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Las chapuzas en el arte

Silvia de Carrion
Silvia de Carrión

No sabemos si en España la gente entiende de arte o lo que tiene es mucho arte. No del artístico, si del de la guasa. Del tipo ensalada. Me explico. Y empiezo, que también hay que tener arte para no saber de arte y querer contarlo con arte.

Volvamos a la ensalada. Y volvamos a esas noches de desenfreno que sales dándolo todo y acabas  sin ganas de nada, te pillas una cogorza, ves dobles y triples quiere a todo el mundo, y hala, para casa más sola que la una. Hasta aquí todo bien, lo normal, si no llega a ser por el síndrome de abstinencia, y enlazamos con la ensalada, y de paso con lo del arte. Joder que una no cena por no engordar y acaba ciega de alcohol con todas sus calorías y queriendo devorarlo todo, que a falta de hombre buena son las latas de mejillones. Me vuelvo a explicar, es la teoría del cuándo no tenías de ná, le echas de tó y mira lo que salió, aplicada en su máxima experiencia, porque ante la necesidad y el desconcierto de tu mugre nevera vacía y acabas haciéndote un sándwich vip club del copón sin tener ni puñetera idea de dónde ni de cómo te ha salido, ni la receta ni los ingredientes.

Les hablo de El castillo de Matrera una auténtica chapuza en restauración del único vestigio que queda en pie de una fortificación musulmana que data del siglo IX y que su afamado restaurador la ha dejado como el muro de mi instituto, que verás tú cuando lo vean los grafiteros.

Hecha esta introducción culinaria vuelvo al propósito de este, mi artículo: Las chapuzas en el arte, o el no tenia de ná, le eche de to y mira lo que me salió, el postureo o el arte de parecer lo que no es. Eso sí que es arte. Si hubo hace tiempo ya que una pobre anciana se cargó la valiosa pintura del Ecce homo del siglo xix convirtiéndolo en un autorretrato de Paquirrin; lo cual era casi insuperable, señores siento decirles que ha habido una hazaña más que lo ha superado, y no ha sido el Moeckel con todo su despacho cual posado robado  limpiando la estatua de Curro Romero, no,  ha sido algo más light. Les hablo de El castillo de Matrera una auténtica chapuza en restauración del único vestigio que queda en pie de una fortificación musulmana que data del siglo IX y que su afamado restaurador la ha dejado como el muro de mi instituto, que verás tú cuando lo vean los grafiteros.

Pero qué más da, en España no pasa nada, y si no que se lo digan a Arco que también por poco unas pobres señoras de la limpieza no pierden su trabajo porque las almas de cántaro iban recoger los cristales rotos de encima de una mesa sin saber que aquello, no la mesa, sino los cristales y su esplendor, era la obra de arte en si.

Así que ya ves tú, la cara de cuadro de comedor daleao que se nos queda al resto de humanos viendo cómo se desvirtúa la realidad y se pasa de poder emprender acciones legales contra tan bajas acciones y sus artistas a elevarlos a influencers del arte porque para algo se inventó el surrealismo y el despotismo y usted se calla y yo también.

Asi que como en España todo el mundo entiende de todo y nadie sabe de nada. Señores. O yo no entiendo de arte o la gente lo que tiene es mucho arte.