The news is by your side.

‘La Madrugá’ (y III): preguntas e hipótesis

Daniel Gutierrez Marin
Daniel Marín*

Con este tercer análisis concluye una aproximación a lo acontecido en la pasada madrugada del Viernes Santo. Se recomienda leer el primer texto (contexto general en el que se producen los hechos) y el segundo texto (análisis de los hechos a partir del comunicado oficial del Ayuntamiento de Sevilla.

Aviso a navegantes: no esperen encontrar en este texto a los responsables de los hechos o soluciones para años venideros. Eso es trabajo de la investigación policial y de las autoridades pertinentes. Para muchos esto supondrá una decepción.

Recapitulando, ya se ha dicho que el contexto era propicio a que se produjeran desórdenes públicos. Achacarlo a una mera falta de valores, de educación o de respeto resulta excesivamente reduccionista. Eso ya lo dijo José Luis Garrido Bustamante en el año 2000. ¿No hemos aprendido nada? En este caso, parece evidente que una parte es esa aunque derivada de procesos sociales colectivos más complejos, como la institucionalización de la fiesta, su explotación turística, procesos globalizadores, perdida de empatía social o modificación en la acción colectiva, algo propio de las sociedades actuales. Cada variable que aquí sumemos, debería ser analizada al detalle y ponerla en la balanza. En este caldo de cultivo se producen unos hechos que, setenta y dos horas después, no han sido aclarados y que se han presentado ante la opinión pública de forma confusa y desordenada. La versión oficial tiene demasiadas lagunas y con el paso de las horas se han ido desmontando sus principales sustentos. Se recomienda leer esta información de Sevilla Actualidad para conocer una secuencia lo más aproximada posible de los hechos.

 

 

gran_poder_postigo_web
La Policia tranquiliza a la gente en el Postigo, al paso de El Gran Poder.

 

HIPÓTESIS

Hay quienes han ofrecido hipótesis sobre el origen de los sucesos y de los propios responsables. Medios nacionales culparon a unos jóvenes que, según parece, no se corresponden con ninguno de los detenidos de esa noche. Tanto es así, que esos mismos jóvenes han presentado una denuncia por haber sido acusados públicamente. De igual manera, de los ocho detenidos, la cuenta de resultados queda de la siguiente manera: el senegalés ha quedado en libertad con cargos y la fiscalía ha pedido una multa a razón de seis euros diarios durante cuatro meses, por delitos contra los sentimientos religiosos; otros cuatro han quedado en libertad con cargos y, curiosamente, tres han ingresado en prisión preventiva por negarse a declarar.

 

A esto habría que añadir el testimonio de un afectado que se encontraba entre la calle Trajano y la Alameda de Hércules, quien asegura haber visto un grupo de seis o siete individuos, de una estética determinada, portando barras metálicas y alterando el orden.

 

Por otro lado, las tres hipótesis más barajadas son la oficial –sucesos desconectados atribuidos a mero gamberrismo y vandalismo-, el efecto ola y, por último, sucesos coordinados. La primera de estas hipótesis fue abordada en el segundo texto. Gamberros y delincuentes comunes no generan una situación de pánico generalizado. Asimismo, la multitud de focos donde se producen sucesos y la hora sincronizada de los mismos hace pensar que no puede deberse a personas no coordinadas. El efecto ola parece verosímil y podría tener cabida si no fuera, primero, porque tiene su génesis en la versión oficial ofrecida –la cual plantea demasiadas dudas- y, segundo, porque las condiciones geográficas dificultan este efecto ola. A esto habría que añadir el testimonio de un afectado que se encontraba entre la calle Trajano y la Alameda de Hércules, quien asegura haber visto un grupo de seis o siete individuos, de una estética determinada, portando barras metálicas y alterando el orden. Pocos metros después, cuando se encontraban cerca del ‘paso’ de la Esperanza Macarena, generaron un altercando, lanzando petardos de poca entidad –según relata esta fuente-, mientas se producían incidentes en otros puntos de la ciudad. Por último, la hipótesis de sucesos coordinados. Abc de Sevilla ha refrendado esta hipótesis consultando fuentes policiales.

 

cabrera_gil_toresano_saiz_de_la_maza_web
Las únicas autoridades públicas que han ofrecido unas escuetas declaraciones han sido políticos de segundo escalafón. En la imagen de Arte Sacro junto al Presidente del Consejo Saiz de la Maza.

 

 

AÑO 2000: ANALIZANDO LA HISTORIA

Los sucesos del año 2000 se cerraron en falso con los traslados del jefe de la Policía Local y al Subdelegado del Gobierno de aquel momento. No hubo responsables. No hubo acusados. En el año 2000 se produjeron altercados en diferentes puntos de la ciudad, de afuera hacia dentro, tal como en 2017, y sin un origen conocido. Entonces fueron las teorías del escape de gas y del hombre con cuchillo, incluso se dijo que se habían escapado los toros de los corrales de la Maestranza. En esta ocasión, gamberros y delincuentes comunes. También en una estrategia de afuera hacia dentro. Solo varían las horas, leventemente, pero también cuando ya están todas las cofradías en la calle y cuando todas se encuentran en las inmediaciones de la carrera oficial.

 

La principal diferencia entre los años 2000/2017 y 2005/2015 es que los primeros no tienen un origen identificado por las fuerzas de orden público y en los segundos, existe un foco claramente señalado.

 

Es preciso señalar que, igualmente, en ambos años los altercados se producen muy próximos a los ‘pasos’ de todas las cofradías. Los años 2000 y 2017 se parecen mucho entre sí y nada a los sucesos que ocurrieron en los años 2005 y 2015. En el primero de esos años, en 2005, un coche conducido por extranjeros irrumpió en la plaza del Duque, alterando la cofradía del Gran Poder. En el año 2015, la Hermandad del Silencio y de los Gitanos se vio afectada por estampidas provocadas por peleas. La principal diferencia entre los años 2000/2017 y 2005/2015 es que los primeros no tienen un origen identificado por las fuerzas de orden público y en los segundos, existe un foco claramente señalado. El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha señalado que a diferencia de los sucesos del año 2000, ahora hay detenidos. Sin embargo, nadie asegura que esos detenidos sean los verdaderos responsables de los disturbios ni siquiera sus autores intelectuales. En esta ocasión, diferentes medios de comunicación y la versión oficial han coincidido, como entonces, en hechos aislados y efecto dominó. Tal como señaló, también, Garrido Bustamante en el año 2000. Precisamente cuando los sucesos se cerraron en falso y sin responsables definidos. Habría más que analizar, seguramente, en esta comparativa que ha sido posible gracias al relato producido por De Nazaret a Sevilla.

 

Las únicas autoridades públicas que han ofrecido unas escuetas declaraciones han sido políticos de segundo escalafón.

 

Igualmente, ahora como entonces, escandaliza el silencio de la principal autoridad municipal, Juan Espadas; la ausencia total de declaraciones por parte del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que se encontraba en Sevilla; y el ni está ni se le espera de la Junta de Andalucía. Las únicas autoridades públicas que han ofrecido unas escuetas declaraciones han sido políticos de segundo escalafón. Resulta doloroso, incluso, que el alcalde de Sevilla haya dicho que, de no ser por estos incidentes, “estaríamos hablando probablemente de una Semana Santa pletórica”.

 

incidentes_Madruga_2017_web
En numerosos puntos de la ciudad los uniformes de policías se mezclaban con las filas de nazarenos desconcertados y asustados.

 

 

DECLARACIONES Y OCURRENCIAS

Sin que aún se hayan esclarecido los hechos, los principales espadas de todas las instituciones, medios de comunicación incluidos, ya han ofrecido posibles soluciones. Resulta clamoroso, por ejemplo, que esas soluciones consistan en delimitar más, en estrechar más, en vigilar más y en encorsetar aún más la celebración de una fiesta que se supone popular. Da la sensación de que sobrara la gente. El presidente del Consejo de Cofradías, Joaquín Sainz de la Maza, ya ha dicho que será necesario tomar medidas drásticas. El alcalde no se ha escondido a la hora de decir que habrá que reforzar las medidas de seguridad de cara a 2018. Y una difundida columna de Carlos Navarro Antolín hablaba de un “cheque en blanco” para las autoridades. En este artículo se citan medidas semejantes a estados de excepción o de países con escasas libertades democráticas. Muchos cofrades han refrendado estas posibles soluciones, entregando la libertad a cambio de una supuesta seguridad que ya debería existir. Tan arrodillados están todos los actores ante el mantra de la seguridad que los hermanos mayores de la ‘Madrugá’ ya hablan de ponerse a disposición del CECOP y de hacer lo que se les diga. Sin embargo, nadie se ha escandalizado por que las primeras propuestas partan de quienes han fracasado en materia de seguridad.

 

Resulta clamoroso, por ejemplo, que esas soluciones consistan en delimitar más, en estrechar más, en vigilar más y en encorsetar aún más la celebración de una fiesta que se supone popular.

 

 

armas_ncidentes_madruga_2017
Foto oficial de las cuatro barras (y un pequeño destornillador ) incautadas por la Policia durante La Madrugá

 

OLVIDOS Y CODA FINAL

En todo este magma de informaciones, pocos se ha hablado de los problemas y dificultades que plantean la propia carrera oficial y cómo cala la dificultad de acceder a una silla entre la opinión pública. Los ciudadanos, en general, perciben la carrera oficial como un espacio elitista, reservado a unos pocos privilegiados, que somete a las cofradías a recorridos imposibles y que divide la fiesta entre quienes pueden disfrutar de ella plenamente y quienes deben conformarse con los restos. Parece un olvido citar que también se produjeron incidentes en la calle Sierpes, en los palcos de San Francisco y en la plaza Virgen de los Reyes. Sin embargo, todos los relatos oficialistas obvian que en estos enclaves haya ocurrido algo. Incluso alguna televisión local, en pleno directo, aseguraba que la noche transcurría en “total normalidad” cuando ya se habían producido incidentes en diferentes puntos del casco histórico.

 

Los ciudadanos, en general, perciben la carrera oficial como un espacio elitista, reservado a unos pocos privilegiados.

 

Ciertamente, todas las especulaciones posibles deben estar abiertas. Claro está que esto no ha sido cosa de unos gamberros. Cada vez son más las voces que se alzan contra la posibilidad de que los sucesos hayan podido ser causados de forma aislada y conocidos personajes, como Joaquín Moeckel, claman su hartazgo ante este tipo de situaciones.  Al mismo tiempo, abruma a muchos pensar que detrás de estos acontecimientos pudiera haber unas causas políticas o sindicales que, bien pretendiesen acotar aún más la celebración de la Semana Santa para hacerla más rentable económicamente a nivel turístico; bien quisieran mostrar la vulnerabilidad de la seguridad en Sevilla a pesar de haber desplegado más de 2.500 efectivos, cámaras de seguridad en las inmediaciones de la carrera oficial y dos helicópteros. En este contexto, hay quien ha deseado pescar en río revuelto: exaltación exagerada de la Semana Santa como fiesta exclusivamente religiosa, acusaciones xenófobas sin fundamento, culpabilizar a sectores de la izquierda e incluso ofrecimientos gratuitos para la defensa jurídica de las víctimas.

 

incidentes_madruga_2017
Desbandada en Reyes Católicos al paso del palio de la Virgen.

 

 

En este contexto, hay quien ha deseado pescar en río revuelto.

 

Sea cual fuere el autor intelectual de este sabotaje a la Semana Santa de Sevilla, instituciones políticas, cofradieras y medios de comunicación se han encargado de construir un “malo”, un atacante que realmente no ha quedado del todo definido pero que tenía como objetivo, supuestamente, coartar nuestras libertades –curiosamente, lo que ahora se propone como solución-; se ha construido un relato bélico donde hay un ellos -todos esos “sinvergüenzas, basura humana, golfos y calaña”, en palabras del delegado de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera- que se oponen a todas esas personas de bien, un nosotros, que están siendo atacadas y que no deben permitir el avance del ataque. Se ha dicho, incluso, que si la Hermandad de los Gitanos se hubiera vuelto, “ganaban los que habían organizado esto” o que hay que plantarles cara. No parece ninguna derrota querer preservar la seguridad de tus hermanos. Por último, hay un elemento en juego: el poder. La Semana Santa de Sevilla es una producción cultural con demasiado capital, de todo tipo, acumulado. Es capaz de moldear a las masas a su antojo, influye en la vida política, social, económica, histórica, religiosa y patrimonial de la ciudad de Sevilla. Quien mantenga una cuota de control sobre ella, se asegura un poder determinado. Lo que deja claro que el responsable o responsables de los incidentes sabían muy bien lo que se traían entre manos.

 

La Semana Santa de Sevilla es una producción cultural con demasiado capital, de todo tipo, acumulado.

 

A partir de ahora habrá que seguir aguardando nuevas conclusiones sobre las investigaciones que se realicen, esperando y deseando que las Fuerzas de Seguridad del Estado puedan llegar hasta el fondo de la cuestión, caiga quien caiga. Que, de ninguna manera, puedan quedar impunes porque entonces sí que habrán ganado ellos y el pueblo, de nuevo, habrá perdido.

 

*Daniel Gutiérrez Marín es Licenciado en Periodismo e investigador en Ciencias Sociales

@LepetitMarin