The news is by your side.

La Venus del Tardón y el gatopardo

¿Imaginan que el putiferio lo hubiesen organizado dirigentes del PP?

 

En menos de dos meses, el próximo 2 de diciembre, otra vez a las urnas. Esta será la undécima ocasión en la que los andaluces acudimos a los colegios electorales para elegir a nuestros representantes autonómicos. En nueve de las anteriores diez veces, optamos mayoritariamente por confirmar nuestro conservadurismo respaldando a un Gobierno que está a punto de ser incluído en el Libro Guinnes de los récords por sus cuarenta años ininterrumpidos de permanencia en el poder. Más, incluso, que los que estuvo el denostado dictador al que la izquierda quiere exhumar y resucitar para fomentar los fantamas del enfrentamiento guerracivilista.

 

Cuatro décadas de records de desempleo, de retraso aducativo y cultural, de corrupciones millonarias y de nepotismo que no han influído lo más mínimo en las conciencias de un pueblo que sigue fiel a la secular tradición del “¡vivan las caenas!”.

 

Y para una vez que rompimos con la tradición, en las elecciones de 2012, dándole el triunfo en las urnas al PP-A de Javier Arenas, el sistema electoral y los pactos se encargaron de corregir nuestro equivocado desliz, manteniendo en el poder a los socialistas. Es lo que hay y lo que probablemente vuelva a repetirse una vez más, si no ocurre una inesperada catástrofe, en los comicios del 2 de diciembre que darán paso a la XI Legislatura.

Este adelanto electoral, que estaba cantado desde hace meses, pues desde el mes de junio se oía el runrun en los pasillos de varias Consejerías, está motivado por dos circunstancias que han pesado y mucho en el ánimo de la presidenta Susana Díaz, la “Venus del Tardón” o la “diosa del miarma”, como la llaman algunos comentaristas. La primera, el juicio de los EREs fraudulentos cuya sentencia podría hacerse pública en la primavera de 2019 con la condena de dos expresidentes de la Junta, varios consejeros y medio centenar de altos cargos.

 

Si a ello le unimos el enorme escándalo de la Faffe con los casi cuarenta mil euros destinados a los parados y gastados en diversos puticlubs, el panorama a medio plazo se le estaba enturbiando a Susana de forma preocupante.

 

Pese a que los EREs es posiblemente, por la cantidad defraudada y por el número y la calidad de los imputados, el caso de corrupción más grande de nuestra actual etapa democrática, lo de la Faffe debería producir verdadera vergüenza a todos los andaluces. Mientras la Junta y los ayuntamientos empapelan Andalucía con carteles en contra de quienes fomentan y utilizan la prostitución (“De hombre a hombre, yo no soy cómplice”, afirman), sus altos cargos dilapidan miles de euros en orgías sexuales en Don Angelo, La Casita, Top Show Girls y otros puticlubs de Sevilla, Córdoba y Cádiz. Eso con las tarjetas oficiales, porque no se sabe si también se utilizó dinero en efectivo de la caja de la Faffe para las juergas. El caso sería en cualquier otro país motivo de ceses, cuando no de cárcel. Aquí, en Andalucía, no merece ni una comisión de investigación parlamentaria. ¿Imaginan que el putiferio lo hubiesen organizado dirigentes del PP? La Cuatro y la Sexta tendrían programas para un año entrevistando a las prostitutas y a los vecinos de los prostíbulos. ¡Anda que no!

 

El segundo motivo del adelanto electoral, y no menos importante, es la errática política que está llevando a cabo el Gobierno de Pedro Sánchez en los menos de tres meses que lleva en el cargo.

 

Susana sabe que, a este rítmo de caos institucional, si espera a la primavera, la situación puede deteriorarse de tal forma que Sánchez la arrastre al abismo. Incluso ya circulan por Facebook mensajes del sector “sanchista” andaluz denunciando que no haya habido primarias en Andalucía para elegir a la candidata a la Presidencia de la Junta y pidiendo a los socialistas que apoyaron a Sánchez, que se abstengan el 2 de diciembre y no voten a Susana.

La cosa está por lo tanto bastante calentita. Y más que se va a poner si, tal y como auguran las encuestas, el PSOE no alcanza la mayoría absoluta necesaria para poder gobernar en solitario. A Ciudadanos le puede caer un verdadero marrón si Marín, tan crítico de boquilla con la corrupción de la Junta, vuelve a pactar con Susana. Marín es como El Gatopardo de Lampedusa y hace suya la famosa frase de “que todo cambie para que todo siga igual”. Pero sus votantes no le perdonarían al partido de Albert Rivera una nueva alianza con un PSOE que, aquí en Andalucía, mantiene unos niveles de corrupción institucional superiores, incluso, a los de la antigua CiU o a los del PP de Valencia y Madrid. A Susana tambien le queda, como última opción, apoyarse en la izquierda de “Adelante Andalucía”, los podemitas de Teresa Rodríguez y los comunistas de Maillo para renovar su cargo. Pero eso sería como ponerse en manos de una jauría de lobos sedientos de sangre.

 

La cuestión, por lo tanto, está más que interesante y el Gobierno de Susana Díaz piensa echar la casa por la ventana en la actual campaña electoral.

 

Ya ha liberado varios millones de euros del presupuesto de la Junta para financiar campañas publicitarias de carácter institucional que “vendan” los progresos alcanzados por la administración autonómica, que desde luego no han sido muchos. Sé de algunos grupos mediáticos de la cuerda que se están frotando la manos ante la lluvia de euros que les puede caer en gracia en unos momentos de crisis publicitaria. Habrá que estar atentos a las jugadas de ajedrez de Susana en las próximas fechas.