‘Leolám lo od’…¡Nunca más!

Recordando las palabras que expresó el Rey Felipe VI, este pasado 22 de enero en torno al Quinto Foro Mundial sobre el Holocausto, todos desde nuestras diferencias; mismas que nos hacen únicos y a la vez iguales, estamos compelidos a jamás volver a repetir los horrores que se vivieron durante la Segunda Guerra Mundial, detonantes de la catástrofe y asesinato en masa de comunistas, sindicalistas, partisanos, sacerdotes protestantes, homosexuales, prostitutas, gitanos, discapacitados, rusos, españoles, judíos y todo aquel que se opusiera a ese régimen de exterminio y muerte.

Por ello, no podemos permitir que nuestros hijos y los hijos de sus hijos, olviden esté oscuro capítulo de deshumanización del hombre a manos del propio hombre, donde las ansias de poder y conquista ilegítima, le ganaron la partida a la razón y al buen juicio, silenciando a todo aquel que se resistiera al sinsentido instaurado por el nacional socialismo de Hitler.

Más allá de colores políticos, sectarismos religiosos o ideologías que nos separen, nos debe contagiar y a la vez unir, ese llamado espíritu de sobrevivencia que se desprende de todos aquellos que lograron llegar hasta aquí el día de hoy y contarnos sus historias de supervivencia, junto a las de quienes ya no están más con nosotros, debido al ultraje y violación de los derechos humanos que nos son inherentes a cada uno.

De esta manera, se debe generar no solo crítica y reflexión, sino además deliberación, en el sentido de que el Ser Humano, puede ser capaz de realizar grandes proezas, pero a su vez, cometer los más garrafales errores impulsados  por el odio, la discriminación e intolerancia, mismas que en la actualidad son parte de los mayores flagelos que continúan padeciendo las sociedades en todo el mundo.

Es el momento de que pongamos en práctica, esos principios rectores de toda ética y moral mínimamente racional, al pasar del discurso a los hechos concretos, siendo así, agentes cívicos pro-activos del respeto a la diversidad y dignidad humana; sin permitir y menos alentar un discurso populista, segregador y falaz, frente a aquellas diferencias de nuestros congéneres que en todo caso, son las mismas  que nos caracterizan como simples Seres Humanos sin distinción alguna.

Dedicado a mi abuelo Luis Hidalgo Bonnefil que siempre actuó en consecuencia y a mis queridos Helga Bonnefil z”l, Maurice Bonnefil z”l, Karina Bonnefil z”l y Casasia Bonnefil z”l, quienes perdieron la vida durante el Holocausto en el campo de concentración de Dachau.

LEOLAM LO OD.