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La máquina del fango

La LIVG no cumple con su objetivo: proteger a las mujeres víctimas de malos tratos.

 

El machismo existe. La violencia de género, también. No se discute eso ni Vox lo niega y quien diga que lo hace, miente. Dejando esto claro entremos en el fondo del asunto. La llegada de Vox al parlamento de Andalucía y su papel decisorio sobre el futuro del gobierno andaluz, más las perspectivas de futuro para el conjunto del país, han desatado una ofensiva sin precedentes contra ningún partido político desde la llegada de la democracia. Ni Herri Batasuna, finalmente ilegalizada por ser el brazo armado del terrorismo etarra, ni su heredera Bildu, ni los fanáticos supremacistas que quieren romper la nación desde el odio a todo lo español han recibido nunca ataques tan brutales como los que está recibiendo VOX por pedir una revisión de la Ley Integral de Violencia de Género.

La LIVG no cumple con su objetivo: proteger a las mujeres víctimas de malos tratos. En cambio abre la puerta a miles de denuncias falsas y de hombres inocentes maltratados judicialmente solo por ser hombres. Si se analizan los datos de denuncias, condenas y mujeres asesinadas en años anteriores a la promulgación de la ley y su desarrollo posterior, con miles de millones de euros invertidos, comprobaremos que las cifras son idénticas. Hoy, con 65.000 millones de euros gastados en 14 años (¿Cuántos han llegado a mujeres maltratadas?) pasa lo mismo que cuando no se invertía en evitarlo. Los que defienden esa política de ideología de género, de hembrismo que pregona la superioridad de la mujer sobre el hombre, si hay más denuncias y víctimas que el año anterior dicen que es por falta de presupuesto y piden más dinero, y si  se reducen esos mismos datos dicen que es prueba de que el dinero invertido sirve… y piden más dinero. Pase lo que pase, más dinero. Esa es la clave de bóveda de muchas hembristas (me niego a llamarlas feministas porque no lo son) y sus abogados: más dinero por una u otra razón porque llevan años viviendo cómodamente con esas subvenciones que no llegan a las mujeres maltratadas.

 

Sirva como muestra el Instituto Andaluz de la Mujer de la Junta de Andalucía, con un presupuesto el pasado año de 42 millones de euros…

 

Se ha organizado todo un chiringuito financiero mafioso de miles de personas en miles de asociaciones que reciben subvenciones de las que cobran altos salarios, dedicando la mayor parte de la subvención a sus sueldos y una mínima parte a asistencia y asesoramiento a las mujeres maltratadas. Sirva como muestra el Instituto Andaluz de la Mujer de la Junta de Andalucía, con un presupuesto el pasado año de 42 millones de euros, de los que pagando salarios, abono de locales, y otros varios destinan a mujeres maltratadas poco más de un millón de euros. El dinero se pierde en el camino. Quienes viven de estas subvenciones no quieren que se fiscalice cuánto dinero llega a la mujer maltratada y cuánto se queda en el camino.

El pensamiento único dice que las denuncias falsas (las condenadas por ello) son el 0,075% sin entrar en más datos. El 75% de las denuncias presentadas desde que se computan, en el año 2003, han sido archivadas. Entre esas cientos de miles hay muchas denuncias falsas y también maltratadores que han quedado impunes. Un hombre denunciado falsamente no puede proceder contra la denunciante si no ha sido cerrado el asunto sin declaración de responsabilidad contra él. Ningún juez lo hace para no encontrarse con un posible caso en que un declarado inocente asesine después a su mujer. Todas las denuncias se cierran con archivo provisional lo que conduce a la impunidad de la falsa denunciante. Por denunciar en proceso de separación, que aconsejan la mayoría de asociaciones y bufetes, tienes 426€/mes, la vivienda, e impides la custodia compartida de los hijos que se quedan con la denunciante, ¿Quién dice que no hay miles de mujeres que hacen uso de denuncia falsa en su beneficio?

Es imprescindible revisar todas las denuncias que se archivan, investigarlas y donde existan indicios, abrir procedimientos por posible denuncia falsa, cuyo resultado, de acreditarse, debe ser la retirada de todos los beneficios que se obtuvieron con la misma. Eso sería justo. Es tan inmoral y miserable un individuo que  maltrata a su pareja que una individua que denuncia falsamente a su pareja para obtener beneficios sabiendo que no será investigada y que puede hacerlo impunemente.

La máquina del fango no se queda solo en la defensa a ultranza del chiringuito financiero mafioso organizado en torno a las denuncias falsas de la LIVG, usando datos falseados o incompletos, verdades a medias que son la peor mentira, sino que también alcanza a la posición de VOX sobre la inmigración ilegal o la eliminación de las comunidades autónomas en la estructura del Estado. Respecto de la inmigración, VOX dice lo que hace el Gobierno del PSOE con el apoyo de todos los que lo pusieron ahí, aunque estos, haciendo lo que dice VOX que hay que hacer, tienen un discurso político que dice lo contrario. Es el signo de identidad de nuestra clase política, la mentira, la hipocresía y el disimulo. Sánchez habla de solidaridad, acoge a barcos con refugiados que no acogen en otros países europeos, dice que sanidad universal y provoca que en 2018 hayan llegado más de 64.000 ilegales, más que en los ocho años anteriores. Y ahora, como somos un país rico y sin pobres ofrece a esos mismos que él llamó 400 euros y billete por aceptar irse a sus países. Porque muchos de los que figuran como expulsados en las estadísticas siguen en España, tienen la orden escrita de expulsión y no pueden ser contratados en ningún trabajo y figuran en los registros informáticos como expulsados pero se quedan aquí, al desconocerse de qué país son o si se sabe, no los aceptan como nacionales en los mismos. La hipocresía política usada en este asunto ha quedado en evidencia con la reunión para repartir la llegada de Menores extranjeros no acompañados, los conocidos como MENAS, la mayoría en Andalucía seguida con varios miles menos por Cataluña, todos esos ayuntamientos y comunidades autónomas que dijeron que querían acoger a refugiados para quedar bien, cuando llega la hora de repartir los menores dicen que no, que se las apañen donde están, que si hay centros desbordados, escapan y viven en la calle, robando, con hambre y frio no es su problema. Así de demagógico, impresentable y despreciable es el comportamiento de nuestros políticos.

 

Este PSOE, por sus errores, y UPodemos por los suyos,  agravados con la pretensión de que la soberanía nacional sobre el territorio de la Patria quede depositada en los catalanes con desprecio a todos los demás, no volverán al Gobierno de España.

 

Otro elemento por el que llaman fascista a Vox es su pretensión de acabar con las CCAA. No sé si esa es la solución al derroche actual, pero que plantearlo no es ser fascista no tengo ninguna duda porque es la estructura de Estado, por ejemplo, de Francia, como todos sabemos país fascista donde los haya. Sus propuestas en esta materia de acabar con los fueros vasco y navarro y de transferir las competencias de seguridad, sanidad y educación al gobierno central las comparto porque servirían para mejorar la calidad del servicio a la ciudadanía y garantizar la igualdad de derechos en el acceso y calidad de los servicios públicos que garantiza el Estado. El fascismo es una cosa muy distinta a que el Estado tenga una u otra estructura, tiene que ver con imponer formas de vida y control a las personas y no con plantear una organización distinta, que permita derivar decenas de miles de millones de euros que se gastan en duplicidades y burocracias a mejorar el bienestar de la ciudadanía. Considerar que plantear esto es un atentado contra la democracia y la Constitución desde quienes están en el Gobierno con el voto de Bildu, de independentistas fanáticos catalanes que odian lo español y desprecian y atacan a cualquiera que no piensa como ellos y cuyo único fin es romper la nación, es haber perdido completamente el norte político. Este PSOE, por sus errores, y UPodemos por los suyos,  agravados con la pretensión de que la soberanía nacional sobre el territorio de la Patria quede depositada en los catalanes con desprecio a todos los demás, no volverán al Gobierno de España.

 

No votaré nunca a VOX por su posición sobre el aborto, rebajar la unión entre personas del mismo sexo de la condición de matrimonio y otras de moral religiosa que pretende imponer y no comparto, pero no me sumaré al coro de la Casta política y mediática del pensamiento único, manipulando sus intenciones y propuestas, con acusaciones brutales, infamias y calumnias, como las que han vertido parte de la clase política entre ellos Pablo Echenique, Teresa Rodríguez o Susana Díaz.