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Medallas

Clara Guzman
Clara Guzmán

Cuando prohibieron fumar en los trabajos se cargaron de cuajo una de las frases más emblemáticas, que diría un cursi, de nuestro acervo cultural. Sí, esa que decía, en todos los trabajos se fuma. A veces daban ganas de que la gente se fumara el manso, porque el humo del tabaco disimulaba otros aromas que luego dieron la cara. Ya saben, aromas a humanidad.

Acabo de leer que el gobierno en funciones, para que veamos que ora et labora, ha concedido las Medallas de Oro al Mérito en el Trabajo, a entre otros, los sindicalistas y exsecretarios generales de UGT y de CC.OO, Cándido Méndez y José María Fidalgo, respectivamente. Y como la envidia es uno de nuestros pecados capitales (digo yo que lo de capitales será porque los bautizó un capitalino, porque pecados provinciales conozco yo a mansalva)  pues ya anda diciendo la gente que si pacá, que si pallá.

La gente, tiene la gente, maldita la condición, que cantara Marifé de Triana, pero recuerdo aquel caso que contaban de cierto señor orondo, con bigote muy a la moda y cuyo mantra habitual era qué trabajo es trabajar, que fue condecorado, a finales de los años sesenta, con la Medalla al Mérito en el Trabajo. La gente mayor, bajando la voz, decía que porque era del sindicato vertical.  Y ya saben ustedes, que cuando los adultos bisbisean, y más en aquellos tiempos, bueno ahora también porque hemos vuelto a muchos comportamientos del pasado, es porque se trata de materia reservada.

Lo que nunca he sabido es si las Medallas al Mérito en el Trabajo se conceden a la calidad o a la cantidad del laboro.

Y la historia nos tenía reservado otro nuevo día de la marmota.

Lo que nunca he sabido es si las Medallas al Mérito en el Trabajo se conceden a la calidad o a la cantidad del laboro. La cantidad es, por ejemplo, eso que llaman en las empresas calentar la silla.  Y ahora vienen mis dudas. Un sindicalista, ¿se hace sindicalista por amor al trabajo, al bien común, al altruismo, al sindicato o a la cantidad de horas libres que se tienen al día, además de a las dietas? Bueno, de ahí viene lo de liberado. Que a mí siempre me ha recordado a libertos (sí, muy chulos los vaqueros) en contraposición a esclavos.

-¿Y ese muchacho en qué trabaja?  Preguntaba el padre, un poner.

-Ese muchacho es un liberado. Es sindicalista.

A lo que el padre contestaba sin dilación: O sea, un vago.

Ya saben cómo eran los padres de antes. Prácticos y dogmáticos.

Lo de los sindicalistas condecorados con las Medallas al Mérito en el Trabajo viene a ser chispa más o menos como los famosos de turno que se apuntan a una ONG, ya saben Organización No Gubernamental subvencionada por el Estado, se pegan un viaje a un sitio exótico, se fotografían con niños hambrientos, esqueléticos, de ojos espantados; salen en la revista del saludo, cobran y dicen que son solidarios.

Que sí, mujer, que en todos los trabajos se fuma, aunque no se fume. Usted me entiende. Y si encima van y te condecoran entonces ya sabes dónde te has pasado el tiempo fumando…Espero.