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La corrupción y la abstención

Javier_Menezo
Javier Menezo*

Hay un partido que afirmaba ser posible regenerarse desde el Poder, y otro que se puede gobernar desde el Congreso. Crujir a Rajoy decía el señor Madina. Quitarle las muelas sin anestesia -al PP, no a Rajoy- remachaba el Señor Rubalcaba. ¿No es un poco cruel esto, Alfredo? Suena a hacerse un rosario con sus dientes de marfil.

Los casos aislados de corrupción siguen saliendo a flote, pútridos cuan cadáveres de ahogados. ¿Cuántas veces las mismas excusas e idénticas mentiras? “Nadie ha luchado tanto contra la corrupción como nosotros, y tenemos 22 medidas”. Las llevan contadas porque la contabilidad se les da francamente bien. La creativa más. “Es algo que nos avergüenza a nosotros los primeros”. Sin olvidar la presunción de inocencia, ya saben. No falte la presunción de inocencia, ni la absolución de las urnas.

Más allá del daño moral, la corrupción afecta a la actividad económica y al empleo. En la reciente crisis y llevados por la natural tendencia de culpabilizar a las víctimas de su propia desgracia, concluimos que el problema de los parados, el verdadero problema, es que no sabían hacer un curriculum. Vimos ejemplos de quienes triunfaron mandando el curriculum en video, o lo cantaron a la guitarra. Innovación e iniciativa, sí señor. Me pregunto en que estación de metro andará ahora el de la guitarra, una vez acabada la subvención por contratarle.

 

Las llevan contadas porque la contabilidad se les da francamente bien. La creativa más. “Es algo que nos avergüenza a nosotros los primeros”. Sin olvidar la presunción de inocencia, ya saben. No falte la presunción de inocencia, ni la absolución de las urnas.

 

Sin embargo, no se incidía bastante en la utilidad de indicar en el curriculum las referencias, entendidas como nombre del enchufante.  Al frente, partidos políticos trasmutados en grandes agencias de colocación, en el dedo que convierte a políticos mediocres en asesores aún más mediocres. Crea una buena red clientelar y échate a dormir. Se comprende mejor esa histérica competición entre miembros del mismo ala de un partido por firmar como responsables la hoja de recogida de avales y llevarlos a quien declaró que valoraba mucho que la avalaran.

Es, si quieren, una corrupción de supervivencia, mala pero no la peor. Gusta señalarla para desviar la atención de la principal.  ¿Hubiera sido tan profunda la crisis sin la corrupción? Se insiste en la necesidad de cambiar el modelo productivo, e impulsar la innovación ¿Para qué? Basta tener contactos. Percibida la corrupción como generalizada, no es el mérito del empresario y la calidad de sus productos lo que gana la asignación de contratos. Es el amigo en el puesto correcto. Es la donación. Ese incremento de los costes no es preocupante. Pasa al producto final, el bolsillo del contribuyente. Las actividades que se impulsan son aquellas que permiten más zonas de sombra, el capitalismo de amiguetes. Mientras, la inversión productiva se desvía hacia otras geografías.

¿Se puede, desde los Gobiernos, regenerarse uno mismo? Para perder algún voto. Innecesario. ¿Para qué agitar el árbol y arriesgarse a perder las hojas? Volvemos, así, al punto de partida ¿fue ético abstenerse y facilitar el Gobierno de Rajoy sin absolutamente nada a cambio? Tal vez un día sepamos porque Rajoy se sintió tan seguro.

A la falacia de regenerarse desde el Poder, se une el les regeneramos desde el Congreso. ¡Qué intensos días después de la investidura! Llegaba un tiempo supergenial. Acabado el obstáculo de Pedro Sánchez, al fin se iba a gobernar desde el Congreso. Había colas para registrar proposiciones no de ley. Hubo que ampliar el número de contenedores de papel para tirarlas. Ahora ya solo queda repetir proposiciones.

 

¿Fue ético abstenerse y facilitar el Gobierno de Rajoy sin absolutamente nada a cambio? Tal vez un día sepamos porque Rajoy se sintió tan seguro.

 

Total, la abstención queda ya lejos y está casi olvidada. Menos por rencorosos como yo, pensará alguien. La utilidad de la oposición se acredita a diario. Me voy al ejemplo local, Almería. Tenemos una oposición voluntariosa, que critica a Rajoy. No de una forma cualquiera, no. Con contundencia. En un lenguaje que entendemos el pueblo: “La situación es de extrema gravedad y pone de manifiesto que el PP trata con la punta del pie a nuestra provincia” declara mi admirada diputada. Admirada porque la voté. Bueno, a ella y a todo el pack. Son listas cerradas. En cierta manera, me siento responsable.

Bueno, que me disperso. Al margen de que creí iba a decir otro tipo de punta, noto exageración y poca autocrítica. Tal vez sea una forma indirecta de lamentar haberse abstenido. Tal vez se pregunte si fue lo correcto. Eso si creo que no debería terminar más sus post con eso tan desagradable de “disfruten lo votado”. No, porque son potenciales electores. Igual sería bueno atraerles para otra ocasión, en lugar de medio llamarles necios. Es mejor saber porque votaron así, porque eligieron sufrimiento en lugar del paraíso que uno le prometía. Y después, es que pone la respuesta fácil: unos disfrutan de lo votado y otros de lo abstenido.

 

*Javier Menezo es Abogado. Letrado del SEPE (INEM). Militante de base del PSOE

@javimenezo