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Mario Jiménez y sus contemporáneos

Un periodista, Pepe Fiscal, exconsejero de Medio Ambiente, sustituye a Jiménez como portavoz parlamentario. Garantizada la obediencia al mando de Susana.

 

Mario Jiménez acaba de dejar la portavocía del Grupo Parlamentario Socialista, cargo que conlleva gestionar el día a día del principal grupo de la oposición en una legislatura difícil, la actual, cuyo principal adversario no son esta vez los perdedores de toda la vida, sino los que unidos han ganado a la izquierda y gobiernan la Junta por derecho y por la derecha.

Ahora le sustituye como portavoz un periodista que hace años dejó el oficio para profesionalizarse como político, Pepe Fiscal, el último consejero de Medio Ambiente socialista aunque poco amigo de los caminos rurales. Sobre la salida de Jiménez de la portavocía se ha limitado a recordarnos a Manolo Fraga en el túnel del tiempo, cuando nombró a Aznar: «Ni vía de agua ni tutelas ni tutías». Pepe nos dará buenas tardes de gloria parlamentaria, ya lo verán.

Todos los cambios han sido presentados como un movimiento de ficha novedoso e inteligente de la Sra. Díaz Pacheco, o hablando en plata, aparentar ajustar cuentas por la pérdida de poder del PSOE en diciembre del pasado año, aplicando aquello de renovarse o morir. Cambiarlo todo para que todo siga igual, o lo que es lo mismo en este caso, que todo el poder del partido en Andalucía siga en sus manos, en las de la propia Susana Díaz. En estos cambios de todos menos el suyo, ha movido finalmente a Mario Jiménez, el único ‘hermano’ superviviente de aquel nido de ‘griñaninis’ que crió José Antonio Griñán cuando Manolo Chaves se fue a Madrid  y creyó que le dejaba como encargado de confianza del cortijo.

 

¿Qué responsabilidad tuvo Susana del 2D? ¿Quién convocó sin consultar?

 

Cabría preguntarse, llegados a este punto, cuanta responsabilidad tiene el cabeza de cartel de un partido como el PSOE-A en una derrota electoral sin precedentes por sus efectos como la sufrida por el PSOE-A el 2D, no ya cuantitativamente sino cualitativamente. Lo digo para hacer las cuentas y confirmar que la Sra. Díaz ha decidido perpetuarse tras redistribuir las responsabilidades políticas porcentuales de los demás y repartir los papeles a su nuevo entorno, sus ‘griñaninis’ de segunda generación.

Mario Jiménez no es el mejor parlamentario que ha hablado en las Cinco Llagas, pero tampoco el peor, ni mucho menos. Tras su marcha puede presumir de un notable alto, notable casi sobresaliente si no fuese por una agresividad excesiva desplegada en muchas de sus intervenciones para defender el fortín del susanismo en estos últimos años. Jiménez sin estar en el atril suele ser un tipo educado, razonable y con el que los opositores han logrado muchos acuerdos en estos años. En la tribuna muchas veces se transforma y se ha comportado como un perfecto niñato saliente de botellona.

Pero lo que sí es Mario Jiménez es un espécimen político muy habitual al que abunda en otras formaciones, especialmente en el bipartidismo, donde hoy han llegado al poder hombres y mujeres que nunca cotizaron en la Seguridad Social sin que su nómina dependiese del partido. El propio Juanma Moreno Bonilla o Susana Díaz son ejemplos claros de dirigentes nacidos en las cocinas de los respectivos aparatos de los partidos. Estos ejemplos han convertido el estar en política activa hoy en día en una carrera profesional alejada del prestigio que hay que continuar ejerciendo toda la vida sin solución de continuidad, de ahí las puñaladas traperas de la política cada cierto periodo. En esas estamos con nuestros dirigentes actuales, los mejor pagados y los peor preparados de la historia autonómica, salvo honrosísimas excepciones.

Pese a su juventud Jiménez posee un dilatado currículo donde ha desempeñado funciones de gran relevancia política como cuando le nombraron vicepresidente ejecutivo de la caja El Monte, con despacho oficial en Huelva, con coche, chófer, secretaria y Visa.

Fue la etapa de su lanzamiento desde Huelva a Sevilla, tras controlar el partido en la provincia, abriéndose hueco en la nomenclatura regional del PSOE-A. Estuvo en los crudos y duros momentos de la guerra de las cajas, con Isidoro Beneroso de presidente ejecutivo rebelde en Sevilla, peleado contra Chaves y Magdalena, saliendo indemne de aquel aquelarre donde, fundamentalmente, se jugaban intereses de clanes del partido y del PP. Desde entonces el PSOE manda en lo que fue de las cajas, con la complicidad de la derecha, y ahora en los restos de sus fundaciones, léase Fundación Cajasol.

 

 

Le quisieron sacar una tarjeta black que resultó ser blanca

 

Mario no participó en el reparto del botín político de las cajas sevillanas porque esa fue una operación tutelada por el entonces poderoso secretario general del PSOE de Sevilla José Antonio Viera, ( hoy brillando en el banquillo de los Eres) jefe inmediato de Susana Díaz en la dirección provincial. Algunos, el PP mismo, le quiso sacar a Jiménez los gastos de su tarjeta en El Monte, que no era black sino blanca y declarada, y la intentona de liquidarle en pleno estallido de las Black de Caja Madrid fracasó porque lo más escandaloso de lo gastado por Jiménez resultaban ser unas comilonas ( de trabajo) en el entonces caro restaurante El Paraíso, propiedad de un compañero socialista alcalde de Punta Umbria, una marisquería que durante años fue cita gastronómica obligada para degustar el mejor pescado y marisco de las costas de Huelva, también el más caro, pero en esta ocasión el gasto lo soportaba una caja de ahorros: La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Sevilla y Huelva, vulgo ‘El Monte’.

 

 

Cuentan en el entorno de Jiménez que está muy cansado, agotado, que han sido años muy duros e intensos y que su participación activa como portavoz de la gestora ‘anti Sánchez’ le ha dejado en un limbo político donde ‘ni contigo ni sin tí, tienen mis males remedio’. Además, es de los que piensa que cuando interviene en el Parlamento, la audiencia aún cree ver en su persona al portavoz del gobierno, no al de la oposición como las circunstancias actuales requieren. Y es de los que piensa que esa dinámica había que cambiarla.

Y por si Mario Jiménez no tuviese ya suficientes problemas en la cabeza, en los últimos meses ha tenido que soportar la metedura de pata judicializada de su cuñado Ignacio Caraballo. Se trata del caso Aljaraque donde el también presidente de Diputación y secretario general del PSOE de Huelva, se ha visto judicialmente ‘investigado’ teniendo cita próxima en el banquillo de los acusados, algo que según el Código Ético del PSOE debería haber producido automáticamente su baja de todo cargo institucional o en el partido. Susana le mantiene y se retrata con él cada vez que puede. La imputación de varios delitos a Ignacio Caraballo es por un error táctico que Mario nunca hubiese cometido con tanto descaro y prepotencia, ‘convencer’ a un concejal de la oposición para que votase un gobierno Psoe. Se le acusa de intento de compra de voto a cambio de prebendas.

 

Jiménez, tras verse relevado de la portavocía, rechazó de plano la posibilidad de ser Senador por la comunidad en la vacante dejada por José Luis Muñoz tras su prematuro fallecimiento, dejando claro que su intención era permanecer como diputado raso en el Parlamento de Andalucía. Un gesto que llama la atención por ser poco habitual entre nuestra clase dirigente. Ser senador hoy en España sigue siendo una bicoca muy apetitosa y parece que como senador del Reino de España se dan pocos palos al agua.

 

Aquellos portavoces del pasado…

 

Qué curioso observar el pasado con cierta perspectiva y comparar lo que hoy tenemos a lo que tuvimos en determinadas épocas. Por ejemplo en el Parlamento andaluz donde el PSOE se estrenó con el mejor portavoz que haya tenido nunca, un Catedrático de Derecho de la Universidad de Sevilla, rojo de toda la vida, llamado Ángel López  López y que, hizo tan bien su papel como mordaz e implacable portavoz socialista, que acabaría de presidente de la Cámara legislativa con gran consenso y aplauso de todos. Y como presidente del Parlamento, un notario, Antonio Ojeda Escobar.

Creo que debe ser cierto que Mario Jiménez esté cansado tras estos años tan intensos, pero no debemos olvidar que estamos ante el típico animal político al que le puede resultar sino imposible sí muy difícil abandonar su adicción por la política. En base justamente a esto que todo el mundo conoce ya empieza a circular por Huelva la versión que algunos denominan conspiranoica de todo esto. Y señalan que Mario se aparta quedando discretamente a disposición del secretario General del partido, esto es Pedro Sánchez. Sobre Andalucía y su futuro en el PSOE de Sánchez dicen en Madrid que tienen “muchas cosas que decir y que aportar”. Y Jimenez fue ‘griñanini’, pero no es un mindundi y conoce el partido en Andalucía mejor que Susana.

Parece que ya se acabó aquella etapa de incomunicación total entre Sevilla y Madrid, hasta el punto de enterarse Sánchez por los periódicos de un adelanto electoral en Andalucía, tal y como narra sin ahorrar detalles en su ‘Manual de resistencia’. Un texto, por cierto, que no es mala brújula para entender mejor al actual inquilino en funciones de La Moncloa y su relación con el mundo exterior.