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Las App de hace dos siglos para ligar

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Raúl Velasco

Desde que apareció internet el modo en el que nos comunicamos ha cambiado radicalmente, revolucionando las formas y el tiempo necesario para ello, o eso es al menos lo que siempre hemos escuchado, pero esta afirmación puede tener matizaciones en algunos campos.

Como todos sabemos la utilización de aplicaciones de citas como Tinder, Wapo, o Brenda no ha parado de aumentar entre los usuarios de Smartphone, creando una revolución en el modo de ligar con desconocidos que buscan sexo casual, una relación pasajera o incluso una pareja formal de una forma rápida, sencilla y relativamente “eficiente”. Aunque al principio ligar por internet nos evocaba a gente con problemas sociales, pervertidos y demás fauna Freak hoy día más del 70% de los 10 millones de solteros de menos de 50 años en nuestro país las utilizan para ligar. ¿Pero realmente estas app son tan novedosas?

En el S. XIX  en España la edad media de contraer matrimonio paso de los 22 años para los hombres y los 21 para las mujeres al inicio de siglo, hasta los 28 para los hombres y los 25 para las mujeres a finales, dilatándose el tiempo en el que se encontraba pareja y siendo la población cada vez más selectiva. Esto unido a la proliferación de periódicos y revistas de la época creó un fenómeno completamente nuevo en nuestro país, la búsqueda de pareja por anuncios clasificados y los mensajes entre amantes que usaban seudónimos para no ser descubiertos por sus familiares y amigos.

Ejemplos prácticos

Uno de los primeros del que tenemos información en nuestro país apareció en “El Clamor Público” de Madrid en el año 1848:

“Tres jóvenes de lucidísima carrera, de edad respectivamente de 35, 26 y 25 años, de buen personal y con un sueldo que representa un capital de 20.000 duros el primero y 16.000 los segundos, deseosos de contraer matrimonio con señoras que tengan al menos igual capital al de los aspirantes sin exigir más condiciones, lo hacen saber al bello sexo de esta capital a fin de que las que quieran entablar negociaciones se dirijan por sí o por medio de representantes…”

Otro de 1854 del “Diario de Avisos” de Madrid decía así:

“Queriendo casarse un español que tiene 30 años y destino de casa de comercio que le produce para vivir solo, desea saber de una señorita que ha de ser bien educada, bien parecida y que por lo menos tenga para vivir. Él es bien educado, moreno, de estatura regular y sin ningún defecto físico”

Estos primeros anuncios toscos y con intereses claramente económicos en mayor o menor medida fueron evolucionando poco a poco como lo hacen las páginas de citas y apps de nuestro tiempo.

Por 2 pesetas se podía escribir 15 palabras en los anuncios telegráficos de la famosa revista “Nuevo Mundo”, donde los amantes secretos podían intercambiarse mensajes, que tardarían más de una semana en leer o incluso un mes. Algunos como estos  de 1901 donde podemos ver la evolución romántica que han sufrido en 50 años:

“Esto no es vivir, es una tristeza que no puedo sobreponerme a ella; eres tan mía, tan a mi gusto, todo en ti me encanta tanto que el verme sin ti me va siendo cada día más imposible, nunca me he sentido más abatido que estos días después del teatro al no saber en cuanto tiempo no te he de ver”- Hotpiga

Algunos con contestación:

“Procura día que vaya teatro no este tampoco tu hermanita en el palco. Sal al balcón y si te asomas por el de tu cuartito dirá que vas a quedarte sola; si por el segundo que va a salir el maestro solamente, si por el tercero, que no sale nadie y que entre cuando quiera, si por el cuarto que vas a salir con tu hermanita.” Radamés.

A lo que fue contestado:

“Es desesperante no tener medio saber tantas cosas como desearía sobre lo triste que me dices, así es que ir al teatro iré con miedo de si aparte deseo verme preferirías suspendiese ir por esta vez: pero por lo que siente tu corazón juzgo lo que sentirá el tuyo y como no puedo contenerme y estarás impaciente como yo, voy con la misma alegría que tu tendrás.” Aida

O incluso airados…

“Elena por fin voy a poder saber la verdad. Enviaré una de tus cartas al Consultorio grafológico de Por esos Mundos… y no te será posible continuar engañándome. La grafología hace imposible la vida a los hipócritas”- Leopoldo

No es posible comunicarse contigo. No seas más cruel y sácame de la incertidumbre en la que me encuentro. Se buena. ¿Sí o no?”- Alfredo

Los métodos de comunicación y las formas en la que lo hacemos han ido evolucionando con el tiempo. Ahora esperar cinco minutos la contestación de la otra persona muchas veces nos hace desesperar, como si ilógicamente esos cinco minutos pudieran cambiar radicalmente la respuesta de esta. Vivimos deprisa, ansiosamente, queriéndolo conocer todo y eliminado ese misterio romántico, esa resignada paciencia que elaboraba poco a poco una historia creada entre dos. Pero el fondo siempre será idéntico, la necesidad que crea esa búsqueda interminable de ese “algo” que no podemos conseguir por nosotros mismos y solo el otro en contadas ocasiones nos puede conceder.