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La teoría del shock

Esa probabilidad por parte de los asalariados de participar en las ganancias de capital ser reduce considerablemente, generando además, excesos de consumo.

 

La periodista y activista canadiense, Naomi Klein, escribió el año 2007, en pleno auge  de los mercados de capitales y del mercado inmobiliario, el libro “la doctrina de shock”. En este ensayo económico-social la periodista Naomi intenta desmontar las bondades de la nueva teoría económica liberal encarnada: por los monetaristas de Milton Friedman, la escuela austriaca por Ludwig von Mises y  las expectativas racionales de  Robert Lucas. Sin entrar a valorar las tesis planteadas en este libro para desacreditar la nueva economía liberal, la doctrina del shock, se convierte en una obra de culto para los grupos antiglobalización y antisistema. El motivo es evidente, la conclusión a que llegamos es que a través de la aplicación por parte de los Estados y Gobiernos respectivos de políticas económicas neoliberales origina al final una mala distribución de la riqueza generando un empobrecimiento paulatino de la clase media.

 

Lo cierto o no, y aunque probablemente las hipótesis utilizadas por Naomi Klein no sean del todo veraces, las estadistas económicas reafirman la conclusión de su ensayo.

 

Así, si analizamos la composición de la riqueza nacional de nuestro país durante la década (2007-2017) observamos que  en el año 2007 estaba formada en un 52 por ciento en los salarios y un 48 por ciento en las rentas de capital. Diez años más tarde esta proporción se había invertido. Es decir, que el año pasado el 52 por ciento aproximadamente correspondería a las rentas de capital y el 48 por ciento a los salarios. El resultado no deja ninguna duda, todos aquellos que solamente dependan sus ingresos de rentas del trabajo cada vez tienen menor riqueza en relación aquellos que poseen rentas de capital. En pocas palabras, existe un empobrecimiento masivo de las clases medias y trabajadoras. Lo que conlleva a otra pregunta interesante, ¿dónde estará el límite de esta brecha?

También es verdad que podríamos decir que la mayoría de asalariados recibe rentas de capital a través de diferentes productos de inversión y por lo tanto también participan en parte en esas ganancias de capital. De hecho seria lo más normal y es lo que sucedía mientras los tipos de interés eran elevados o de una cifra que veían reproducir sus ahorros anualmente. Pero, con las políticas monetarias de tipo cero desarrolladas por los bancos centrales esta posibilidad desaparece, más aun y para empeorar la situación, las entidades financieras para no recortar sus beneficios de intermediación bancaria inician una política de creación de comisiones con la consecuencia de drenar abusivamente los ahorros de sus clientes menos favorecidos.

 

Por tanto, esa probabilidad por parte de los asalariados de participar en las ganancias de capital ser reduce considerablemente, generando además, excesos de consumo por parte de ellos, la mayor parte financiado por créditos entrando una espiral de consecuencias catastróficas para la economía y para la mayoría de hogares.

 

Ejemplos tenemos muchos, el último, el estallido de la burbuja inmobiliaria, dónde se alcanzaron cifras estratosféricas de endeudamiento del sector privado español, aproximadamente 2 billones de euros en el año 2008. Empeorando aún más la situación de miles de personas y de otras que hasta ese momento vivían felices y contentas. Y lo que demuestra a su vez, que hay pocos asalariados que participan en la ganancias de la rentas de capital.

Finalmente, y aunque me considero un ácrata-liberal, cada vez me pasa como al economista, Lucas Beltrán, patriarca del liberalismo en España  y secretario general del Plan de Estabilización a propuesta de López Rodó, el cual, en sus últimos tiempos de vida afirmaba: que podría ser que el liberalismo no fuera tan bueno como se pensaba y el mercado a largo plazo igual sí que alcanza el equilibrio pero a corto y medio plazo existen imperfecciones dónde una sociedad moderna no se podía permitir. La verdad, después de ver que en nuestro país, existe un 20 por ciento de la población en riesgo de pobreza, cifra que alcanza el 30 por ciento en Andalucía, el próximo que me hable de las bondades de las políticas liberales que este a sueldo de una administración lo primero que le diría: Primero crea un empresa, crea trabajo y luego habla y escribe de lo que quieras. Mientras tanto ten la osadía de estar callado.