles, humanos, rigurosos, trabajadores. Hice cursos de doctorado con el insigne Catedrático sevillano (Francisco) Muñoz Conde y he aprovechado las ocasiones que me ofreció el programa de formación de la fiscalía. Como profesor de cursos de postgrado o como preparador de oposiciones seguí estudiando. No puedes dejar de formarte. Tuve una beca de investigación del Consejo de Europa en Pisa. He escrito artículos, publicado un Manual de Periodismo Judicial. Trabajé en Honduras y Bulgaria con programas de apoyo al sistema judicial de aquellos países.

Pero cada asunto abre nuevas preguntas, cada día tienes que estudiar y te das cuenta de que cada vez sabes menos. ¿Lo más importante? Son importantes todos los clientes, no sólo los de repercusión mediática. El esfuerzo buscado y aceptado, la superación diaria, la constatación de que has sido útil para que tu cliente supere de la mejor manera el terrible trance de verse implicado en un asunto penal y el reconocimiento que cada minuta abonada supone, son los ingredientes de esta profesión que me da muchas satisfacciones. Es verdad que como abogado y desde fuera del sistema, vives un pulso permanente con una maquinaria que, a veces, parece ciega y dañina. Tus únicas armas son argumentos bien fundados en la ley, la doctrina y la jurisprudencia. Mi trabajo es pensar, buscar razones que sean atendidas por los tribunales, que te hagan merecer su respeto. Como puede imaginarse, es un trabajo apasionante.

Como Fiscal pertenecí a la Unión Progresista de Fiscales y encontré allí grandes maestros. Ahora pertenezco a la Unión Española de Abogados Penalistas (UEAP). El ilustre Catedrático y prestigioso abogado Víctor Moreno Catena, me ofreció la oportunidad y el honor de ser cofundador. Somos un grupo de abogados que defendemos los principios del denominado internacionalmente “juicio justo”, porque creemos que la práctica diaria los tiene maltrechos.

 

 

«Como Fiscal pertenecí a la Unión Progresista de Fiscales y encontré allí grandes maestros. Ahora pertenezco a la Unión Española de Abogados Penalistas (UEAP)»

 

 

P- ¿Como valora su propia tarea en el Caso Gürtel y el epílogo del Caso como tal… con una sentencia que, básicamente, hizo caer al último Gobierno de Mariano Rajoy? ¿Qué reflexión le merece este desenlace, que acarreó la llegada de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno?

R– Para mí es muy difícil valorar mi propia tarea en cualquier asunto. Como nos pasa a todos, supongo, soy muy crítico conmigo mismo. Lo relevante es que en ese asunto la sentencia dictada aborda multitud de problemas jurídicos muy polémicos y abiertos. Todos los resuelve al límite y más allá, siempre a favor de la acusación. Estoy preparando el recurso de casación y creo que tenemos argumentos muy sólidos que pueden ser estimados.

Efectivamente, Gürtel, -como tantos otros- es un asunto judicial contaminadísimo por su repercusión política. Personalmente, me duele que jueces y fiscales puedan prestarse a esa dinámica, pero es una realidad que sólo niegan quienes la pretenden ocultar o viven en una burbuja. Un juez confesadamente de izquierdas no escucha los argumentos de las defensas de Gürtel con su mente libre de prejuicios, ni un juez conservador a las defensas de los EREs. Es así. Y todavía hay un sesgo peor: evitar el ridículo del propio sistema, “sacar adelante” asuntos que carecen de sentido. Es poco frecuente que, como ha ocurrido en Mercasevilla o en el asunto del Betis, tras escuchar las pruebas, el tribunal, desde su altísima responsabilidad opte sin miedo por la absolución, aunque deje al descubierto la inconsistencia de una causa mediática.

Es precisamente en estos casos cuando aparece el Juez con mayúsculas, por el que cada día trabajamos buscando argumentos esperando que sean valorados desde el desapego y la honestidad intelectual, no desde sesgos políticos o manías enfermizas. Esos Jueces de verdad, no son “estrellas”, merecen todo el reconocimiento, engrandecen la judicatura y son un estímulo para todos los que nos dedicamos a este noble oficio de la Justicia, desde posiciones distintas. La relevancia política de la sentencia de Gürtel deriva de que el actual presidente consiguió un variopinto apoyo por el interés compartido del desalojo del anterior gobernante, no para que se quedara. Así lo entendí, pero no tengo ni idea de política, la verdad.

 

 

«Es poco frecuente que, como ha ocurrido en Mercasevilla o en el asunto del Betis, tras escuchar las pruebas, el tribunal, desde su altísima responsabilidad opte sin miedo por la absolución, aunque deje al descubierto la inconsistencia de una causa mediática».

 

 

José María Calero Martínez

P- Usted estuvo dedicado personalmente durante casi una década y casi en exclusiva a la defensa del caso penal contra Manuel Ruiz de Lopera, a través del Bufete sevillano Montero-Aramburu. Una vez absuelto Lopera por la Sala, y cuando sus tesis de defensa se han visto confirmadas y reforzadas al 100%, ¿cabría hablar de una situación típica de presión, acoso o ‘caso condicionado’? ¿Hay sectores jurídicos o personas influyentes que toman parte en estos casos a favor/en contra, según su posición en el ‘establishment’? ¿Cómo lo ve ahora?

R– Fue un honor defender a Manuel Ruiz de Lopera y a las personas cercanas a él. Además. tuve el privilegio de compartir ese trabajo titánico (todo estaba en contra) con abogados de altísimo nivel, de los que aprendí cada día lo que sé de este apasionante oficio y de los que siempre me gusta expresar mi agradecimiento. Vivimos momentos durísimos pero inolvidables, trabajamos con tesón y entrega frente a viento y marea, sabiendo que si aparecía un Juez en el camino, atendería nuestros argumentos. Al final apareció un Juez con mayúsculas. La absolución, en la parte que me corresponde, compensa con creces horas y horas de trabajo. 

Cuando el asunto termine definitivamente, debería ser estudiado y analizado en la Facultad de Derecho y en el Juzgado de Instrucción. Para que patologías tan graves en el funcionamiento del sistema judicial puedan corregirse y evitarse deberían ser estudiadas en detalle. Es preciso conocerlas, destaparlas. Con rigor, con objetividad, con respeto y con profundidad, es decir, más allá del reportaje periodístico o de lo anecdótico. Me refiero a un estudio técnico-jurídico. La verdad es que, simplemente leyendo lo que está escrito en recursos y resoluciones puede apreciarse muy bien lo ocurrido. Esa revisión, ese estudio del caso habitual en otras culturas sería un saludable ejercicio de memoria histórica a corto plazo que haría progresar y mejorar nuestro sistema judicial.

P- ¿Cómo valoraría la actuación de la jueza Mercedes Alaya en el Caso de Manuel Ruiz de Lopera, que le afectó a usted más de cerca, o -más en general-, en el de los EREs, y también en la trayectoria y más recientes declaraciones de Alaya? ¿Qué movía a Alaya? ¿Qué reflexiones le merece, todo con todo?

R– Tenga en cuenta que me pide que valore a un miembro del poder judicial en pleno ejercicio de sus funciones ante el que podría tener que defender a un cliente en un juicio. Es decir, que podría tener en sus manos su vida y su hacienda, cualquier día de estos. Precisamente esa innegable realidad que limita obviamente mi margen de valoración y la de tantos otros, pudiera abrir espacios de impunidad intolerables si queremos ser una sociedad democrática avanzada, seria y del Siglo XXI. Si falla el control de cualquier poder regresamos a la Edad Media.

Fíjese, como usted hace en su pregunta y yo reflejo en la respuesta: hoy, en determinados casos, mezclamos persona y función, aceptamos personalizar el poder, de modo que no es posible criticar el ejercicio de la función sin que aparezca como ataque a la persona. Esto es una vieja desviación que protege a quien ejerce el poder como si fuera un atributo personal con la coraza del respeto, la educación, el pudor y por supuesto el miedo, de los que lo soportan. La Edad Media.

 

 

¿Mercedes Alaya? «Tenga en cuenta que me pide que valore a un miembro del poder judicial en pleno ejercicio de sus funciones ante el que podría tener que defender a un cliente en un juicio.

 

 

P- ¿Fue Lopera sentenciado sociológicamente antes del juicio en la Audiencia? Y, desde ese ángulo, ¿cabe estimar que todo el acoso judicial a Lopera fue una operación de determinados sectores ciudadanos y sociales de Sevilla para hacerse con el control de una Sociedad Anónima Deportiva con la relevancia que tiene el Betis? ¿Hasta qué punto tomó partido o influyó la Prensa?

R– Que el objetivo real de los denunciantes escondidos tras asociaciones, asumido como propio por el Juzgado y la Audiencia Provincial que conoció de los recursos, era quitarle a un ciudadano lo que era suyo para entregárselo a quienes no tenían ningún título de propiedad (más que investigar delitos)… es una hipótesis confirmada hace unos días en unas sinceras manifestaciones públicas de uno de los Administradores Judiciales que materializaron ese objetivo. Como es obvio, solo cometiendo unos cuantos y graves delitos podrían llevar a cabo el ilícito propósito que esa hipótesis apunta.

Por otra parte, que sectores sociales, políticos o judiciales relevantes, que se sitúan a sí mismos entre “los buenos” de la sociedad, con sus influyentes terminales mediáticas y económicas acepten y apoyen ese ataque a la propiedad privada y a los derechos civiles de un ciudadano si el perjudicado no es “de los suyos”, es una hipótesis asociada a la anterior que, en mi opinión contaría con una alta probabilidad de confirmarse, si analizáramos en profundidad lo sucedido. No tenemos una base de derechos civiles comúnmente admitida como intocable, incluso para los que no son afines. Todo esto abre reflexiones muy interesantes. Por eso decía que el asunto debiera estudiarse con objetividad e imparcialidad en la Facultad de Sociología, de Derecho, de Periodismo, de Psicología Social… y en el Juzgado de Instrucción. Lo ocurrido y lo que podría ocurrir investigando lo ocurrido ofrece mimbres para un interesante guion cinematográfico, nos pondría delante del espejo de lo que realmente somos. Sería muy sano, nos haría crecer y despejaría la duda de si, finalmente, aquel objetivo se ha logrado.

P- ¿Se ha sentido tanto o más presionado por las circunstancias -si es que tal ha ocurrido- en el Caso Gürtel o en el Caso de Lopera?

R– Me presiona muchísimo hacerlo bien en cualquier asunto. No se imagina hasta qué punto. En los asuntos mediáticos, el efecto dañino de los medios me preocupa por el cliente y su familia. Gestionar esa faceta del asunto es hoy una parte importante de la tarea del abogado, que me ha tocado afrontar en escenarios muy complicados y que me ha deparado satisfacciones profesionales estos años. Si lo explicas bien y le ayudas, el periodista de tribunales, en general, sabe hacer su trabajo evitando daños colaterales.

 

 

«En los asuntos mediáticos, el efecto dañino de los medios me preocupa por el cliente y su familia».

 

 

P- ¿Puede hablarse de que el PSOE y la Junta de Andalucía intentan controlar o manejar partes importantes de la judicatura andaluza, incluso despachos teóricamente conservadores y desde la lejanía desinteresada de la mayor parte de la opinión pública? ¿Cómo describiría este escenario?

R-La verdad es que desarrollo mi trabajo en toda España. No me considero un abogado local. Mi impresión es que los mecanismos que propician el riesgo o la tentación de la influencia política en la judicatura -fundamentalmente inspección y nombramientos, palo y zanahoria-, están en Madrid. Así que descarto esa pretensión que sugiere la pregunta. Lo de los despachos teóricamente conservadores se me escapa, no sé a qué se refiere, sinceramente. No me interesan esas cosas.

P- ¿Cómo valora el acuerdo final o Pacto del Betis que -en julio de 2017- puso punto final a la disputa privada entre las partes, antes de la absolución penal de Lopera? Usted, que ya no estaba con Lopera… ¿Le hubiera aconsejado firmar por ocho millones de euros…? ¿Cree que la disputa legal por 36.869 acciones del Betis en el Juzgado Mercantil 1 -actualmente sentenciada contra Farusa y Lopera- es como una ‘adherencia’ del Caso de lo penal. ¿Valoraría como ‘provisional’ o ‘consolidada’ la situación accionarial del Betis, con esas 36.869 acciones (31,38% del total), actualmente anuladas por el Juez de lo Mercantil Javier Carretero?

R– Desconozco completamente el pacto, si efectivamente es un punto final y los detalles concretos de la situación actual del conflicto. Sería una temeridad por mi parte entrar en valoraciones o hacer conjeturas sobre todos esos temas. Cuando tuve alguna responsabilidad, a las peticiones de acuerdo, siempre expresé mi opinión: primero retiren la acusación, manifiestamente infundada, e indemnicen los perjuicios ocasionados. Con quien te apunta con una pistola, te pone una querella, moviliza muchedumbres, cuenta con periodistas que dan por ciertas sus patrañas y anuncian en grandes titulares decenas de años de prisión en el horizonte, a sentarse a hablar de dinero no se le llama “acuerdo“ sino “atraco“, que no es lo mismo. Por cierto, me pregunto cómo se sentirán esos periodistas, sobre todo si no los han colocado en la televisión del Betis los actuales dirigentes.

 

 

«Desconozco completamente el pacto, (del Betis) si efectivamente es un punto final y los detalles concretos de la situación actual del conflicto. Sería una temeridad por mi parte entrar en valoraciones o hacer conjeturas sobre todos esos temas».

 

 

P- ¿Aprecia algo parecido a un atraso sociológico y cultural en una ciudad como Sevilla y en una Comunidad Autónoma como Andalucía?

R– Tengo a una hija trabajando en Suiza y otra, en el Reino Unido. Me pregunto por qué se tienen que ir quienes recibieron una excelente formación en universidades públicas andaluzas. Exportamos inteligencia, importamos el reggaetón. Como tendencia resulta preocupante. Pero no es Sevilla o Andalucía, es España, enredada desde hace veinte años en disputas estériles y alejadas del día a día, sin pulso y sin proyecto común, otra vez fuera del club de los países europeos adonde se van nuestros hijos. Solo me identifico con algunas voces como Savater, Escohotado, Boadella o Pérez Reverte. Ejercen su libertad de criterio, hablan de la realidad, no tienen complejos. Pero por desgracia, esas posiciones que nos harían cambiar y prosperar, a día de hoy, están muy lejos de los grandes números de la estadística sociológica.

P- Su deporte preferido -y que practica habitualmente- no es el fútbol, sino el tenis. ¿Considera que el partido del Betis ha terminado… o aún quedan ‘match points’? Por cierto… ¿se ve más en Federer… o en Nadal?

R– El Betis y su historia que Vd. tan bien conoce y sabe narrar con tanta maestría, es un partido de tenis interminable, aunque algunos les gustaría haber ganado ya el ‘tie-break’. Federer es la armonía, la belleza; Nadal es la fuerza, el tesón admirable. Mi tenis combina las dos cosas, es difícil discriminar en cada golpe lo que tengo de uno o de otro… La verdad es que soy un desastre. Si me lo permite, quisiera agradecerle la entrevista y reconocer públicamente su trayectoria y su trabajo como periodista independiente, con criterio y sello propio.

 

UN HEREDERO DE LA MEJOR TRADICIÓN JURÍDICA

Auténticas eminencias jurídicas como Alfredo Flores Pérez, Fiscal-Jefe de la Audiencia de Sevilla a caballo de los Siglos XX y XXI, Serafín García Zarandieta, José Jiménez Villarejo, José María Mena y Borja Mapelli Caffarena, Catedrático de Penal, han cimentado y reforzado la trayectoria jurídica del manchego José María Calero Martínez. En el extranjero, Calero ha trabajado en Italia (Pisa), entre 1992 y 93, seleccionado por el Consejo de Europa,en la investigación sobre “Aspectos penales del fenómeno de las sectas destructivas” en el Instituto de Biología y Medicina Legal de la Universidad de Pisa, bajo la dirección del profesor Umberto Palaggi. También ha dado clases en el Colegio de Abogados de Huelva y a mediados de los años 90, trabajó en la Fiscalía sevillana (adscrito al Juzgado de Instrucción Número 3 de los de Sevilla) junto a Emilio de Llera, Miguel de Benito o Fernando Delgado.
Como miembro de la Red Internacional de Fiscales de Cooperación Internacional, Calero ha tomado parte en investigaciones internacionales coordinadas desde Eurojust. También, en la representación de la fiscalía española en foros internacionales especializados como la Escuela Nacional de la Magistratura en París. Desde allí se elaboró un Reglamento para la Fiscalía General de la República, en Pristina (Kosovo). Y en Bulgaria se desarrollaronlos trabajos preparatorios de una nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal adaptada a los estándares de la Unión Europea, teniendo el privilegio de servir en estos proyectos bajo la dirección de Manuel Mazuelos Fernández Figueroa.