The news is by your side.

Manuel Contreras, un buen general jefe, pero nombrado por Zoido

Su no ascenso a General de División impide su continuidad como Comandante Jefe de la G.C. en Andalucia, Ceuta y Melilla.

 

Que el consejo de ministros no haya tomado la decisión política de ascender a un general español, está teniendo consecuencias políticas y sociales en Andalucía, especialmente críticas con el gobierno socialista en funciones y más concretamente contra el ministro del Interior Fernando Grande Marlaska. El presidente de la Junta ha sido de las primeras voces en saltar.

Manuel Contreras es aún hoy el Comandante Jefe de la IV Zona de la Guardia Civil, de quien depende la Benemérita en toda Andalucía, Ceuta y Melilla. Mañana miércoles dejará de serlo en virtud de un no ascenso en el escalafón de General de Brigada a General de División, decisión política que estaba solo en manos del gobierno y que no se ha tomado, única posibilidad de continuar Contreras en el puesto.

Es esta una ‘no decisión’ que, no obstante, chirría la mires por donde la mires. Y por más que lo piensas llegas a la conclusión de que necesariamente debe tener aspectos políticos ocultos, dignos quizás de diván de psiquiatra, pero la política seguro que tiene que estar meneando la colita en el relevo de este general.

No se entiende que, con la escasez de altos mandos cualificados, capaces y preparados en la cúpula de la GC, se jubile alegremente de quien ha dirigido con eficacia demostrada en estos dos últimos años la ofensiva más importante llevada a cabo en España contra el narcotráfico a gran escala en el Campo de Gibraltar.

Por cierto, los andaluces no hemos sido conscientes en toda su dimensión del peligro y grave problema que desde las Rías Baixas se nos había trasladado al litoral del sur hace años con  los grandes narcos huyendo de la Nécora de Garzón y de Galicia. Pero con una particularidad, aquí el negocio no es el tabaco o el hachís, aquí han abierto ruta de entrada las mafias de Centroamérica que, en colaboración con clanes locales de cierto nivel, transportan la mayor parte de la cocaína que se consume en España y Europa. Ese es el objetivo final de la ofensiva judicial y policial en marcha, una operación de calado internacional, a la que se llega desde abajo, empezando como han hecho, apresando alijos entre las neblinas de madrugada del río Palmones.

Portada de ABC que no ha gustado en Interior.

El General Contreras, cuya hoja de servicios es de las más valoradas y respetadas en el Cuerpo, ha destacado por su trabajo en equipo y por diseñar con su estado mayor la hoja de ruta de un proyecto policial y judicial contra el narco, en la punta sur de Europa, que sigue dando resultados y del que no se sabe si tendrá continuidad con el nuevo general que ocupe el despacho del cuartel de Eritaña. Tiene lógica pensar que sí. Sobran pues los comentarios sobre los excelentes resultados obtenidos hasta ahora por Contreras como Comandante en Jefe en esa compleja y muy difícil lucha sin cuartel que desarrolla la Guardia Civil contra las mafias del narcotráfico en Andalucía. Hoy, quienes a pie de Tunara se baten el cobre contra el narco seguramente se sientan algo más huérfanos que hace unos días por la marcha de quien, además, ha sido un buen jefe.

Porque esa es otra, tampoco se conoce que haya existido en los últimos tiempos algún problema puntual, algún exceso, ‘accidente de trabajo’ en el argot cuartelero, con las fuerzas bajo el mando de Contreras en sitios calientes de la región. Ni una carga por la que criticar el abuso de fuerza. Nada.

Ante la ausencia de lógica, de sentido común y de una versión oficial que explique y justifique este cambio del mando operativo de la GC en Andalucía, en una de las zonas más extensas y complejas desde el punto de vista de la seguridad de España, procede preguntarse si no habrá aspectos políticos de segundo nivel que hayan podido influir en esta decisión de las alturas. Y no debe entenderse en este caso una referencia a que el general esté en el juego de la política ni mucho menos, más bien al contrario, Contreras mantuvo siempre una posición profesional e institucional en sus diferentes puestos de responsabilidad.

Pero fue Juan Ignacio Zoido quien le nombró General de Brigada y le otorgó el mando de la región más importante en sustitución del hoy Teniente General Laurentino Ceña Coro, actual Director Adjunto Operativo de la Dirección General de la Guardia Civil (DAO). Un puesto que Zoido eliminó siendo ministro del Interior y Marlaska restableció nombrando a Ceña como responsable. Visto lo visto podemos imaginar que la sintonía personal entre los generales Ceña y Contreras nunca fue muy fina.

Es muy posible que el ascenso de Contreras, con Juan Ignacio Zoido a su lado, chupando cámara de forma cansina, haya influido en crear esa imagen que algunos tienen sobre supuestas tendencias políticas de quienes llevan galones de general en la hombrera.

Puestos por tanto a encontrar una explicación se puede apuntar hacia esa dirección, donde se simplifican y ordenan brillantes biografías profesionales de las que se adueña, sin que nadie se dé cuenta, o sí, el político de turno. Pegarse como una lapa al que brilla y destaca profesionalmente para obtener réditos electorales, esa es la gran jugada que buscan muchos en la política. Contaminación fotográfica también le llaman a eso. Sin duda el general Contreras ha sido el jefe de la GC en Andalucía que más veces ha salido retratado con el ministro del Interior de turno. Lo que muchos quizás olvidan es que quien decidía dónde y con quien se hacían las fotos de fin de semana era el propio ministro Zoido, siempre en permanente campaña electoral en aquella época de ministro por casi toda Andalucía, menos el avispero del Campo de Gibraltar donde se prodigó más bien poco.

Quizás ese haya sido el pecado del general Contreras en una sociedad tan mediática, politizada y donde todo tiene segundas y hasta terceras lecturas; ser un tipo normal, dejarse ver, saber estar, actuar con cercanía y no rechazar una foto en un acto institucional o social, es a veces interpretado como lo que no es cuando se actúa de buena fe.

La moraleja que nos trae esta historia  es que Fernando Grande Marlaska parece obsesionado desde el minuto uno con todo aquel o aquello que haya tenido relación con Juan Ignacio Zoido siendo titular del Ministerio del Interior. Basta que le hayan dicho «Pues Manolo Contreras es amigo de Zoido» para que Marlaska que está en otras batallas más importantes, pero lleva tiempo en campaña también, haya dado su ok sin pararse a meditarlo. Les recuerdo que ambos son magistrados en excedencia. Cuentan que lo primero que hizo Marlaska, nada más llegar al ministerio, fue revisar y retocar las condecoraciones y medallas que Juan Ignacio dejaba firmadas para enviar al BOE para sus colaboradores y amigos. El ministro tachó a dos con su rotulador y dicen que aquel desaire le dolió tela a ‘Juaninasio’ y que nunca se lo perdonará a Marlaska.