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Madrugá de Pasión, Misterio…y pic-nic

Jaime Gomez Garcia2
Jaime Gómez Garcia*

Nos asomamos esta semana a la actualidad informativa andaluza con el repaso de los vídeos que con más realismo y concreción nos han acercado a los lamentables incidentes acaecidos en las calles de Sevilla durante la pasada Madrugá del Viernes Santo y que iremos intercalando sin aditivos ni comentarios en estas líneas de opinión para que observen la crudeza de lo vivido. Unos hechos por los que ya han sido puestas a disposición judicial ocho personas, tres de las cuales han ingresado en prisión por la gravedad de lo sucedido.

La Policía actualmente sigue investigando y recabando testimonios e imágenes que les ayuden a determinar si se trató de hechos aislados e inconexos, como en principio se creyó, o bien si se trató de una tormenta perfecta bien planificada e ideada por una cabeza pensante con la intención de sembrar el caos, el pánico y acabar con la noche más importante en el calendario sevillano como la conocemos hasta ahora y que lleva herida de muerte desde que en 2000 se produjeron por primera vez unos hechos similares que en años posteriores y de forma alterna se han venido repitiendo con el ya conocido culmen de este 2017 que por gravedad y magnitud ha sido el de mayor importancia hasta la fecha.

No es nuestra misión ni intención cuestionar ni mucho menos la labor de las fuerzas del orden ni la de los responsables públicos de las distintas administraciones a los que en diversas ocasiones hemos defendido cuando han recibido críticas furibundas por el excesivo celo en el acotamiento de zona de seguridad y aforamientos que en la práctica han privado a los fieles de estar cerca de las imágenes -y evitar de facto, por cierto, una catástrofe mayor al actuar de vías de evacuación durante los hechos aquí narrados- pero sí creemos oportuno señalar diversas dudas razonables que nos asaltan no con ánimo de entorpecer ni cuestionar la investigación sino arrojar algo de luz a través del testimonio directo de un nazareno de la cofradía de La Macarena de plena confianza que vivió los hechos en primera persona y que nos los ha relatado en privado.

“Sobre las 4:15 h. mientras entrábamos en la Plaza del Duque escuchamos un sonido que venía de atrás, de la calle Trajano, y que recordaba a un coche acelerando. Hubo una avalancha momentánea hasta que se recompuso el cortejo mientras comentábamos con otros hermanos que efectivamente habían sentido lo mismo. Sobre las 4:45 h. en la calle Sierpes vuelve a suceder algo parecido con origen en la cercana Plaza de la Campana, a unos 100 metros escasos del lugar anterior y ya metidos en la carrera oficial aunque con menor intensidad que el episodio anterior. A las 5:15 h. aproximadamente a la altura del ayuntamiento volvió a repetirse el mismo ruido, apartándose la cofradía a un lado. Ya sobre las 6:00 h. al alcanzar la Catedral y después de tanto sobresalto decido abandonar la estación de penitencia saliendo por el lateral que da al Archivo de Indias desde donde observé una nueva avalancha proveniente de la avenida de la Constitución que duró aproximadamente un minuto y nuevamente sin un motivo aparente ni nada cierto ni concreto que la provocara pero originando los gritos y el pánico en los viandantes.”

No hay que ser un experto por tanto para que hilando este testimonio con el de otras decenas que se han manifestado en sentido parecido refiriéndose tanto a los mismos lugares como a otras zonas que efectivamente han quedado acreditadas por los distintos vídeos colgados en las Redes Sociales que existieron avalanchas y estampidas semejantes y simultáneas determinar que un fenómeno así no lo provocaron solamente ocho personas que además y al parecer fueron detenidas casi al mismo tiempo. Es decir, con cruzar la hora de la última detención de los implicados con la de las últimas avalanchas ya se podría saber sin temor a equivocarnos que hay más personas implicadas que actualmente podrían seguir en libertad.

Dejemos pues trabajar a la Policía pero sin perjuicio de exigirle a su gabinete de comunicación una información clara y concisa que evite, por ejemplo, el linchamiento virtual al que han sido sometidos dos inoportunos adolescentes que por unas fotos y comentarios colgados en sus perfiles de Instagram han dado pie a pensar que eran los autores de los hechos. Porque la ciudad está ávida de respuestas y de resultados máxime cuando los sucesos de 2000 quedaron impunes y en caliente el cuerpo pide tomarse uno la justicia por su mano, más si se ha sufrido en directo este intolerable ataque contra una de las costumbres religiosas más arraigadas de Sevilla con decenas de miles de personas abarrotando sus calles.

Una Sevilla, también hay que decirlo, cuya noche está sumida desde hace tiempo en la poca vergüenza, en la mala educación, en la vulgaridad y en la inconsciencia de unas personas -no solo jóvenes- que han hecho de la Semana Santa un espectáculo, una función de teatro a la que uno puede llegar dos horas antes para instalarse en medio de la calle entorpeciendo a los viandantes, acampando y hasta poniendo una mesa con tos sus avíos -como la reproducida en la foto que ilustra nuestro artículo- sin que a sus participantes les provoque el menor sonrojo ni sentimiento de culpa.

Como ha escrito el siempre magistral, brillante y valiente Redactor Jefe de Diario de Sevilla, Carlos Navarro Antolín: “La Madrugada no puede seguir más años como está, víctima de la crisis de autoridad (política y de las propias cofradías como instituciones), de la falta de educación, de la pérdida de ciertos valores universales que están arrastrados por un suelo que está manchado de vómitos, de una cultura de camping-playa que chabacaniza las salidas y entradas de las cofradías, del vocerío faltusco, de jóvenes y adultos convertidos en vándalos (…). La Madrugada es un fracaso absoluto. El fracaso de todos. El gran fracaso de la ciudad.”

 

 

*Jaime Gómez García es navegante por Twitter

@JAIMEGMEZGARCA1