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Maternidad subrogada, la felicidad de muchos

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Pilar Enjamio*

Por supuesto que surgen planteamientos éticos pero se disipan ante el milagro de la creación de una vida y eso es algo maravilloso.

La maternidad subrogada o lo que denominamos vientre de alquiler tiene aún muchas reticencias en España y este nacimiento que se desea tanto y estará a un paso de la felicidad e quien lo anhela sólo pueden cumplirlo los que gozan de posibilidades económicas que le permitan además desplazarse al extranjero sea EE.UU, Méjico, Rusia e incluso la India.

Un óvulo y un espermatozoide de la pareja o de un miembro de la misma es implantado en la cavidad uterina de la persona elegida para albergar durante nueve meses ese embrión durante su desarrollo y hasta su nacimiento. Este momento último el del parto significará la desconexión de este ser íntimamente unido a quien lo albergó y a partir de ahora tendrá una familia de padre y madre ,monoparental o pareja homosexual. Estos últimos han visto en la maternidad subrogada la culminación  de un sueño que tantas veces se les negó.

 

España debería sumarse para suprimir estos altos costes actuales y que parejas estériles, mujeres en las que peligraría su vida con un embarazo o la imposibilidad genética de concebir hallen una vía a sus aspiraciones muy lejos del egoísmo.

 

Siempre son importantes los padres, esa figura de autoridad y a la vez de protección constituida por un miembro masculino y uno femenino. Sin embargo las familias patriarcales y monoparentales rescatando esa otra figura trascendental que es la abuela que además de abuela es padre, madre , tía, hermana en la emigración. Primaba el subsistir pero esos niños fueron educados en el respeto y en el sacrificio y lucha para conseguir un fin. También una pareja homosexual puede cubrir de inmenso amor y cuidados a ese ser que abre los ojos a la vida.

Es importantísimo en una madre de alquiler que se den hábitos saludables en su esfera vital, un estado de salud físico y mental óptimo. El aspecto psicológico cobra un sentido primordial para que sepa aceptar que ese niño es de otros una vez nazca. Durante la gestación o embarazo hay cambios hormonales que pueden alterar el estado psíquico y la percepción de las cosas. Es innegable que esa intimísima unión con el bebé se corta bruscamente al dar a luz, se suprime después de un tiempo prudencial la lactancia materna y ese cordón umbilical que los unía a la gestante y al bebé. En algunos casos hay traumas posteriores aunque los menos y además no son sus óvulos sino los de otra persona implantados porque del otro modo la desvinculación sería dolorosa.

A veces situaciones traumáticas infantiles de abandono no superadas, de falta de cariño pueden ser un arma de doble filo y ocasionar problemáticas posteriores. Por todo ello el estado psíquico, mental, sin engaños ni ocultaciones no debe obviarse así como la firma de unas condiciones con claridad. España debería sumarse para suprimir estos altos costes actuales y que parejas estériles, mujeres en las que peligraría su vida con un embarazo o la imposibilidad genética de concebir hallen una vía a sus aspiraciones muy lejos del egoísmo y muy cerca de la entrega y donación de amor sublime a una personita, a un nuevo ser vivo único e irrepetible y compartir felicidad.

 

*Pilar Enjamio es  Psicólogo / Maternidad.