The news is by your side.

La patología oculta en las violaciones de ‘La manada’

pilar_enjamio
Pilar Enjamio*

Partimos de la base de que la violación no es un problema sexual sino mental cuyo objetivo es el poder sobre la víctima, su dominio y sometimiento. Este acto de sadismo sexual , de conducta perversa eleva momentáneamente la autoestima y complejo exacerbado del violador. Hay un componente narcisista en su personalidad definido perfectamente por el yo, después yo y después yo pero siempre intentando ser el caudillo y convertirse en centro de atención.

Tiene esta personalidad antisocial el origen en la niñez y traumas infantiles, en un posible fracaso escolar o carencia afectiva. No han interiorizado las leyes o normas enseñadas, no las han aprendido. Está desligado completamente el razonamiento de la impulsividad primando el segundo. Los actos compulsivos no se reducen al aspecto sexual sino que su conducta antisocial puede implicar a su vez robo y violencia en otras esferas vitales. Se evidencia en la integración en peñas radicales, ultras como una guerra entre ellos y el mundo y hay que batirse en una especie de guerra o lucha y claro está para ser los vencedores.

Basta observar la fotografía para atisbar esa figura de control del resto. Hay un concepto muy importante que es el grupo y la fuerza que da para realizar acciones que de otro modo serían impensables individualmente.

La persona pierde su rasgo humano y se transforma en un mero objeto a retar. Y presumen de sus perversidades como hazañas al más puro y denodado machismo sin empatía alguna,sin importarle el dolor ajeno. Es evidente hay un cabecilla, el Prenda, cuyo nombre está tatuado en su vientre y ha valido como señal de identificación y los demás son su rebaño, «la manada» se autodefinen. Basta observar la fotografía para atisbar esa figura de control del resto. Hay un concepto muy importante que es el grupo y la fuerza que da para realizar acciones que de otro modo serían impensables individualmente. Se había dicho que le habían dado a la joven violada en Sanfermines una droga  que anula la voluntad denominada escopolamina o burundiana, pero no lo creo porque esta substancia produce amnesia de lo ocurrido. Si creo hayan consumido alcohol y otro tipo de drogas que envalentonan más y suprimen la inhibición pero todos sabemos que este cóctel explosivo crea psicosis no originarias genéticamente pero sí adquiridas. Sin ser psicosis puede haber también una psicopatía. Los psicópatas son encantadores y muy sociables de cara al exterior pero en su intimidad realizan actos violentos confundiéndose dos personalidades y la persona agredida pierde su identidad para convertirse en el rostro de aquella en el pasado le rechazó. Al ser una patología ese ser acomplejado que es el violador y que necesita cada vez más dominar a alguien para elevar su nula autoestima se concluye que sus comportamientos son repetitivos y compulsivos y no reducibles solamente a una ocasión .Por tanto la existencia de una segunda violación en Córdoba y acaso más, sí lo creo.

 

 

*Pilar Enjamio es Psicólogo