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Las vacaciones de la Junta y de los otros

Pepe Fdez
Pepe Fernández

Enfilamos este lunes 22 de agosto una semana en la que, muy lentamente, se irá reactivando la vida política en Andalucía. Nuestra clase dirigente lleva desaparecida un par de semanas largas, aunque algunos mantienen viva la llama vía twitter o en las diversas escuelas de verano de julio o ferias de agosto. Muchas veces, esas llamadas escuelas, son reuniones de amigotes, bien remunerados, con cargo a los presupuestos públicos que financian muchos de esos lúdicos encuentros supuestamente formativos.

Para la inmensa mayoria, esa sensación de tranquilidad veraniega en las aguas políticas andaluzas, puede ser un síntoma de que la cosa funciona, que ni siquiera hemos padecido – toquemos madera– ningún desastre medioambiental como en anteriores veranos. En solo dos palabras se podría resumir esa sensación de aparente quietud: Andalucía funciona.
Claro que los andaluces, como el resto de los españoles, también nos estamos metiendo en vena una buena dosis de información política, gracias al teatrillo, que diría Emilio de Llera, que tienen montado en la Villa y Corte. Seguimos expectantes aquí también y muchos mirando hacia Susana Díaz quien ha optado por un silencio estratégico y vacacional muy sintomático desde el punto de vista político. (Me cuentan que la han visto volar a Ibiza, la carísima isla donde cualquiera pasa desapercibido e incluso me han mandado uno de sus habituales selfies antes de embarcar ).

 

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Susana Díaz se hace un selfie en el aeropuerto San Pablo antes de embarcar de vacaciones con rumbo a Ibiza.

Las vacaciones de la presidenta llaman más la atención por razones obvias, pero aquí casi nadie ha renunciado al mar o la montaña para desconectar…de los problemas de los andaluces.

En este supuesto, que Susana Díaz lidere el socialismo español, vuelvo a insistir en mi tesis sobre su ascensión a los cielos federales del PSOE. Esa posibilidad solo será viable si la dirigente andaluza accede a la Secretaría General conducida en silla gestatoria y por aclamación. Nunca a través de una guerra abierta ante las urnas del partido contra Pedro Sánchez y el actual aparato de Ferraz. Siempre ha sido así el Susana style.
Las vacaciones de la presidenta llaman más la atención por razones obvias, pero aquí casi nadie ha renunciado al mar o la montaña para desconectar…de los problemas de los andaluces. Eso sí, nuestros políticos con actas de parlamentario, cobrarán como si se hubiesen dejado la piel en el tajo veraniego. Algunos de Podemos de segundo y tercer nivel han participado en puntuales concentraciones en Cádiz o Málaga. Reconocerán conmigo que no es lo mismo que el gobierno andaluz esté de vacaciones a que lo esté la oposición, con la que está cayendo, aunque estéticamente tenga la misma consideración.
El gobierno de Susana Díaz celebró su última sesión nada más arrancar agosto, el día 2 concretamente. Ese día se tomaron nueve acuerdos, siendo el más publicitado la ampliación del Espacio Natural Doñana con 14.000 hectáreas “para proteger la cuenca de la Rocina” según se anunció. También aceptó el gobierno formalmente la donación de 40 millones de euros de la Fundación Amancio Ortega para equipamiento oncológico en Andalucía. Y convocaron nuevamente el concurso de adjudicación de 111 emisoras de TDT en 44 demarcaciones, tras las sentencia del Supremo que echó abajo gran parte del anterior concurso de la etapa Zarrias-Moreno. Tras este consejo casi todos se marcharon de vacaciones.

En 2007 el ejecutivo de Manuel Chaves estuvo todo el mes de agosto de vacaciones. Eran los años de la Andalucía imparable.

En los veranos de 2015 y 2014 la Junta de Andalucia celebró dos reuniones de consejo en agosto. Parece que ese será el mismo resultado para este año.
Hay que remontarse a los inicios de la crisis para encontrarse un mes de agosto limpio de reuniones de consejos de gobierno.
En 2007 el ejecutivo de Manuel Chaves estuvo todo el mes de agosto de vacaciones. Eran los años de la Andalucía imparable. En el último consejo de julio de ese año el gobierno acordó la creación de 331 puestos de trabajo en la consejería de Medio Ambiente. También respaldaba un proyecto empresarial en Granada para nuevos fármacos contra el Alzheimer.
Un año más tarde, en 2008, el mismo gobierno, también se pilló agosto entero de vacaciones. Eso sí, antes de irse a la playa aprobaron las concesiones de la TDT – un gran pastel parecía entonces – a repartir con muchísimos equilibrios y pagos de favores mediáticos y políticos. Luego todo fue un desastre y vino el mercadeo con los tarots, el porno, las teletiendas o el quiero y no puedo para impulsar chiringuitos privados desde las salas de máquinas del poder en Andalucía. Vergüenza debería de darle a muchos comprobar hoy, al campo de los años, cuantos puestos de trabajo ha creado realmente la TDT en Andalucía, especialmente en los ámbitos de  la producción de contenidos, mientras nuestras facultades de comunicación arrojan cada año generaciones condenadas al paro o el exilio laboral.

Quizás el problema más llamativo y escandaloso de este verano es haber comprobado como los granadinos siguen incomunicados por ferrocarril, salvo con Almería. 

El verano de 2016, desde el punto de vista político e institucional, les decía que está resultando de lo más tranquilo en Andalucía. Ni siquiera Diego Cañamero y Sánchez Gordillo nos han ofrecido una ocupación de finca que llevarnos a la crónica. Será el escaño de Cañamero el culpable de tan simbólica ausencia del histórico panorama informativo estival andaluz. En cambio sí hemos tenido la habitual entrada de supositorio de propulsión nuclear por Gibraltar, pero aquí nadie se ha coscado salvo los ecologistas. Ni un solo movimiento ha hecho la Junta, que se sepa, para exigir que el submarino abandonase de inmediato la dársena gibraltareña de la bahía de Algeciras. Cuando la avería del Tireless Chaves protestó incluso ante el embajador británico y echó mano de pancarta en Algeciras. Eran otros tiempos y, claro, gobernaba el de foto de las Azores.
Quizás el problema más llamativo y escandaloso de este verano es haber comprobado como los granadinos siguen incomunicados por ferrocarril, salvo con Almería. Un asunto, por lo que se ha oído, cuya solución está en manos de Adif –lease gobierno en funciones de Rajoy– y que, dicen, podría haberse resuelto por vías técnicas alternativas y no precisamente autobuses lanzaderas entre Granada y Antequera como está sucediendo. Estando la solución en manos del PP, en Andalucía esta vez al PSOE se le ha olvidado protestar y está por ver que el gobierno de la Junta se plante y pida el urgente restablecimiento de la comunicación por ferrocarril de la capital granadina con el resto de Andalucia y España. Granada incomunicada, simplemente tercermundista.
Esos y otros muchos problemas, algunos especialmente lacerantes como esas aulas de colegios públicos donde aún permanece el amianto asesino en sus techos, o que un hombre muera de infarto en pleno centro de Sevilla tras esperar una ambulancia 40 minutos y que parece que no iba clínicamente preparada para el accidente coronario, esos problemas siguen estando ahí, casi ocultos por una oficialidad convencida de que las buenas cifras que nos reporta el turismo para la economía y el empleo son consecuencia de la gestión de quienes gobiernan los destinos de Andalucía.

De la calidad de nuestro servicio turístico, del pan para hoy, hambre para mañana, aquí casi nadie habla.

Unos políticos que no deben seguir la actualidad de lo que está pasando en otras latitudes que antaño fueron destinos turísticos competidores de nuestra industria andaluza. Fundamentalmente por eso ha aumentado el volumen de visitantes europeos este año. La masificación de hoteles, apartamentos, casas rurales y playas que estamos conociendo, conduce a muchos a remachar aquello de Andalucía va bien. Olvidan con demasiada facilidad que, según datos estadísticos oficiales, el empleo creado ha seguido siendo precario, de mala calidad, tanto que nos resulta muy parecido al de los vendimiadores andaluces de hace treinta años en Francia, trabajo de ida y paro de vuelta. De la calidad de nuestro servicio turístico, del pan para hoy, hambre para mañana, aquí casi nadie habla. Bueno sí, muchos hablan de la desastrosa gestión pública de las escuelas de hostelería que han sido un granero constante de buenos y capacitados profesionales de nuestro primer sector económico y ahí están casi sin poder respirar.
Terminan las vacaciones oficiales y nos espera un curso muy intenso y complicado que, incluso, podría traernos una tercera convocatoria electoral. Personalmente lo dudo. La investidura de Rajoy es la primera gran batalla que se libra en las alturas y aquí en Andalucía tanto el PP y sobre todo Ciudadanos van a presionar a Susana Díaz para que convenza a Sánchez y deje gobernar a Rajoy, evitando así ir de nuevo a votar en Navidad. Y como todo el mundo sabe Sánchez no se deja.
Formalmente la oposición en Andalucía del PP, Podemos e IU mantienen su petición ante la Diputación Permanente que se reúne mañana, de un pleno extraordinario de la Cámara, asunto que ni PSOE ni Ciudadanos apoyan.

Tanto el PSOE como C´s han dicho que esos no son asuntos tan urgentes que merezcan convocar un pleno en agosto

Consideran los convocantes del pleno que son asuntos urgentes a abordar el arranque del curso escolar 2016-17 y, sobre todo, la dotación de plazas de profesores interinos; también las consecuencias de los recortes veraniegos en la Sanidad (la joya de la Corona) o las últimas decisiones tomadas sobre el Espacio Natural Doñana y particularmente – pide Podemos mirando a Felipe González– respecto a los proyectos de extracción y almacenamiento de gas natural que se están desarrollando en su entorno.
Tanto el PSOE como C´s han dicho que esos no son asuntos tan urgentes que merezcan convocar un pleno en agosto y que de hacerlo se celebraría el 28 de agosto dada la fecha de la solicitud presentada, proponiendo que se aborden el uno de septiembre, cuando concluyan las vacaciones parlamentarias.