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Las moralejas del Caso Ausbanc

Pepe Fdez
Pepe Fernández

Tal y como se preveía, la apertura del sumario del Caso Ausbanc/Manos Limpias, ha causado un auténtico terremoto político y social. No es para menos. Lo que se está pudiendo leer de lo instruido hasta ahora, especialmente las transcripciones de las conversaciones intervenidas por la Udef, nos presenta una instantánea hiperrealista de la sociedad que nos rodea y, especialmente, de quienes nos representan institucionalmente. Convendrá dejar sentado que no se habla de cuestiones penales (a priori), sí de aspectos políticos poco éticos y para nada estéticos.

La primera conclusión que obtiene cualquier ciudadano sensibilizado con la corrupción al leer pasajes de este sumario, es que nuestros representantes son poco escrupulosos o cuidadosos a la hora de decidir a quienes abren la puerta de su despacho oficial con banderas. Algo que contrasta con la rotundidad de sus discursos en público contra la corrupción, contra el amiguismo y por la transparencia. Sorprendete también, pero menos, que eso ocurra igualmente en despachos del sector privado, máxime cuando en ellos se toman decisiones sobre millones de clientes/consumidores que, visto lo visto, les defendían con la boca chica.

Resulta incomprensible que, incluso después de saberse que la Audiencia Nacional investigaba esta trama, acusada de la presunta comisión de graves delitos, hubiese autoridades que confraternizaron públicamente con el principal encartado, incapaces de poner una excusa para no acudir o huir del encuentro.

Los medios

La segunda moraleja es comprobar con qué facilidad, una organización de estas características, ha sido capaz de contaminar  o manosear a profesionales de los medios de comunicación y a sus propios medios, ya públicos (muy grave), ya privados que también grave, pero menos porque no los pagamos todos. O constatar como miembros de la judicatura o de la Fiscalía no sólo acudían a los foros denominados “jurídicos», también a fiestas sociales convocadas por Luis Pineda, ya en su imperio de olivos zamorano de Villamayor de Campos, ya en los famosos saraos de su casona de verano de Estepona donde cada mes de agosto celebraba su cumpleaños por todo lo alto. Eso sí, con la flor y nata de la sociedad andaluza y española rendida a sus pies, la mayoría con un protocolario detallito de cumple bajo el brazo para don Luis.

Independientemente de lo que la instrucción judicial arroje finalmente sobre  este proceso que se prevé largo, la gran lección sociopolítica del caso Ausbanc es precisamente vernos retratados como meros espectadores, pagadores de impuestos, de un cúmulo de actuaciones de la clase política o de dirigentes sociales que revelan las pocas precauciones que han tomado ante demandas de audiencia de personas de las que se venia hablando hace años en los papeles. Basta buscarlo en Google donde está casi todo. La imagen que se obtiene de ellos es que, en privado, no son lo contundentes que dicen en público que son contra la corrupción y el uso de las administraciones por parte de los amigos.

El miedo guarda la viña

Unicaja, Canal Sur, Ayuntamiento de Sevilla, Caja Rural del Sur, Cajamar, CajaSur, Cajasol, la Caixa, la Junta de Andalucía etc etc aparecen, cada una a su nivel, como objetivo para los intereses de la trama y lo que sorprende es la facilidad, la escasa o nula resistencia, que encuentra el grupo Pineda en casi todas esas “puertas” a las que llama y es atendido sin problema. ¿Damos pues crédito a las acusaciones de amiguismo con el compañero Pepe Marín? Cuando no él, Pineda, aprovechaba un encuentro casual para dejar constancia de su cercanía al poder. Las redes se encargaban de todo lo demás.

“A los de Ausbanc  se les recibe como a todo el que llama y lo pide” te dicen los “cazados” por el sumario. ¿A todo el que llama se le recibe dos y tres veces y sin avisar? se puede preguntar el lector y con razón, sobre todo si ha tenido experiencias de este tipo con las administraciones públicas.

Pero ojo, al Sr Pineda habrá que atribuirle sólo su parte alícuota de responsabilidad en todo esto. El no tenia culpa ( o sí) de que sus “armas” – denunciar la mierda, verdadera o falsa, bajo las alfombras del anfitrión de turno–  causaran tanto impacto en su interlocutor para acabar soltando la tela; una demostración más de cómo se ha prostituido el concepto de la publicidad, cuyas partidas son utilizadas la inmensa mayoría de las veces con el fin de tapar bocas en los medios de comunicación. O sea, algo que debe ser entendido como un claro atentado a la libertad de expresión, pero sobre todo al derecho a la información de los ciudadanos. Lo de menos es el impacto económico que pueda tener a corto, medio o largo plazo una inversión con anuncios que no anuncian nada y que posiblemente lean algunos.

También viene a demostrar la existencia de miedo a que se levanten alfombras propias y aparezca lo que ellos saben que existe debajo de sus pies. El miedo, recuérdese, guarda la viña.

Bonilla lanza a Pineda contra Susana

Tras constatarse una vez más como la yedra es capaz de llegar hasta el más mínimo rincón de la cada día menos blanca y limpia pared de la democracia española, algunos sería conveniente que revisaran la utilidad de tantos y tantos asesores  digitales, a sueldo, cuya misión más destacada es subir  twits palmeros. ¿Nadie le prepara a un alcalde unas breves notas sobre el personaje con el que se va a reunir en su despacho oficial?

Los del PP, el Sr Moreno Bonilla en concreto, han salido en tromba usando el escándalo Ausbanc como si su actuación se hubiese circunscrito a territorio andaluz. No es ni justo ni políticamente legítimo que ellos, el PP, utilicen a Pineda como arma arrojadiza contra Susana Díaz, sabiendo como sabe quien fue Secretario de Estado con Ana Mato de ministra, que la esposa de Pineda, socia de Ausbanc, era compañera como alto cargo del PP con Esperanza Aguirre en Madrid.

El caso Ausbanc nace a raíz de un escrito “anónimo” que se recibió en la Fiscalía hace un año, escrito por un supuesto extrabajador de Pineda. Denuncia, por cierto, muy documentada a la vista de su lectura y lo que ha sucedido después. No sabremos nunca por lo tanto quien activó el botón rojo contra Pineda, porque la Fiscalía asumió como suya la denuncia anónima, pero en el sumario quedan muy a la vista y de forma destacada las rumoreadas maniobras para lograr desimputar a la Infanta en el Caso Noos.  Esa, y no otra, parece ser la gran motivación que ha tenido la Justicia española para meterle mano a Pineda y a Manos Limpias.

Tras el éxito de Jesús Gil en Marbella y anunciar sus pretensiones de conquistar los ayuntamientos de la Línea, Ceuta y Melilla, puntos sensibles donde los haya, recibió un mensaje del presidente del Gobierno José María Aznar : “Jesús, como vayas a Ceuta y Melilla te vas a electrocutar”. Parece que a Pineda nadie le advirtió mientras negociaban con él unas condiciones que no cuajaron para liberar del banquillo a la hermana del Rey, asunto sensible donde los haya. A esas alturas del calendario hacía meses que Cristina de Borbón ocupaba banquillo. El llamado Estado de Derecho ya  tenía rodeado a Pineda y en su mira telescópica.

Curioso también: nadie avisó a Susana Díaz de que tuviese cuidado la pasada feria de abril – del 12 al 17– con Pineda. Máxime cuando Interior sabía que se había filtrado hacía días los preparativos de la Operación Nelson. Recuérdese, la Sra Presidenta de la Junta es la máxima representante de ese Estado de Derecho en Andalucía. Pues nada, besos, besos y más besos de Pineda. Y ahí quedó para la posteridad sus imágenes abrileñas, horas antes de que la Udef le detuviese para acabar en prisión donde continúa a día de hoy.

Jesus de Pixaboo añadió esta línea