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La crisis de los papeles

Pepe Fdez
Pepe Fernández

La crisis de los papeles de la Comisión de Investigación de los Cursos de Formación, se ha saldado con la creación de otra comisión.

Si quieres que algo no se resuelva, crea una comisión y listo. La frase, que se hizo muy popular en los tiempos de la UCD, sigue vigente en la praxis de algunos políticos actuales, incluso los que van de modernos y regeneradores del sistema.

Ayer, toda la oposición en bloque, criticó en el seno de la comisión y en presencia del primer empresario que comparecía, que el gobierno no hubiese hecho llegar a tiempo la documentación que afectaba a los intereses del compareciente. El PSOE se quedó solo, invitando al resto de parlamentarios a acudir a la sede gubernamental a mirar, in situ, los expedientes. Un ofrecimiento de la portavoz Marisa Bustinduy que irritó aún más a la oposición.

El presidente de la Comisión parlamentaria, Julio Díaz Robledo, diputado de Ciudadanos y ex miembro del PSOE en Huelva, cerró la sesión, ante el clima generado por la falta de respeto del ejecutivo hacia el Parlamento, con una especie de quiero y no puedo. Tras reconocer que la situación no se podía permitir, se limitó a vaticinar que mañana (por hoy miércoles día 30) iba a comparecer en rueda de prensa y, pareció interpretarse, que iba a poner las cosas en su sitio, las peras al cuarto a la Junta. Todo un síntoma que el escenario elegido por el Sr Díaz para un pronunciamiento público de esas características  fuese una rueda de prensa en vez de hacerlo desde la tribuna de la Comisión de la que es presidente y donde queda recogido absolutamente todo lo que se dice.

Al día siguiente supimos dos cosas. Que el Sr Díaz había anunciado al presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, que “barajaba” la posibilidad de solicitarle “amparo” como presidente de la Comisión de Investigación ante las trabas del ejecutivo.

Y en segundo lugar que, gracias a esa gestión ante Durán, se creaba una nueva comisión. En dicha comisión, participarán el presidente del Parlamento, el presidente de la comisión de investigación, los letrados de la Cámara y algún representante del Gobierno andaluz, según ha explicado Díaz Robledo, quien ha celebrado que el Ejecutivo «deje de echar un pulso» al Parlamento.

Ningún otro parlamentario de la oposición, podrá integrar dicho órgano, dejando el peso político en manos de Julio Díaz, cuyo comportamiento hasta ahora, según el PP, ha sido notablemente tibio como presidente de la Comisión.

La crisis de los papeles, millones de papeles según el gobierno que dice que es incapaz materialmente de atender en tiempo y forma, no solo deja en evidencia la falta de medios y una presunta intencionalidad de dilatar en el tiempo la búsqueda de responsabilidades políticas, según la oposición. Desde Podemos han llegado a culpar de esta estrategia al calendario del supuesto intento de Susana Díaz por irse a Madrid.

En esta primera crisis Junta/Parlamento quien no está dando la talla como presidente de la institución legislativa y fiscalizadora  del ejecutivo es Don Juan Pablo Durán. Y si ha hecho alguna gestión sobre el asunto no lo hemos sabido por él.

No debe sorprender la ausencia de en la polémica del presidente. Como se sabe el Sr Durán se enteró 24 horas antes de que iba a ser nombrado presidente de la Cámara, tras descubrir el PSOE que la Ley del Gobierno incompatibilizaba que el vicepresidente en funciones entonces, Manuel Jiménez Barrios, pudiese presidir el Parlamento. De tal manera que el nombramiento del Sr Durán fue improvisado por el PSOE a última hora, optando por un perfil de hombre del aparato. Durán, a juicio de la presidenta Díaz, reunía las cualidades mínimas para garantizarse una presidencia de absoluta confianza política, dada la compleja composición de la nueva Cámara. A Durán le avaló su trabajo como secretario general del PSOE en Córdoba.

El contexto de su nombramiento viene a colación por la escasa o nula firmeza que el actual presidente del Parlamento de Andalucía mantiene frente a los intereses políticos de su partido. De igual forma Durán no se está destacando por ser lo que legalmente es, la segunda autoridad de la comunidad. La Presidencia del Parlamento de Andalucía parece que ha optado en esta Legislatura por un perfil bajo. Y sucede en un tiempo en el que todos creían que el Parlamento se iba a convertir en el centro neurálgico del debate y la política andaluza. Una actitud que muchos interpretan en los escaños de la oposición como la voluntad expresa de Juan Pablo Durán por dejar sola en el escenario a su jefa Susana Díaz.  Con motivo de la actual crisis de los papeles de los Cursos de Formación Juan Pablo Durán no se ha pronunciado públicamente. Pero por lo que se anuncia ha impulsado otra comisión para ver cómo se entregan los papeles a la Comisión.