The news is by your side.

La Fundación Cajasol y un Gobierno sin vergüenza

Se van de vacaciones y no le meten mano al burofax enviado por Cajasol a la Junta hace trece meses.

 

El pasado 26 de junio ésta publicación sacó a la luz por vez primera el contenido íntegro del burofax enviado hace un año por el entonces vicepresidente de la Fundación Cajasol y hombre fuerte del PP de Bonilla entre los patronos populares que se sentaban en el Patronato de la entidad. Si leen detenidamente el contenido del documento, las alegaciones y denuncias que presenta ante el Protectorado de Fundaciones de la Junta el hombre del PP en Cajasol, se darán cuenta de la importancia y la necesidad de clarificar lo que ha podido suceder con nuestros dineros en la gestión de la Fundación más importante de Andalucía, con cerca de los veinte millones anuales y casi la mitad los reparte un rumboso Antonio Pulido, el hombre que más amigos tiene mientras tenga dinero que repartir a su antojo y capricho y sin control externo. Recuérdese que la Fundación Cajasol ya no tiene nada que ver con la Caixa, salvo su inversión en el accionariado de la entidad catalano/valenciana, asunto raro y del que nadie ha vuelto a hablar tras la ¿venta? de las acciones por Pulido finiquitando unilateralmente el pacto de accionistas. Que se sepa la Junta de Andalucía ni fue informada ni informó respecto de esta operación económica tan considerable. Estamos ante una institución pública, o sea de todos, y su patrimonio debería ser fiscalizado hasta el último céntimo. Y eso, hoy por hoy según quien ha sido durante años su vicepresidente, esa falta de transparencia sucede en una fundación que son los restos del naufragio de las cajas de ahorro El Monte y la San Fernando.

Si leen el burofax de Marcos Contreras al entonces consejero Ramírez de Arellano, de quien dependía el Protectorado de las fundaciones procedentes del sector financiero, Cajasol entre ellas, podemos estar ante la gestión irregular o interesada de un bien público por determinados clanes sociales y políticos, fundamentalmente de Sevilla, con el aparente liderazgo del propio Pulido.

De Cajasol, gracias a la habilidad de su presidente, todos han chupado más o menos en estos años. Y siguen mamando en la teta de una caja donde, en teoría, mandan las diputaciones de Sevilla y Huelva, o sea el PSOE. Pero no hallarán luz y taquígrafos en las interioridades de los despachos y los por qué de determinadas decisiones o inversiones. Justo lo que pregunta Contreras en su petición de ‘amparo’ e información al exconsejero socialista que se la pasó por el forro.

Nadie nunca respondió a aquel papel que anduvo perdido por la consejería varios meses. Era una patata caliente, de esas gordas que queman en exceso, porque el nombre de Antonio Pulido en el gobierno de la Junta socialista siempre estuvo identificado como el “amigo de Susana”, cosa cierta como se ha visto y comprobado en estos años, aunque después los periodistas lo bautizaron como ‘El banquero de Susana’..

Para el PSOE, la Fundación, ha sido algo así como una caja de resistencia o emergencias, capaz financieramente de subvencionar todas aquellas iniciativas o actividades que acabarán facturando terceros porque interesa políticamente al partido. Pero sin duda el bocado más apetitoso y rentable desde el punto de vista político y económico es la millonaria partida dedicada a publicidad y relaciones con los medios. Todo mediante contratos o convenios, estos últimos son textos comunes a todos y donde nunca se explicita con todas las letras la cláusula fundamental no escrita: los intereses, por este orden, de Antonio Pulido, la Fundación Cajasol o cualquiera de sus ramificaciones en asuntos varios, debían ser respetados y en el mejor de los casos – para ellos– ignorados por los medios.

Alguien imagina que se tiene libertad de expresión en una tertulia televisiva presidida por un pedazo de plasma donde puede leerse ‘Fundación Cajasol’, patrocinador de una tertulia donde puede hablarse de todo, excepto de los puntos sensibles para el Sr Pulido y la entidad que preside. En las entrevistas televisivas de las teles locales de estos años, todas ellas costeadas en los respectivos paquetes publicitarios, son auténticos masajes al anfitrión Pulido.

Esa es la clave por la que en cualquier búsqueda en Internet solo hallarán noticias relacionadas con el gestor Pulido en medios de Madrid. Aunque bien es verdad que algunos de los medios que se destacaron con denuncias hace años, fueron convenientemente absorbidos por los convenios y el dinero que Cajasol les da desde entonces. Pulido y su equipo no suelen trabajar con las audiencias de los medios donde invierte su publicidad la fundación, la medida utilizada en realidad es el grado de retorcimiento de colmillos de los dueños/responsables de los medios. El eterno jefe de Cajasol es de los que no soporta verse publicado con cosas que a él no le interesan, no le gustan porque lo ridiculizan. Pulido, que tiene buen olfato para detectar zorros y jabalíes, es de los que sueltan dinero preventivamente tras su primer contacto con el editor o responsable del medio de turno. Sobre todo, cuando le enseñan los colmillos nada más llegar y lanzarle la primera sonrisa.

En el dinero que anualmente reparte entre los medios se notan claramente las líneas editoriales a las que institucionalmente se miman desde Cajasol, Prisa por ejemplo cuando es el PSOE el que sopla o Prensa Española cuando lo ha hecho el PP.

Por concluir, esta Fundación, dado el capital que maneja cada año, es en teoría un gran instrumento al servicio de la sociedad más cercana  siempre y cuando la distribución de fondos estuviese calibrada y explicada públicamente con luz y taquígrafos.

Pomposamente dicen tener una Obra Social y Cultural, y lo primero que se viene a la cabeza es la de cosas que podrían hacerse con diez millones bien repartidos, con equidad y justicia por toda Andalucia.

Los documentos internos que se han conocido, fechados a principios de la actual década, demuestran que las subvenciones se han repartido caprichosamente, algo que se comprueba con facilidad tras echar un breve vistazo a los nombres que aparecen. Hasta el colegio de las niñas del Presidente salía premiado con la pedrea de un viaje de fin de curso a Madrid.

Son ya demasiadas las evidencias que conoce la opinión pública (y publicada) sobre el gestor Antonio Pulido. ¿Hacen falta más?

No, lo que hace falta es un gobierno que pierda la vergüenza torera, se arremangue, ponga los equipos de detección de basura en marcha y no cometa los mismos errores de falta de control que cometió el PSOE como se está viendo y comprobando. Es urgente auditar a fondo la Fundación Cajasol tras conocerse el burofax de Contreras, el único mecanismo, ver sus cuentas, del que dispone la Junta como ente fiscalizador para meter mano en la olla de papas calientes del  ‘banquero de Susana’.

Que haya pasado más de un año y que la Consejería de Hacienda que dirige Juan Bravo, acabados los presupuestos, se marchen de vacaciones sin haber levantado el banderín Cajasol y responder algo, al menos un «lo vamos a mirar en septiembre»  es un síntoma inquietante que se carga del tirón tanto discurso regenerador de Moreno Bonilla y Pablo Casado en los mítines de las campañas recientes. Basta recordar el show ante el armazón de un viejo puticlub donde iban los barandas del PSOE a beber y… Visto lo visto con esta actitud timorata que ahora mantienen seguramente lo decían para que entonces olvidásemos la Gürtell.

Es de suponer que poco les preocupa a los señores del gobierno Bonilla el asunto que contiene el burofax, noticia de la que ni siquiera se han hecho eco las agencias – no hablemos ya de los medios convenidos por Pulido –, aunque deben saber un detalle curioso pero con escaso valor científico.

La publicación del burofax ha sido uno de los post más leídos en Confidencial Andaluz en los últimos tres meses. Será porque hay más gente interesada en el asunto de la que muchos imaginan, especialmente esos que siguen poniendo vallas al campo de internet con el dinero…de todos.

«Bendodo y Pulido tienen intereses comunes» se le ha escuchado decir hace poco a alguien del círculo del propio Juanma Moreno Bonilla, lo contaba uno de los muchos interesados en el PP en levantar las alfombras y moquetas de Cajasol. Quizás Bendodo sea el clavo ardiendo al que se ha agarrado Pulido en esta nueva era con la derecha triunfante en tiempos convulsos y de cambios. Ambos, no obstante, deben cuidarse del fuerte oleaje de otoño, dicen que llegan papeles muy determinantes y clarificadores desde Madrid sobre la constitución legal de la Fundación. Pero esa será otra historia sobre la que el PP también seguramente tendrá cosas que explicar y justificar en su momento.