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La chica del 17

Pepe Fdez
Pepe Fernández

No, no se trata de La chica del 17 del famoso cuplé que popularizaron Lilian de Celis o Lina Morgan, aquella moza que tanto destacaba en la castiza calle de Tribulete en Madrid. Se trata de una chica trianera de El Tardón, de nombre Susana y que dará que hablar en el escenario político español en este recién estrenado año 17.

Será sin duda nuestra chica del 17, aunque cuando se vislumbran los primeros rayos de sol del Año Nuevo es aún incierto el futuro, pese a que quizás solo ella, Susana Díaz Pacheco, juegue con ventaja y sepa ya la fecha exacta del próximo (y temido) congreso federal que se aventura a cara de perro en primavera o más allá. Algún malvado va diciendo por ahí que será la fecha que a Susana le salga del alma. Uds me entienden.

O puede que prospere la idea de falsa unidad para que solo se presente un candidato, ella, a la Secretaria General, algo que las bases no parecen dispuestas a tragarse así como así.

Quienes la conocemos y hemos seguido en corto la trayectoria política de esta mujer en las filas del socialismo andaluz, podríamos vaticinar sin temor a equivocarnos que Susana logrará su objetivo una vez más. Siempre fue así en su carrera, nunca perdió un pulso; siempre midió sus fuerzas, equilibrios, votos y ¡a ganar! Y si fallaba todo eso, para ello estaban los estatutos y las normas internas del partido, siempre tan interpretables por quienes tienen la llave de la Casa del Pueblo.

Los 22 votos de Rubalcaba

Perder por solo 22 votos el congreso federal de 2012 en Sevilla frente a Rubalcaba, apoyando ella a Carme Chacón, fue en realidad una victoria personal de la entonces Secretaria de Organización de Pepe Griñán en el PSOE de Andalucía, empleada a fondo, pese a la neutralidad activa que proclamaba Griñán, en favor de la aspirante catalana de raíces almerienses de las que se acordó y presumió una vez, en un mitin en Olula del Río. Allí se llevó Susana para apoyar a Carme a Mar Moreno, al consejero Alvarez de la Chica y a la presidenta del PSOE-A Rosario (Rosa) Torres. Sus grandes enemigos andaluces de entonces, Gaspar Zarrías y José Antonio Viera su antiguo mentor, apoyaban a Rubalcaba.

A Susana Díaz le ha funcionado en estos años y meses de batalla mucho mejor la estrategia que la táctica en su alzamiento cruento de primeros de octubre. Para muchos el tacticismo que tanto critica la presidenta a la oposición en Andalucía, en su caso ha sido lo más parecido a la entrada de un elefante en la cacharrería de Ferraz destrozando casi todo lo que encontraba a su paso.

Una operación sobre la que no llegaron Susana y sus asesores a medir el grado de desgaste personal y político que iba a suponerle en su estrategia un asalto tan cuartelero y ante la resistencia activa -¿inesperada?- de las bases en el tiempo y por todos lados, también en Andalucía y en las ocho provincias. Cuidado.

El parlamento catódico que funciona hoy en España, los platós de Tv, ha logrado que Susana aparezca como la mala del culebrón que ha liquidado al bueno y guapo de Pedro Sánchez, el hombre del no-es-no a Rajoy y al PP. El tipo que, cuentan quienes le derrocaron, nos iba a meter en una España imposible, endiablada y políticamente inestable.

Objetivo cumplido: Susana referente único del PSOE.

Pero el objetivo principal que justificó la tarde noche de cuchillos largos en Ferraz se ha cumplido con creces. La líder socialista andaluza se ha convertido en el único referente del PSOE a nivel estatal desde hace  dos meses largos. Es la voz más autorizada y más reconocida del socialismo español en estos momentos. (Aunque el humorista José Mota no se haya enterado e imite a Antonio Hernando) Da igual que esté formalmente descabezado el partido y, lo peor, dividido. No solo por sus propios méritos personales – de dónde saca pa tanto como destaca, que decía el cuplé- sino porque Susana Díaz ha sido capaz de dominar la Gestora que actualmente dirige los destinos del partido y que preside un tipo prudente (con pinta de sufridor en casa) como es el presidente de Asturias Javier Fernández. La actuación de la gestora en estos dos meses, especialmente dura contra quienes se alinearon con Pedro Sánchez, dan la razón a quiénes alertan del excesivo poder de Susana en dicho órgano. Mario Jiménez es su hombre clave en Madrid, a ratos con vida propia y no está haciendo nada mal su papel, mientras algunas baronías como la extremeña empiezan a chirriar.

Procede preguntarse por qué a Susana Díaz  le falla el movimiento de fichas en un terreno de combate donde la estrategia parece la acertada.

Le pregunto a un veterano socialista, buen conocedor del partido en Andalucía, apartado de la primera fila aunque preocupado por la deriva que han tomado los acontecimientos. “El problema de Susana es que está rodeada, salvo contadísimas excepciones, por personas  que en otras épocas no hubiesen ni llegado a ser secretarios generales del partido en una provincia, de una agrupación en todo caso, pero para de contar, ese es el nivel y ese es su drama”.

La mediocridad que se ha instalado en las alturas del poder socialista andaluz, rodeando a Susana Díaz, es a juicio de mi interlocutor el punto más débil que tiene quien parece aspirar en serio a liderar la oposición a Rajoy como Secretaria General del PSOE y consecuentemente intentar acceder a la presidencia del gobierno de España.

Mucho mediocre y tres mirlos blancos

Una mediocridad que se hace especialmente visible cuando se escucha a los  portavoces del susanismo que, argumentario oficial en mano, repiten como papagayos las mismas frases y casi los mismos conceptos a cada momento que le ponen una alcachofa por delante.

Como también es justo reconocer que el peso político y la personalidad de Susana Díaz les condena a todos a ese papel de comparsas que les ha encomendado el destino y en el que se mantienen muchos por el estómago.

Por encima de la media, dentro del Estado Mayor del susanismo, procede anotar especialmente tres nombres de forma destacada, tres mirlos blancos. El de  Manuel Jiménez Barrios, Máximo Díaz Cano y Mario Jiménez, este último destacado en la Gestora del PSOE como su portavoz y cabeza más visible. Chiqui actúa como jefe del gobierno en la sombra, posiblemente el titular de Presidencia que mayor coordinación ejecutiva haya realizado nunca desde los primeros tiempos de Zarrías. Y su jefe de gabinete, Díaz Cano, que  es quien coordina absolutamente todo lo que lleva entre manos la lideresa socialista en su complicada carrera política con destino Madrid.

El  discurso de fin de año, grabado en esta ocasión en Doñana, ha sido un paso más en su estrategia hacia Madrid, no confesada con palabras pero sí con gestos. Si se analizan los mensajes lanzados por la Presidenta el 30 de diciembre se puede comprobar que Susana Díaz hablaba no solo para los andaluces, sino para todos los españoles a los que parece dispuesta a servir en un futuro inmediato. Como también le mandó varios recados a Mariano Rajoy, destacando la muletilla rescatada del baúl de Rafael Escuredo: Andalucia ni quiere ser más ni quiere ser menos que las demás, queremos ser iguales.

Susana, entre los pinos del Coto

El tiempo asignado a la duración del mensaje y las servidumbres políticas y televisvisas nos presentaron a una Susana excesivamente encorsetada, girando a izquierda y a derecha con cada párrafo, notándose las paradas de la grabación para tomar aire. Fue esclava de la pizarra electrónica con el texto medido que debía interpretar y que acabó leyendo. Díaz no tuvo ni la frescura ni ese punto populista, trianero, que tan bien le funciona en los mitines y debates. Si al menos la hubiesen colocado en un escenario más iluminado que el de Los Electroduendes que le pusieron.Nadie cayó que lo suyo hubiese sido el salón comedor del Palacio de las Marismillas, ese que han usado para vacaciones tantas y tantas veces todos los presidentes de España desde Felipe Gonzalez para acá. Rajoy el último. Pero no, se eligió la oscuridad de la noche, en la calle, con el croar de las ranas muy de fondo.

Presentar a Susana en penumbra, con un cierto halo de divinidad, como si estuviese en una pará del camino al Rocío, seguramente que le habrá gustado mucho al presidente aragonés Sr Lambán, uno de los fans más destacados de Susana, aquel místico que dijo en Umbrete lo de los dioses del socialismo y la política que habían tocado a la lideresa.

Ciertamente, que antes de empezar a rodar el año sepamos de antemano que una paisana nuestra va a ser una gran protagonista del mismo en España es la primera vez que sucede y remueve cierto orgullo en el paisanaje.

El próximo capítulo de la travesía de Susana llegará tan solo en unas pocas semanas. En cuanto se convoque el Congreso y haya que anunciar quien se presenta a la carrera por la Secretaría General del PSOE. Hasta entonces Susana Díaz seguirá diciendo eso tan reiterado y cansino de “mi sitio está en Andalucia, trabajando para los andaluces” o bien  aquello otro de “estaré en la cabeza o en la cola, donde me pongan mis compañeros de partido”. De momento, Susana Díaz, se ha colocado ella misma en la cabeza y todo apunta a que quiere seguir ahí hasta el final.