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Marta del Castillo, caso abierto

Jose Manuel Sanchez Fornet
José Manuel Sánchez Fornet*

A pesar de la sentencia que condena a Miguel Carcaño y absuelve a los demás imputados (su hermanastro Francisco Javier Delgado, la novia de este, María García, Samuel Benítez y el menor Francisco Javier García alias “el Cuco”), la justicia y la Policía no pueden dar por cerrado el caso de Marta del Castillo porque queda pendiente el asunto principal tras el esclarecimiento del crimen como es la localización de su cadáver.

Existe abierta una pieza separada dimanante del sumario principal que enjuició el crimen, para llevar a cabo las gestiones conducentes a la localización del cuerpo de Marta del Castillo, y esa debe ser la herramienta jurídica que dé cobertura a las actuaciones que deberían practicarse.

En fechas recientes se ha llevado a cabo una nueva búsqueda de restos de la niña o pruebas que pudieran acreditar que fue arrojada a la dársena del Guadalquivir, en la zona acotada entre los puentes del Alamillo y la Barqueta, por ser la zona más cercana al domicilio de León XIII donde se cometió el asesinato y donde no se había buscado hasta el momento, lo que da una idea de las carencias que existen en la investigación de este asunto.

 

La justicia y la Policía no pueden dar por cerrado el caso de Marta del Castillo porque queda pendiente el asunto principal tras el esclarecimiento del crimen como es la localización de su cadáver.

 

Cierto que hay más de 4.000 personas desaparecidas en estos momentos, pero también  que hay diferencias significativas en éste respecto a otros casos, como son una condena del autor del crimen y la convicción de que el cadáver está en una zona no muy alejada del domicilio, ya sea el rio, la dársena o una zona rural o descampado.

Procedería que desde la Policía se planteara al juez un plan de actuación tendente a obtener indicios, convicciones, elementos que puedan señalar el lugar donde se puede encontrar el cuerpo de la niña asesinada, procediendo a revisar todo lo actuado y llamar a declarar a diversos actores del caso, empezando por las cuatro personas que fueron absueltas antes citadas, seguidos por las personas que dicen haber visto la noche del crimen a dos personas empujando una silla de ruedas, (una de las cuales dice reconocer a Miguel Carcaño y Samuel Benítez como los que la empujaban, y al “Cuco” como el tercero que llego en una moto), revisando todo lo practicado hasta el momento en orden a establecer posibilidades de localización del cadáver.

No puede faltar en este impulso a la investigación tomar declaración a Antonio del Castillo, cuanto antes mejor porque tendrá la memoria más fresca, para que explique su entrevista con Miguel Carcaño en la prisión donde se encuentra, en la que según la versión del sr. Del Castillo le dijo que la víctima no está en la dársena y que se encuentra en la finca de Majaloba, y que si no ha sido encontrada puede deberse a que su hermanastro, Francisco Javier Delgado, al que acusa de hacer desaparecer el cadáver, haya podido cambiar el mismo de lugar.

 

No puede faltar en este impulso a la investigación tomar declaración a Antonio del Castillo, cuanto antes mejor porque tendrá la memoria más fresca, para que explique su entrevista con Miguel Carcaño en la prisión donde se encuentra.

 

No es previsible, y ha ocurrido muy pocas veces, que después de haber enterrado el cadáver de alguien en una determinada zona el autor, cómplice o encubridor vuelva a desenterrarlo para cambiarlo de lugar, razón de más para volver a interrogar al asesino confeso Miguel Carcaño al respecto tras sus manifestaciones al padre de la víctima.

Hay que oír también, por su experiencia acreditada en estos casos, al oficial de Policía ya jubilado Ricardo Morente, quien estuvo los trece últimos años de su vida profesional (hasta 2012) en la Brigada Provincial de Policía Judicial, Grupo de Homicidios, que participó en numerosas investigaciones y que fue el responsable de esclarecer la desaparición y muerte de una mujer y su hijo en Almonaster la Real (Huelva), que llevaban 18 años desaparecidos.

Dice este policía, que tras jubilarse se dedicó a analizar los datos del crimen y desaparición de Marta, que está convencido de que Miguel Carcaño se confundió de carretera (de noche, con lluvia y en una motocicleta tras un vehículo es una posibilidad verosímil), y que señaló la carretera de La Rinconada en vez de la de La Algaba, cuyas características son muy coincidentes, incluidas unas palmeras que Carcaño señaló para identificar la zona, por lo que él señala una zona concreta próxima a San Jerónimo donde cree que existen muchas posibilidades de que se encuentre el cuerpo. Insiste Morente que no llevaría más de dos días buscar en la zona que él señala y que solo se precisa permiso de la Mina de cobre Las Cruces, porque una tubería de la misma pasa por la zona, y que aunque él habló con responsables de la misma no le dieron permiso para llevar a cabo ninguna excavación.

 

Hay que oír también, por su experiencia acreditada en estos casos, al oficial de Policía ya jubilado Ricardo Morente, quien estuvo los trece últimos años de su vida profesional (hasta 2012) en la Brigada Provincial de Policía Judicial, Grupo de Homicidios.

 

Que la Policía haya descartado la experiencia de este Oficial de Policía es algo más habitual de lo que debería. El Códice Calixtino sustraído en la catedral de Santiago se encontró un año después, por casualidad, en una búsqueda de otro asunto (en el que apareció una bolsa deportiva con  600.000 euros), cuando a los pocos días del hecho un policía nacional de seguridad ciudadana y de la escala básica, había registrado una minuta exponiendo las razones por las que señalaba al después detenido como autor del robo del Códice. Dicha minuta no fue tenida en cuenta.

Algo parecido ocurrió en el caso de Anabel Segura (secuestrada y asesinada el 12 de abril de 1993, cuyo cadáver apareció dos años después), siendo detenidos los autores del crimen en la misma furgoneta y con la misma matrícula que alguien facilitó la misma noche del secuestro a una dependencia policial. En este caso cabe la disculpa de que se recibieron miles de llamadas, pero no haber investigado todas ellas dice poco del rigor con que se llevó la investigación.

La Policía no puede permanecer inactiva y debe tomar iniciativas para, con autorización y respaldo judicial, hacer todas las gestiones necesarias en la búsqueda del cuerpo de Marta del Castillo. Y para ello parece aconsejable crear un equipo específico de investigación, de los que hay muy buenos profesionales en la policía sevillana, de personal “no contaminado” con las diligencias anteriores que no han dado resultado, y que actúen con la profesionalidad y rigor que merece un caso como este. Porque la familia de Marta y la ciudadanía merecen cerrar este caso, si no haciendo justicia que ya parece imposible, al menos con el consuelo de haber encontrado los restos de la niña.

 

*José Manuel Sánchez Fornet es  Policia y ex Secretario General del SUP. Portavoz del Observatorio contra la Corrupción.

@sanchezfornet