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Luis Salvador, ruega por nosotros

Como Concha Velasco a la comedia, el jefe ciudadano de Granada (ser líder es otra cosa), Luis Salvador, no ha venido a este mundo de la política a pasar desapercibido. De hecho abandonó el PSOE cuando estaba a punto de pasar a la indigencia institucional y orgánica, derrotado como fue la ex secretaria general provincial y miembro de la Mesa del Parlamento, Teresa Rodríguez, cuando Luis quiso ocupar su silla.

 

Luis Salvador tiene de profesión sentirse importante. Ser útil sería lo admirable, y serlo por consideración ajena (más que sentirse uno mismo) también lo sería. Pero su actitud política, sus posicionamientos estralafarios, ocurrentes y poco ligados al rigor, no le llegan para tanto. Cuando los ciudadanos le dieron la llave de quitar y poner alcaldes en Granada, sintió sobre sí mismo el peso de la fama que anhelaba, y que en el PSOE no le daban.  Dispuso el plan para acometer el protagonismo mediático que le otorgaba su clave municipal, confundió con sus corbatas elegantes a Albert Rivera, y se nos intercalaba mediáticamente entre desayuno, almuerzo y cena, apareciendo con su Guadiana del sí o el no, según viera el nervio periodístico amanecer, o cómo de grande sería la foto de su portada.

 

La regla de la imputación con la que blanquea su buena fe, con la que pretende apegarse a los ciudadanos que no quieren corruptos gobernando, ni siquiera cerca, se iba a usar a conveniencia del honorable ciudadano. Para él no es lo mismo estar imputado siendo del PP que estarlo siendo del PSOE. Es más, su sumarísimo juicio iba a ser un según convenga difícil de explicar, pero eso era lo bueno: que para explicarlo salía en la foto él, aunque nadie lo entendiera. Aunque no hubiera diferencia jurídica para el caso, él buscaba la diferencia política, en su caso. El caso es garantizarse al menos una foto.  

 

Luis Salvador, que fue elegido concejal de la ciudad para luego ser elegido diputado también, prefirió irse a la Carrera de San Jerónimo madrileña y dejar la Plaza del Carmen de Granada. Hasta que se ha dado cuenta que pinta menos allí, de lo que aquí podía pintar. Y se ha inventado una brocha, de trazo grueso y escasa de meditación y lógica, con la que poder volver a la portada, ser de nuevo aquel Luis que el Congreso nos arrebatara. La ambición del que se siente importante no tiene esquinas. Todo le parece redondo, hasta su fina estampa incluso.

 

JuanMa Moreno no lo desprecia, porque viendo el escaso fruto que le cae del árbol de Juan Marín, ¿cómo no intentar mover el nogal de Luis, íntimo de Sebastián, por si mañana pudiera ser que…?

 

Pobre Juan Marín, la que le queda que vivir hasta que llegue la hora de ser líder o de vencer a Luis. Que le pregunte a Teresa, Pepe Torres o Paco Cuenca, para conocer el recorrido samaritano que le espera cuando diga de reivindicarse como líder andaluz de Ciudadanos. ¿Y qué de malo tiene que haya quien se postule para sustituir al combinado socialista-ciudadano que ofrece Juan Marín? De malo no hay nada, si fuera ciertamente buena la intención, y no un recargo de vanidad y autorepresentación que no procede para la política esta del año 2017, y futuros.

 

Luis no da nunca puntada sin hilo. Por eso propone reprobar al alcalde de Granada hoy, como si ello valiera para algo, con el testigo mudo y agradecido del PP provincial, ruega por nosotros, quien apoya tan insustancial propuesta, esperando a ver lo que le cae después a su presidente. JuanMa Moreno no lo desprecia, porque viendo el escaso fruto que le cae del árbol de Juan Marín, ¿cómo no intentar mover el nogal de Luis, íntimo de Sebastián, por si mañana pudiera ser que…?

 

Luis Salvador no busca una íntegra acción política de servicio a los ciudadanos. Lo que quiere es el escenario que no le da por ser un diputado más; un foco, un algo, que nos permita volver a verlo, ahora que la afrenta catalana lo estaba poniendo en el olvido, allí donde se quedan quienes aportan poco, casi nada, a la causa común de nuestro futuro.

 

Sr. Marín, le presento al auténtico Luis. Ese que ud. no conocía, y que va a ir conociendo, cada día, por Andalucía.