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La Andalucía Kirchner

La actuación precaria y escasa en el brote de la listeria demuestra la ineficacia de un entramado administrativo de coto de caza.

 

La actuación precaria y escasa que acompaña a la gestión del brote de la listeria demuestra, una vez más, la ineficacia de un entramado administrativo de coto de caza. Tras el imperio socialista de cuarenta años, una política del bloque PP-Cs basada en el gradualismo sólo acompañará el desencanto de unos y otros que permitirá que se vuelva a la dinámica de origen. Tal y como le ha pasado a Macri en Argentina. Acaso la pusilanimidad sea el pecado del político. O esa mayoría naif absoluta de Rajoy hace no tanto tiempo.

Cuando aún existen problemas de competencia por culpa del desacuerdo patológico que posee una comunidad autónoma —por su concepción de taifa— merece considerar el cambio pertinente para el nuevo gobierno no empiece disparándose en el pie. Cosa que dudo, porque considerar significa morar en las estrellas en su etimología; sobre todo cuando hay que justificar tanto sueldo y es oportuno cuando el perjudicado es un tercero al que nunca se le suele poner cara. De papeleta si eso.

Lo que le depara a Andalucía, si no hay cambio radical en el mejor sentido del término, es el regreso de este kirchnerismo español ejemplificado con el PSOE-A y a lo mejor en forma de Susana Díaz, si sobrevive a Sánchez, o de quien toque en el momento. Porque lo que importa es la idea; la de cacique, tan española y andaluza, tan histórica y tan nuestra. Que hasta para darnos de bruces con el mal gobierno y coquetear con la cuerda floja del suicidio histórico somos la madre patria. La inacción, la postura estática, ante la realidad conlleva abolición, por lo de inmediato que tiene. Sin proceso, sin movimiento, sin progreso, sin cambio, nada queda porque desaparece y se corrompe.

La ociosidad y la huida del enfrentamiento caracteriza últimamente la política andaluza, una cobardía en un bloque que el otro no tiene. Éste no teme golpear, y aquél intenta ponerse de lado, siempre. Así conduce a su fracaso, así desaparece en la toma de decisiones y le absorberá el reaccionario. El liberalismo no puede acabar como el tonto útil de la derecha.