Juanma Moreno, tronista en una Junta ‘saneada y solvente’

 

Juanma Moreno Bonilla parece que viste bien el traje de Presidente de la Junta de Andalucía, le encaja y no desentona. Está haciendo un gran paseíllo, como cuando Curro salía al coso del Arenal, preámbulo de ‘la fiesta’ por el que mucha gente pagaba solo por verlo pasear cruzando la plaza, al margen de lo que hiciese después con la muleta. Y una comparación en Sevilla con Curro no es mala cosa para quien recibieron a cañonazos, empezando por mi colega Alvaro Ybarra en ABC. Quizás con sus apariciones presidenciales Juanma esté ayudando a combatir la imagen incrustada en media región en la que decir Junta de Andalucía equivale de inmediato en el subconsciente a decir PSOE. ¡Tantos años¡ A estas alturas del curso político y tras medio año gestionando la herencia ‘saneada y solvente’ de 35 años de socialismo, -Ramírez de Arellano dixit-, se puede concluir que el dirigente conservador malagueño está demostrando ser mejor presidente de la Junta que presidente del PP-A y líder de la oposición. No conviene olvidar que Bonilla preside la Junta con 26 escaños de 109, con tanto mérito por tanto como Pedro Sánchez en la pasada legislatura.

He sido y soy desde hace tiempo bastante crítico con lo que hace o no hace Juanma Moreno Bonilla con el que jamás he cruzado una palabra. Será por eso. Pero mi principal crítica siempre ha estado basada en responsabilizarle de mantener al PP andaluz, como una sucursal de Génova, en una resignada y complaciente oposición, después de tres décadas de sesteo similar de la derecha política en Andalucía. Más de lo mismo y los reinos de taifas haciendo de su capa un sayo, manejado en varios casos por señoritos o caciques cortijeros. La cabeza de Javier Arenas siempre estuvo en Madrid durante estos años, muy cercano a Aznar, a Rajoy, incluso a Luis Bárcenas, con aquellas memorables partidas de pádel veraniegas que en San Pedro de Alcántara reunían a lo mejor de cada casa… todos en casos judiciales con el paso de los años. Por eso en el PP andaluz no ha podido cuajar, hasta ahora, un liderazgo alternativo que se abra paso al hueco dejado por Arenas. Moreno Bonilla ha comprado todas las papeletas del sorteo.

 

El Código Ético figura decorativa en el PSOE de Huelva

 

Quizás lo que más esté sorprendiendo del actual presidente de la Junta, junto al número dos del gobierno Juan Marín de Ciudadanos, (la cara simpática del nuevo régimen,véan aquí a un personaje desconocido y divertido en El Intermedio de la Sexta) , es cómo soportan y aguantan los envites que intentan romper la unidad de acción de la derecha gubernamental, unida en Andalucía para desbancar a un PSOE carcomido por todos los pecados que en política puedan cometerse; por ejemplo ahora mismo, pasándose por el arco del triunfo eso que pomposamente llaman en el PSOE “nuestro Código Ético”. Ahí quedó retratada esta semana doña Susana Díaz, inmersa en una campaña de mejora de imagen personal con la que pretende dulcificar su expresión corporal, para muchos de mujer dura, maquinadora, ambiciosa y malvada que la distancian de mucho electorado progresista, según revelan los resultados del PSOE en las últimas consultas electorales; es la misma Susana que se ha creído que vuelve a mandar casi como antes o intenta aparentarlo, tras ir conociendo el goteo incesante de gente suya que cambia de bando o se muestra demasiado tibia. Díaz ha comparecido públicamente con los presidentes de Diputación, entre ellos un ‘investigado’ (antes imputado) camino del banquillo. Momento procesal en el que, según el código ético del PSOE de Pedro Sánchez, este señor debería de haber dimitido de la presidencia de la Diputación de Huelva y de los cargos en el partido. Sed lex dura lex. Ignacio Caraballo es cuñado del portavoz socialista en el Parlamento Mario Jiménez y susanista de pro. Caraballo, por ética y por estética, debiera haberse marchado antes, cuando todos sabían en Huelva que no podía prosperar su recurso ante la Audiencia para salvarse de la pena de telediario, metido de hoz y coz ( y sobre todo de voz) en un sumario por haber, supuestamente, participado en el intento de compra de un concejal de Aljaraque, operación que cambiaba el signo político a favor del PSOE en aquel ayuntamiento. En palabras llanas, ciscarse en la democracia y limpiarse con la Constitución.

 

 

Bonilla y Marín escenifican con naturalidad que el gobierno es una piña, una balsa de aceite, que van todos a una, que ya saben que ésta partida pueden volverla a ganar con un poco de suerte y trabajo, entre otras cosas gracias a la activa ayuda de la portavoz socialista Susana Díaz, condenada a hablar solo de flores, pájaros y peces porque en cuanto toque algún tema de gestión y de dinero en la Junta la ponen colorada. Eso sucederá irremediablemente cada vez que Díaz se suba a la tribuna del Parlamento. El PSOE-A, con Díaz al frente, está condenado de antemano a sufrir un brutal desgaste de cuatro años a cuenta de la herencia de tres décadas, lo que dure esta legislatura que tiene toda la pinta de que durará, por lo menos hasta dentro de tres años, 2022.

Los socios del actual gobierno están condenados a entenderse, de ahí que las chispas que saltan de vez en cuando sean menos dañinas que el boca a boca que propaga chismes y rumores sobre tensiones internas, que las hay. Hay mucho incapaz pinta monas fichado por los nuevos mandarines colocados en puestos especialmente sensibles, personajes raritos, algunos de novela negra y de novela rosa.

El gobierno de Bonilla ya tiene el tac completo de cómo los socialistas le han dejado el cuerpo a la administración autonómica andaluza. Saben ya casi todas las barrabasadas o posibles delitos que puedan haberse cometido en estos años y que no han salido todavía a la luz, pero saldrán y, ojo, con Canal Sur peleando por recuperar credibilidad ante una audiencia que pide pluralismo informativo y la verdad desde los medios públicos. De momento el gobierno procesa la información que le va llegando de la herencia en cada consejería y después seguramente elaborarán un calendario de explosiones mediáticas y estratégicas, incluyendo los nombres de los artilleros y medios que nos darán desayunos memorables.

Si algo está empezando a quedar manifiestamente demostrado es comprobar la millonada anual destinada a pagar nóminas en empresas o agencias públicas donde se ingresaban cien, resultando que noventa eran para pagar las nóminas del personal, con mucho enchufado en sus plantillas de por medio y los diez restantes para pagar gastos generales y poco más. Chiringuitos como dios manda y con dos pares. Esta era la red clientelar más tupida y eficaz de la que hemos hablado en estos años de socialismo gobernante en Andalucía. Lo del PER era una coña de extrema necesidad en muchos casos.

 

Del gobierno, en el día a día, destacan mediáticamente muy pocas cabezas dando la cara. Después de las del presidente y vicepresidente, emerge con fuerza Elías Bendodo, el hombre políticamente fuerte de este gobierno. Él es Juanma y viceversa, son un matrimonio bien avenido desde hace años. A Bendodo solo le queda traerse de Málaga a Sevilla ‘El cenachero’ y colocarlo frente a San Telmo. Nunca antes tantos malagueños habían ocupado tantísimos cargos de responsabilidad autonómica como ahora. Y destaca también el jienense consejero de Hacienda Juan Bravo, sin duda uno de los primeros descubrimientos que brillan con luz propia en el equipo de gobierno, entre otras cosas, por cómo ha elaborado/defendido los presupuestos, sorteando incluso trampas de leones de sus socios en las sombras. No hay que perderlo de vista.

 

Lo de Canal Sur ha salido, de momento, bien.

 

Lo de Canal Sur, de momento, le ha salido bien al bipartito. Un éxito lograr el consenso de todos. Han optado por respetados profesionales de la comunicación, personalmente honestos, lo que lleva implícito suponer que estos no se van a prestar fácilmente a los mamoneos que se han venido prestando durante años en el ente. Acabando con el sectarismo, los vetos y la desvergüenza profesional de unos mandos que ya ha sido relevados, aunque seguirán cobrando sus pluses consolidados o sea lo mismo. Los que han llegado han resuelto el nuevo staf con soluciones internas, algo que rebaja la tensión de la plantilla porque descarta la entrada en tropel de la mediocridad encarnada por fichajes ‘políticos’ externos o recomendados, vulgos comisarios políticos no siempre con solvencia profesional. Solo dos profesionales del nuevo staff no proceden de la casa, pero les avala su currículo profesional. No es mal comienzo.

 

 

Canal Sur debe evitar a toda costa intervencionismos externos y mangoneos espurios de los medios públicos, acuérdense del caso Ausbanc. Ha sucedido otra vez últimamente, dentro de la anterior estructura de Manolo Casal (Comercial) y Pilar Vergara (Antena) donde se han zampado a boca llena presiones de Cajasol, para que un cámara – trabajador autónomo- que trabajó diez años para la entidad no volviese a pisar su sede como profesional de Canal Sur para la que trabaja actualmente, también como autónomo, todo ello a petición de parte externa, un cliente muy singular. No se le permitirá el acceso a Cajasol porque el cámara ha reclamado sus derechos laborales ante la Justicia. Y desde el departamento comercial de Manolo Casal se dieron instrucciones por correo electrónico a los servicios informativos de la casa secundando las órdenes de Pulido desde la presidencia de la fundación. Todo muy viciado y oscuro, un anunciante, por cierto, controlado por el PSOE a través de Pulido, ahora socialista anaranjado, imponiendo la estructura de trabajo a la televisión pública andaluza. No es la primera vez que Canal Sur TV secunda instrucciones de Pulido imponiendo ceses de algún tertuliano incómodo . Hasta esos niveles ha llegado la indignidad profesional  en Canal Sur por los que la han dirigido.

Lo de la RTVA ha sido una decisión política unánime y bastante consensuados los nombramientos de los máximos responsables. El tándem Porras/Mellado puede funcionar si les dejan profesionalizar la casa y no tienen que enfrentarse en el día a día a la lucha partidista con la TV pública como garrote entre bandas. Lo mejor que pueden hacer los partidos es sacar las manos de la RTVA, controlarla, auditarla a fondo, pero en aquellos estadios institucionales que les corresponda legal y reglamentariamente. Ah y los poderosos sindicatos a cumplir con su papel, con toda la decencia y transparencia posible, que hay 1.500 empleos en juego y ellos los sindicalistas son parte del problema y lo saben.

Por otro lado, el gobierno debe saber que este año, gracias a la ‘saneada y solvente’ gestión del flamante consejero filo-socialista del Consejo Audiovisual, Joaquín Durán Ayo, habrá cinco millones menos en la caja de la tele y radio pública, según ha adelantado el propio Juande Mellado al que le han hecho las cuentas el propio equipo de Durán, o sea. El económico, las inversiones urgentes que hay que afrontar porque se hunde todo, es el primero de los muchos y graves problemas que destruye lentamente a un monstruo empresarial con mil quinientos empleados, con una media de edad que supera los 51 años.

 

 

Presupuestos, los primeros de la derecha

 

El gobierno bipartito, sobrevolado y controlado por ‘los otros’, han logrado sacar los presupuestos adelante, sus primeros presupuestos, el dervirgamiento de la derecha haciendo números y repartiendo dinero a mansalva, tras una travesía del desierto de 35 años sin tocar bola. El personal se ha quedado con las ganas de saber cuál era la propuesta alternativa del PSOE a los PPTOs de la Junta, pero se han reído una jartá con la foto de la ex mandataria apuntando al consejero de Hacienda Juan Bravo, ‘Juanele’, (así le conocen en Jaén sus amigos). Y detrás de Susana aparece el exconsejero de Medio Ambiente, periodista metido a político, Pepe Fiscal, desgañitado e imitando con el dedo a su jefa contra Bravo. Y justo al lado, el hombre que siempre pierde las alecciones en Almería, dando imagen de una cabezadita mientras acababa tanto alboroto.

 

 

Esta ha sido la única imagen que los socialistas han logrado  para intentar ensombrecer el éxito político que supone haber conseguido que se aprobasen los primeros presupuestos de la derecha andaluza en la historia. Aunque bien mirado esa estrategia no ha ayudado a mejorar la imagen del PSOE andaluz, sino a volver a situar a Susana Díaz como una ‘marimandona’ señalando al consejero enfadada y con el dedo.

Claro que, después de todo esto no debemos olvidar que PP y Cs están logrando sus objetivos contando oficial u oficiosamente con la opinión y el ok de Vox, sobre todo una vez ido Serrano, principal obstáculo para un mejor entendimiento de las tres derechas. Alejandro Hernández, pese a algunos tropezones serios con el léxico y el subconsciente situando al mismo nivel a víctima y verdugo en violencia de género, está dando mejor talla y presencia a Vox en Andalucía que el polémico juez. Serrano de baja y los suyos ya están haciendo leña del árbol arrumbado por el temporal y andan contando algo que seguramente no es verdad. Que la salida de pata de banco de Serrano, criticando a los jueces del Supremo por la sentencia de La Manada, estuvo motivada porque uno de los magistrados intervinientes fue quien estuvo tras su dura condena, sentenciado a abandonar la Carrera Judicial, finalmente revocada.

 

Sí, sí, pero han tenido que tragar por blanquear a VOX

 

 

El gobierno bipartido ha sido obligado por Vox a no ponerse de perfil y a dar la cara por ellos ante la opinión pública. Blanquearles la imagen en pocas palabras y eso es lo que están haciendo. Juan Marín no desaprovecha ocasión para retratarse con Vox, igual que Bonilla logrando, habrá que reconocerlo, meter a la ultraderecha en la casa común de la derecha, aunque pierda equilibrio la casa y acaben los cimientos jodidos.

Y por concluir estas pinceladas sobre estos primeros pasos de la derecha gobernando quizás convenga resaltar la actitud vital que mantiene Moreno Bonilla en la calle. A día de hoy y tras medio año de presidente se le ve exactamente igual en su cuerpo a cuerpo con la gente, sabe llegar, lo que conduce a pensar que aún es capaz de aparcar el boato y el protocolo para que le sigan llamando Juanma por las calles. A ver cuanto le dura.

A nivel de partido Bonilla ha empezado a mover fichas en sus dominios andaluces y colocar a personas de su máxima confianza en las presidencias provinciales del PP. En ese contexto se ha de situar la dimisión de Antonio Sanz tras una docena de años como presidente arenista del PP de Cádiz. Bonilla ha llegado para quedarse, eso está ya más que claro y por eso quiere hacerse con el control absoluto del partido en la comunidad.

Quizá proceda también recordar que el gobierno de la derecha hoy en Andalucía no tiene a nadie enfrente, están todos fuera de cobertura. Unidas Podemos, la izquierda radical, los comunistas, está prácticamente descabezada desde el mes de diciembre y el PSOE por su parte es prisionero de su gestión de 35 años ininterrumpidos con sus luces y sus muchas sombras. Susana Díaz está condenada a hablar en el Parlamento de Victoria Kent o de violencia de género en vez de preguntar cuánto dinero ha supuesto derivar parte de los más de seis mil andaluces operados desde marzo, procedentes de sus tristemente famosas listas de espera del SAS, a gran parte de hospitales privados de la comunidad. Pero si Susana pregunta en el Parlamento por la que ella consideraba su ‘joya de la corona’ Jesús Aguirre, el actual consejero de Salud,  hablando con gran desparpajo como cuando lo del chupetón, puede empezar a enseñar papeles del SAS que seguramente no serán delitos, o sí, pero sí son guarrerías poco estéticas y éticamente vergonzosas.