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La tormenta perfecta en el PSOE

Benito Fernandez
Benito Fernández*

¡Peeeeedro sálvanos del PP! El grito histérico de Miquel Iceta en el mitin de Barcelona del pasado sábado, en plena jornada de reflexión de las elecciones vascas y gallegas, me recordó el otro alarido similar que Penélope Cruz lanzó en la ceremonia de los oscar cuando le concedieron la estatuilla a Pedro Almodóvar. Lo de Iceta no tiene nombre. No es que sea un político que no represente a nadie, que lo es, sino que tiene sobre sus espaldas el haber enterrado el histórico PSC al que sus antecesores, Maragall, Montilla o Pere Navarro, fueron cavando su fosa por sus pactos con el nacionalismo de derecha e izquierdas. Iceta no es nadie en el PSOE, nunca lo ha sido, y por eso se ha apuntado ahora al bando de su Pedro Sánchez de su alma a quien parece querer con un cariño que excede cualquier compromiso político.

Bueno pues este tal Iceta es uno de los máximos representantes del nuevo PSOE que quiere gobernar España encabezado por Pedro Sánchez. Un individuo al que solo le interesan sus intereses particulares, su propia supervivencia y le da igual pactar con tirios o con troyanos, con la antigua Convergencia que con Esquerra Republicana, con el Podemos de Ada Colau o incluso con la CUP, para salvar su culo, nunca mejor dicho. En eso se parece muy mucho a su jefe madrleño y de ahí que le grite en público ese “¡¡¡Peeedro sálvanos de Rajoy, por Dios!!!” que tanto juego ha dado el pasado fin de semana en las redes sociales.

Como dice alguien, Pedro Sánchez ha sido el topo más efectivo que Rajoy ha colocado dentro de la formación socialista. 

No me atrevo a augurar que va a pasar con el principal partido de la oposición. Como dice alguien, Pedro Sánchez ha sido el topo más efectivo que Rajoy ha colocado dentro de la formación socialista. Nadie ha sido capaz de destruir un partido histórico y consolidado en menos tiempo. En eso Sánchez sí que ha conseguido un récord que no logró ni tan siquiera la nefasta política de su antecesor en el cargo José Luis Rodríguez Zapatero. Los populares mantienen un discreto silencio porque saben que, ocurra lo que ocurra, tienen todas las de ganar. Si pierde Sánches porque se abre la posibilidad de que Rajoy pueda formar Gobierno, si gana, porque si vamos a unas terceras elecciones y se hunde el PSOE tienen muchas posibilidades de obtener, esta vez sí y a la tecera va la vencida, la mayoría casi absoluta junto al grupo de Ciudadanos.

De todas formas Sánchez ha logrado la tormenta perfecta. Con su empecinamiento y sus juegos a varias bandas ha conseguido que todos aquellos que se la tenían jurada desde hace ya más de un año, desde los barones más importantes (Susana Díaz, García Page, Ximo Puig, Fernandez Vara, Javier Lambán) hasta los popes del socialismo (González, Rubalcaba, el propio Zapatero, Corcuera), agrupen sus fuerzas y le hayan plantado cara publicamente antes de que el todavía secretario general del PSOE lleve al partido a su desaparición definitiva.

Como ésto no se arregle pronto con un cambio de dirigentes, los muchachos de Pablo Iglesias va a hacer su agosto en pleno mes de octubre.

No sé que va a ocurrir de aquí al Comité Federal del sábado. No sé si Sánchez dará su brazo a torcer y dimitirá tras quedarse casi sin Ejecutiva o si plantará cara a los llamados críticos, de lo que sí estoy seguro es que como ésto no se arregle pronto con un cambio de dirigentes, los muchachos de Pablo Iglesias va a hacer su agosto en pleno mes de octubre. Los “podemitas” están que hacen la ola a Sánchez para que aguante un poco más y convoque ese referéndum a las bases y ese Congreso Extraordinario para que sus militantes le apoyen…o no. Ya saben, a río revuelto, ganancia de pescadores.

Ocurra lo que ocurra en los próximos días, hay algo evidente. Que el PSOE tiene que buscar una nueva vía de contacto con la sociedad que ha perdido en los ùltimos años. Y esa vía, por más que se empeñe Pedro Sánchez, no está en un giro a la izquierda, lugar que ya ha ocupado Podemos y que es muy díficil de arrebatarle a estas alturas, sino en una vuelta a la socialdemocracia a la europea similar a la que ocupan los partidos socialistas de casi toda Europa Occidental, Cualquier otra deriva no va a producir más que frustración y renuncias de un electorado que ha sido fiel durante mucho tiempo a unas premisas de centro izquierda que poco o nada tienen que ver con las anquilosadas teorias marxistas-leninistas de los muchachos de Pablo Iglesias.

Ya veremos en qué queda toda esta movida. Les aseguro que, como periodista político, estoy disfrutando como un enano. ¡¡¡Qué siga la fiesta!!!

 

 

*Benito Fernández es Periodista.