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La hoguera de Susana Díaz

Juanma Vidal2
Juanma Vidal

En el particular “Juego de Tronos” en que se ha constituido el PSOE, cada virrey pretende mostrar su fortaleza en virtud de los apoyos recibidos y del amparo de los grandes barones del Partido. Siguiendo con esa imagen feudal de los libros de caballería, todos parecen rendir pleitesía a un solo amo, ama en este caso, sin embargo parecen fingir sus lealtades por aquello de la ambigüedad mal disimulada.

Atrás queda la disciplina de partido, más parecida a la obediencia debida castrense, relegada en pos de la democracia interna, que visibiliza las discrepancias profundas entre sectores favorables a la una y contrarios al otro, dando una imagen de “pandemoium” donde reina un caos que perjudica a sus integrantes y solo beneficia a sus rivales.

Así las cosas, la decisión adoptada por Pedro Sánchez en el  último Comité Federal de consultar a las bases, pese a la legitimidad y autonomía de dicho ente para tomar las decisiones, al tiempo que rocambolesca, parece un tanto complicada, pues ni siquiera se ha expuesto cómo se procedería para recabar esos apoyos.

Sin duda es una argucia para congratularse con las bases, sobre todo de cara al futuro congreso de mayo, en un momento en que líderes como Susana Díaz, Guillermo Fernández Vara y Javier Fernández muestran sin sonrojo sus discrepancias con la dirección, a la que parecen culpar de la “derrota histórica” del 20-D. Sin embargo el órdago de Sánchez ha frenado las embestidas del “tridente” socialista, con Díaz al frente, hoy “respetuosa” y dispuesta a “ayudar”, para que el “PSOE esté a la altura” de lo que demanda el país. “Ahora tengo que dejar que los compañeros trabajen”.

[blockquote style=»1″]En cambio, respaldarían un acuerdo con Ciudadanos, como ya sucede en Andalucía, aunque esta relación se está “enfriando” y hasta se están “replanteando el pacto” sobre todo si Díaz se fuera de allí.[/blockquote]

Los “rebeldes” dudan de todo acuerdo con Podemos y Pablo Iglesias, al que ven como un “telepredicardor…obsesionado con el poder”, y que solo busca “dividir al PSOE”. La desazón viene desde los orígenes de la fuerza morada, que ha ido creciendo a expensas de las relajaciones del PSOE, pues no es voto joven, ni repatriados que mostraran una nueva opción. No, es el voto de la decepción y el castigo contra el PSOE.

En cambio, respaldarían un acuerdo con Ciudadanos, como ya sucede en Andalucía, aunque esta relación se está “enfriando” y hasta se están “replanteando el pacto” sobre todo si Díaz se fuera de allí. Solo hay un problema: no suman los votos suficientes. Y tampoco quieren oír hablar de apoyos de separatistas ni de nadie que cuestione la soberanía nacional.

En Ferraz saben que tienen pocas opciones para formar gobierno y aún así han aceptado la propuesta del Rey para crear una estructura de gobierno aunando voluntades y superando las profundas diferencias. El tiempo juega en su contra, debido a la inestabilidad que arrastra en los mercados tanta incertidumbre política, así como las presiones de los socios comunitarios que claman por continuar con los recortes y ajustes en curso.

Lo que ya nadie cuestiona es que Susana Díaz se siente lo suficientemente respaldada para tomar las riendas de la nave socialista si al final Sánchez pincha, pues llegaría éste muy debilitado al Congreso y casi sin opciones en unas primarias ante Díaz, coreada por aclamación si fuera el Comité quien tomara la decisión en su defecto.

Sánchez salió vivo del comité post 20-D, pese al traspié, y nadie forzó una votación contra él que le hubiera dejado en minoría y prácticamente desautorizado ante la masa socialista. Por eso Díaz parece medir bien cada esfuerzo, evitando desgastes innecesarios. Un paso en falso resultaría fatal en sus pretensiones y erosionaría su imagen triunfalista en Ferraz.

[blockquote style=»1″]El demiurgo del socialismo actual y oráculo de muchos barones y alguna baronesa, le recomendó a Díaz que “si estuviera en su piel”, en su doble condición de presidenta de la Junta y Secretaria del PSOE-A, “no se presentaría a la Secretaría General del PSOE, ni como candidata a unas próximas elecciones generales, fueran o no anticipadas”.[/blockquote]

En este marco de indecisiones y recelos, no entendemos bien la actitud cesarista de “heroína” que acude ante una “situación de emergencia nacional”, como ofrecía un diario nacional el pasado domingo, pero la ficción es lo que tiene, alimenta el inconsciente colectivo.

Si Sánchez formara gobierno, aun cogido con pinzas, tomaría oxígeno y estrangularía y/o aplazaría las opciones de Díaz para dar el gran salto. De ahí que ésta apueste decididamente por unas nuevas elecciones. De lo que pasara entonces, nada podemos anticipar, pero que el PSOE quedaría muy tocado es casi seguro, pese a que algunos sondeos vaticinan la repetición casi calcada de resultados, sin decantación manifiesta.

En este contexto compareció este miércoles el ex presidente Felipe González en el programa “Y tú ¿qué opinas?” de Canal Sur. El demiurgo del socialismo actual y oráculo de muchos barones y alguna baronesa, le recomendó a Díaz que “si estuviera en su piel”, en su doble condición de presidenta de la Junta y Secretaria del PSOE-A, “no se presentaría a la Secretaría General del PSOE, ni como candidata a unas próximas elecciones generales, fueran o no anticipadas”, pese a reconocer su “liderazgo y fortaleza” para hacerlo. Recordó que “tiene que cumplir una responsabilidad en Andalucía”, pero que será ella quien mida sus ganas para aceptar ese reto.

Pese a que en un primer instante se sugirió que apoyaba un pacto PP y C´s con la abstención de PSOE, anoche consideró “inteligente” el gesto de Sánchez de “abrir diálogo con Ciudadanos e intentarlo con Podemos” enfatizando que si PP y PSOE “no son capaces de formar Gobierno uno u otro no deben imposibilitar al de otro hacerlo”, tildando de “bien planteada” la hoja de ruta del candidato socialista, aunque con “matices”, que no precisó.

Tras el Rubicón atravesado en 2011, con un Rubalcaba autoinmolado a beneficio del partido, lejos de calmarse las aguas y volver a su cauce con Sánchez como candidato de consenso, alguna ha reavivado la hoguera de las vanidades interna. Veremos quién sale al punto de horno y quién chamuscado.