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La UNIOVI rectifica y ofrece al Dr. Cantó volver a presentar su queja por el plagio

El actual equipo rector demuestra más reflejos que el anterior y se dispone a investigar la denuncia.

  • “Toda reclamación ha de ser atendida y estudiada”, dice una portavoz autorizada del actual rector, Santiago García Granda.

 

La Universidad de Oviedo ha recomendado -a través de un comunicado remitido este jueves a La Mar de Onuba– al Dr. José Manuel Cantó, cuya tesis doctoral fue plagiada para obtener su propio doctorado por el ex director general de Hunosa, Claudio Álvarez, que se dirija al actual equipo de gobierno “por los cauces formales” para efectuar su reclamación de que el plagio sea investigado y, en consecuencia, se retire el título de doctor a Álvarez, al menos hasta que este presente una tesis de elaboración propia.

“Su reclamación, por supuesto, será estudiada” y “si fuese necesario y procedente”, los servicios jurídicos de la Universidad asturiana “actuarían tomando las medidas oportunas”. La reclamación, pues, conllevaría abrir una investigación, dar audiencia a las partes y llevar a cabo todo un proceso que se hace a instancia de las partes interesadas “y, en particular, de la parte perjudicada”, ha asegurado una portavoz autorizada del Rectorado ovetense.

Abril de 2015 la UNIOVI dijo: “no corresponde ni al Rector, ni a la Comisión de Doctorado, ni a la Universidad de Oviedo en general, entablar acción alguna”

La invitación de la UNIOVI al Dr. Cantó supone un cambio sustancial respecto de la actitud del anterior equipo de Gobierno dirigido por el ex Rector Vicente Gotor Santamaría. Como hemos informado este mismo jueves La Mar de Onuba y Confidencial Andaluz, las reclamaciones presentadas por el geólogo onubense José Manuel Cantó desde al año 2012, habían caído en saco roto, en una actitud rayana en el desprecio, en la que se llegó a asegurar que “no corresponde ni al Rector, ni a la Comisión de Doctorado, ni a la Universidad de Oviedo en general, entablar acción alguna” al respecto del plagio denunciado, que sirvió al ex director general de Hunosa para obtener su doctorado de forma fraudulenta.

Respuesta del anterior equipo de gobierno de la Universidad de Oviedo a la denuncia de José Manuel Cantó, remitida en 2015, casi tres años después de la reclamación

Es más, el equipo del anterior Rector, remitió un escrito a Cantó en el que le informaba de que “ni siquiera podrían los Servicios Jurídicos de la Universidad de Oviedo asesorarle en esta cuestión, dado que las funciones del mismo, como establece su Reglamento, se ciñen a la asistencia de la Institución, pues en buena lógica este asunto podría derivar en un juicio contencioso-administrativo en que la Universidad sería la parte demandada”. Bajo esa premisa, la dirección de Vicente Gotor condicionó cualquier actuación contra Claudio Álvarez a la vía judicial, “el cauce más conveniente”, relegando a la obtención de una sentencia firme en la jurisdicción civil que considerara probado el plagio,un posterior intento de revisión de oficio del otorgamiento del título de doctor, en su caso”.

Seis años después de la primera reclamación presentada por José Manuel Cantó, la Universidad de Oviedo, bajo la dirección del nuevo Rector, Santiago García Granda, se ha mostrado sorprendida ante la gravedad de los hechos denunciados, que en conversación con La Mar de Onuba, ha negado conocer hasta la publicación conjunta en este digital y Confidencial Andaluz de la carta abierta del geólogo onubense, cuya tesis doctoral fue plagiada por Claudio Álvarez.

“No hemos recibido ninguna reclamación o consulta reciente sobre este asunto”, ha asegurado la portavoz con la que ha podido hablar esta redacción, que ha asegurado que “cuando recibamos alguna petición o reclamación formal le daremos curso, como lo hacemos siempre”. Una vez sea formulada, la Universidad de Oviedo se ha comprometido a “recuperar toda la documentación relativa al asunto. Habría que localizar dicho expediente y, por nuestra parte, no hay ningún problema en hacerlo ya que toda reclamación ha de ser atendida y estudiada”. El propio Rector García Granda, en una carta personal remitida este jueves a Perico Echevarría,  director de La Mar de Onuba, asegura “que nuestra institución expresa su disposición a tramitar el requerimiento del Sr. Cantó Romera a través de los procedimientos legalmente previstos si la solicitud se dirige con carácter oficial”. Por su parte, Cantó también ha mostrado su disposición a cursar de nuevo el requerimiento.

“No hemos recibido ninguna reclamación o consulta reciente sobre este asunto”, ha asegurado la portavoz con la que ha podido hablar esta redacción.

El notable cambio de actitud por parte del actual equipo de Gobierno de UNIOVI parece vislumbrar una solución para el flagrante caso de plagio denunciado por José Manuel Cantó, quién ha decidido hacerlo público tras el escándalo desatado por el escándalo del cuestionado máster de la presidenta madrileña Cristina Cifuentes, y el daño que ciertas actuaciones infligen al prestigio de las instituciones universitarias.

La repercusión de la carta publicada al alimón por La Mar de Onuba y Confidencial Andaluz, así como la tormenta mediática desatada en el Principado de Asturias cuando se ha conocido, han animado al geólogo onubense, quien se ha mostrado satisfecho por el nuevo rumbo que ha tomado el caso tras más de seis años. “No tengo manías personales contra nadie, y me alegra si unos responsables universitarios asumen su papel de preservar los valores académicos,  científicos y éticos de la Universidad”, ha manifestado el geólogo a La Mar de Onuba.

Sobre Claudio Álvarez, Cantó había manifestado que es alguien a quien “conozco bien. De hecho fui su principal soporte”, durante su tiempo en la Mina de Sotiel.

Cantó ha lamentado que en este tiempo solo había recibido el apoyo de un profesor de la Universidad de Oviedo, cuya identidad prefiere mantener oculta, quien en un email remitido en julio de 2012, le expresó su deseo de que “consigas tu objetivo, aunque mi experiencia en la Universidad es que en situaciones de este tipo la patata caliente se deja enfriar”.

Sobre Claudio Álvarez, Cantó había manifestado que es alguien a quien “conozco bien. De hecho fui su principal soporte”, durante su tiempo en la Mina de Sotiel, “hasta que decidí irme de forma voluntaria (después de 14 años de trabajo) para no soportar sus actitudes inadmisibles. Lo que nunca imaginé fue que aprovechara mi trabajo para obtener su Doctorado alevosamente, como llevó a efecto”.

Tanto la redacción de La Mar de Onuba como la de Confidencial Andaluz han intentado, infructuosamente, contactar con Claudio Álvarez, para ofrecerle la oportunidad de manifestarse sobre su tesis doctoral. En cualquier caso, ambas le atenderán gustosamente si decide contactar con ellas.

 

EL CASO ÁLVAREZ-CANTÓ, UNA TESIS “FUSILADA” Y UN PLAGIO IGNORADO

Como explicó en una tribuna publicada el pasado martes en La Mar de Onuba y Confidencial Andaluz, el Dr. José Manuel Cantó es un profesional de la Geología, que desde sus inicios trabajó en el proyecto minero de la conocida Mina Sotiel, una importante explotación subterránea de sulfuros polimetálicos cobre, plomo, zinc y pirita de la provincia de Huelva.

El Dr. Cantó y dos geologos de su equipo ante el sondeo minero que descubrió el nuevo yacimiento Migollas en 1989

La materialización de sus primeros 14 años de trabajo como responsable de la investigación geológica, la coordinación de la ingeniería de diseño, el control geotécnico y la planificación minera, desde 1976 hasta 1990, la plasmó en los dos volúmenes de Factores Geológicos y Geotécnicos en el Diseño, Planificación y Explotación de una Mina Subterránea, la tesis con la que obtuvo el título de Doctor de la Universidad de Granada.

Durante esos años, Cantó compartió relación aboral con Claudio J. Álvarez Rodríguez en Minas de Almagrera, empresa de que la Álvarez era y en la que llegó a ocupar el puesto de Director del Centro Minero. Minas de Almagrera fue una de las primeras en la lista de empresa organismos e instituciones públicas a las que Cantó hizo llegar el amplio y concienzudo estudio por el que fue doctorado.

Tanto, que su aplicación práctica hizo posible el sondeo minero que descubrió el yacimiento Migollas en 1989 y su posterior explotación. Los conocimientos adquiridos y plasmados en Factores Geológicos y Geotécnicos en el Diseño, Planificación y Explotación de una Mina Subterránea siguen siendo aplicados, a día de hoy, en yacimientos mineros de diferentes países del mundo.

En 1990, el geólogo onubense decidió terminar su relación profesional con Minas de Almagrera, alejándose del contexto empresarial e iniciando una nueva etapa profesional en la Unión Europea y con la Junta de Andalucía, como Director Técnico de la Agencia de Medio Ambiente en Huelva.

“Mi desagradable sorpresa”, escribía Cantó, “es cuando observo una situación de plagio descarado y evidente, máxime cuando la gran mayoría de los trabajos que presenta como propios han sido realizados por mí, directa y personalmente.

Transcurridas más décadas, llegó a manos de Cantó un ejemplar de una tesis titulada Sostenimiento con cables en explotaciones subterráneas, cuyo autor era su antiguo superior jerárquico, Claudio Álvarez. Este había obtenido, también, su propio título de Doctor en 1991, sólo un año después que el onubense, con el texto citado. En su caso, por la Universidad de Oviedo. La lectura de la tesis produjo en José Manuel Cantó “una reacción personal de estupefacción e indignación”, tal y como  el mismo escribió en la tribuna publicada en La Mar de Onuba y Confidencial Andaluz que ha desatado la polémica, sobre todo en el Principado de Asturias.

“Mi desagradable sorpresa”, escribía Cantó, “es cuando observo una situación de plagio descarado y evidente, máxime cuando la gran mayoría de los trabajos que presenta como propios han sido realizados por mí, directa y personalmente, resultando obvio que han sido copiados literalmente del ejemplar de mi Tesis, que yo puse a disposición de la Dirección de Minas de Almagrera S.A., de la que [Claudio Álvarez] formaba parte”. Más sorprendente, “aunque esto abunda en la intencionalidad de ocultación”, fue comprobar que su nombre no aparecía en ningún lugar de la Tesis de Claudio Alvarez, siquiera en “los agradecimientos”, y mucho menos en la bibliografía de referencia, donde la tesis defendida en la Universidad de Oviedo incluso llega a omitir una única publicación utilizada por Cantó en la suya, en la que se cita al propio Álvarez. “Eso evidencia claramente”, dice el geólogo onubense, “su intención expresa y premeditada” de omitir su nombre en cualquier página de su tesis, “por razones obvias”, añade.

En la queja presentada, manifestó, además, lo preocupante que alguien llegue a obtener el grado académico de Doctor fraudulentamente. Sin embargo, la Universidad de Oviedo ignoró la denuncia durante dos años.

José Manuel Cantó denunció en 2012 el plagio, “evidentemente demostrable mediante la simple observación página a página de ambas Tesis”, como “la intencionalidad concreta de ocultarlo”. En la queja presentada, manifestó, además, lo preocupante que alguien llegue a obtener el grado académico de Doctor fraudulentamente. Sin embargo, la Universidad de Oviedo ignoró la denuncia durante dos años, lo que Cantó atribuye a “una reactancia institucional tendente a la ocultación del hecho”.

Cantó no recibió una respuesta de la universidad ovetense hasta el año 2015, casi tres años de efectuada su denuncia. Pero como contábamos el miércoles Confidencial Andaluz y La Mar de Onuba, esta era desentendiéndose del asunto e invitando a Cantó a llevar el asunto a los tribunales y lograr una sentencia “firme” para que la institución universitaria accediera a estudiar su caso.

Y así hasta que en 2018, habiéndose producido el relevo del anterior equipo de Gobierno del Universidad de Oviedo, José Manuel Cantó decidió hacer público el plagio, logrando que llegue hasta el equipo del nuevo Rector, Santiago García Granda, quien ha invitado  a Cantó a volver a denunciar formalmente su caso, y ha adquirido el compromiso de, “si fuese necesario y procedente que los Servicios Jurídicos”, poner el caso en manos de los Servicios Jurídicos de la Universidad “y llevar a cabo todo un proceso que se hace a instancia de las partes interesadas y, en particular, de la parte perjudicada”.

“El plagiador”, dice José Manuel Cantó, “es el peor parásito de la Universidad”. El plagio se castiga en Europa con el cese o la dimisión, “pero España es diferente”, se lamenta.

José Manuel Cantó defendiendo el Parque Nacional de Doñana en una sesión del Parlamento Europeo.

El plagio, para el  profesor de la Universidad de Trondheim, Carlos Bernuy, es   “una forma de corrupción”. Theodor zu Guttenberg, delfín de Angela Merkel, fue fulminado como ministro de Defensa alemán a los 39 años; un plagio académico truncó su carrera. La misma canciller alemana vio cómo otra de sus ministras, Annette Schavan, tuvo que renunciar a su doctorado y dimitir de la cartera de Educación. Una denuncia anónima bastó para que la Universidad de Dusseldorf abriera una investigación y concluyera que había plagio: le retiró el título. También trabajo académico fusilado fulminó la carrera de Pal Schmitt , ex presidente de Hungría. Una leyenda olímpica con dos oros en esgrima y cabeza del Comité Olímpico Húngaro. En 2012, dos décadas después de doctorarse, un medio de comunicación destapó que había plagiado una tesis francesa: 200 de las 215 páginas no eran suyas. La universidad abrió una investigación y demostró el plagio. El presidente tuvo que renunciar a su cargo. Por su parte, el senador demócrata Joe Walsh de EEUU tuvo que abandonar la carrera electoral después de que el periódico The New York Times publicara en agosto de 2014 que había plagiado su trabajo para graduarse en la Escuela de Guerra del Ejército. La institución informó de que, tras investigar el asunto, había retirado su título a Walsh.

“A los modestos ciudadanos sólo nos queda la capacidad de manifestar públicamente las realidades que podemos demostrar, y por las que retamos a los que incurren en estos hechos miserables”, finalizaba José Manuel Cantó su tribuna en La Mar de Onuba y Confidencial Andaluz. Y remataba con “la pregunta del millón: ¿Qué clase de responsabilidades se asumen por estos asuntos en España?”.