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Las trampas del empleo andaluz

Es más fácil pescar en un estanque lleno de peces que en uno vacío.

 

Estamos en lo de siempre. Las afirmaciones triunfalistas que, sin mentir, no dicen la verdad. O, al menos, toda. Conocidos los datos de paro registrado y en un descanso entre dimisiones, los responsables de empleo andaluces, vuelven con lo de que aquí –Andalucía- es donde más baja el paro. Gran verdad que nos lleva, también al ejemplo de siempre. Es más fácil pescar en un estanque lleno de peces que en uno vacío. Por suerte, los datos de paro registrado no incluyen tasas de paro ni nada de eso, así que la afirmación de fíjate-que-bien es más fácil. La tasa de paro la conocimos, vaya por Dios, una semana antes. Con los datos de la Encuesta de Población Activa y recogían que Andalucía tenía la tasa de paro más alta de España. Que viene un poco a ser como decir del mundo entero (si, es exagerado).

Como ya lo comenté en el artículo anterior, es mejor no repetirme. La tasa de paro andaluza actual es del 21,04% fue la tasa andaluza. Hay cinco Comunidades Autónomas cuya tasa de paro se sitúa ya por debajo del 10%: País Vasco, Cantabria, La Rioja y Aragón. Que tampoco reaccionemos con drama. No deja de ser importante, con todo, que nuestra Comunidad haya recuperado 526.000 empleos en seis años, ni que exista ya más mujeres trabajando que antes de la crisis, aun cuando falten por recuperar 121.000 empleos –todos hombres- para volver al mismo número de trabajadores.

Todo eso no significa que, cuando se recuperen esos puestos de trabajo, estemos en el mismo nivel de empleo (otra vez la trampa de las cifras absolutas y no relativas) porque en estos once años ha aumentado la población en general y la que está en edad de trabajar también. Sin olvidar a los jubilados –los de aquí y los de toda España- que también aumentan, sus pensiones son más altas al crecer cerca del 5% en un año mientras el nivel de precios lo hace en un 0,5% y, no lo olvidemos, por el principio de solidaridad sus pensiones dependen de las cotizaciones de los trabajadores y empresarios actuales. Nada raro, pues las nuestras dependerán de los trabajadores futuros.

La pregunta, vistas todas esas estadísticas, más la de Seguridad Social sería ¿cuándo se recuperarán esos puestos de trabajo? Los analistas hablan de freno en el empleo, No lo tomemos como típica reacción agorera. Son muchas las razones que justifican, entre ellas que el período de crecimiento dura ya seis años, que la creación de empleo sea más lenta.

Y, lo mejor, ¿qué empleo crea Andalucía? En julio en la Comunidad se registraron 422.000 contratos. Fantástico. Pero si recordamos que Andalucía tiene registrados 752.500 parados, podíamos concluir que, a este ritmo, el paro será historia en poco tiempo. Lo cierto es que no, pues nadie ignora que 422.000 contratos no significan 422.000 personas distintas contratadas. De hecho, en medio año se han formalizado más de 3 millones de contratos de trabajo en nuestra Comunidad. Solo el 4,42% de esas contrataciones fueron indefinidas. Tenemos la mayor tasa de paro de España y la menor de contratación indefinida. Veamoslo desde el otro lado: más de un 95% de los contratos de trabajo formalizados este año son temporales.

Este es el gran reto de las autoridades andaluzas (en mi opinión). Ha llegado el momento de pensar no sólo en que es mejor cualquier tipo de empleo que ninguno, sino en la calidad del empleo. Sumamos a los males generales, la precariedad de las plataformas, el reto de la digitalización, la productivad, una estructura económica basada en actividades temporales como la Hostelería y la Agricultura. Que está bien, pero incluso en ellas la temporalidad es excesiva existiendo figuras como los trabajadores fijos discontinuos. ¿Existe miedo a contratar trabajadores fijos? No podemos seguir diciendo que es por el coste o las dificultades del despido. Hay actividades, además, donde la escasez de trabajadores cualificados, está impulsando no sólo que se busque contratación indefinida para asegurar su fidelidad a la empresa, sino mejores sueldos. Así, la división social se agranda. A la tradicional de empleados fijos versus temporales, tenemos la de mejores sueldos frente a sueldos bajos. Con todas las consecuencias sobre la capacidad de compra, que a su vez, reduce la actividad y la creación de empleo.

Pues nada, que a pesar de eso, tengamos un buen verano.