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La renovación cavernaria

Viejas glorias: Luis Carlos Rejón, José Manuel Gómez Benítez, Javier Pérez Royo, Diego Cañamero, Juan Manuel Sánchez Gordillo… ¿Esos son los nombres de la renovación?

Opinión / BENITO FERNÁNDEZ.- Les aseguro que me esperaba mucho más de las llamadas fuerzas emergentes que, desde hace poco más de un año, han irrumpido en el panorama político español. Tanto Ciudadanos como Podemos habían creado grandes expectativas e ilusiones en una población harta de un bipartidismo corrupto y adocenado que se ha alternado en el poder en los últimos treintaitantos años. La llegada de unos líderes jóvenes y preparados que, desde sus respectivas y distintas ideologías, trajeran aire fresco a la política española había sido saludado con esperanza por un electorado harto de coles que deseaba salir ya de la habitual noria del tuyo-mío en la que se había convertido la política española. Todos creíamos que PP y PSOE tenían sus días contados. 

Porque no se trata de una renovación, al contrario, se trata más bien de fichar al precio que sea a figuras políticas o mediáticas que estaban sumidas en el olvido.

En este primer artículo me voy a centrar en Podemos que es quien está recaudando nuevas propuestas y sonoros candidatos como si esto fuese una lotería. Pero, como dice el refrán, al primer tapón, zurrapa. Los muchachos de Podemos, que pretendían ser el faro de una nueva forma de hacer política que acabara con lo que ellos llaman “la casta”, han ido cediendo posiciones, modificando su programa y adquiriendo los peores defectos de los partidos a los que decían combatir. Pablo Iglesias, como un Rajoy cualquiera, decide quiénes van a formar parte de sus listas electorales no sólo en Madrid, sino en Valencia, en Barcelona, en Bilbao, en Sevilla o en Pernanbuco. Sus ansias dictatoriales delatan cuales son sus intenciones. Porque no se trata de una renovación, al contrario, se trata más bien de fichar al precio que sea a figuras políticas o mediáticas que estaban sumidas en el olvido. Viejas glorias como Luis Carlos Rejón, José Manuel Gómez Benítez, Javier Pérez Royo, Diego Cañamero, Juan Manuel Sánchez Gordillo…¿Esos son los nombres de la renovación? Pues estamos aviaos. Algunos de ellos, ya lo han podido comprobar se han dado de baja a los dos minutos al ver lo que se le venía encima y han durado menos en las supuestas listas que un caramelo en la puerta de un colegio. Candidatos cavernarios de ida y vuelta para escarnio de los militantes de Podemos y para cachondeo de las redes sociales. Me da la impresión de que Pablo Iglesias se encuentra más solo que Robinson Crusoe y anda buscando algún Viernes por todos los rincones para cubrir el expediente de las elecciones generales del 20-D. Y los que está encontrando no son, desde luego, los más idóneos para contentar a sus bases.

Mientras escribo este primer artículo en este nuevo y esperanzador digital que acaba de nacer, El Confidencial Andaluz, tengo delante una fotografía tomada hace diez años en el Parador de Carmona. En ella aparecemos varios compañeros de ABC de Sevilla: Ignacio Camacho, Alvaro Ybarra, Mar Correa, Inmaculada Navarrete y yo, junto a los ponentes del primer Estatuto de Autonomía de Andalucía al cumplirse el XXV aniversario del mismo. José Rodríguez de la Borbolla, Angel López y Miguel Angel del Pino, por el PSOE; Carlos Rosado y Pedro Luis Serreras por la UCD, Juan Carlos Aguilar por el PA y Javier Pérez Royo por el PCA. Treinta y cinco años han pasado desde que estas cinco personalidades políticas fueran protagonistas de la reciente historia de Andalucía. ¿No les parece demasiado tiempo para que alguno de ellos pretenda, a estas alturas, volver al tablero de juego esgrimiendo además el emblema y la bandera de la renovación de ideas?

De todo lo dicho concluyo que me da la impresión de que el bluff de Podemos llegó en las elecciones municipales a su máxima cota y que, desde entonces, sus dirigentes han optado por una demencial huída hacia adelante que nadie sabe dónde puede acabar. La respuesta está cercana. Dentro de un mes veremos si ese ilusionante fuerza emergente es algo perdurable o sólo fue el sueño de una noche de verano.