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Menos lobos Caperucita Díaz

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

De traca, lo del PSOE es de traca. No lo entienden ni ellos mismos. Me refiero, claro está, a la hábil estrategia que está desarrollando su secretario general, Pedro Sánchez, en los últimos meses en un vivo sin vivir en mi que no entiende ni Dios. El “no es no y qué parte del no es la que no entiendes” no queda mal como frase para titulares periodísticos pero no deja de ser una perogrullada que nos conduce indefectiblemente a una nueva cita con las urnas. A mí me hace gracia ese mantra que unifica voluntades que es el rechazo de las terceras elecciones. Es en lo único que perecen coincidir izquierdas y derechas. Todos los partidos parecen de acuerdo en que es la peor solución al actual estado de crisis, pero casi todos los partidos están haciendo lo indecible para que los españoles tengamos que volver a votar, por tercera vez en menos de un año, el 18 o el 25 de diciembre. Ello da una idea de lo que le importan a todos la voluntad de los electores. Una mierda. Ellos va a lo que van. A pescar en río revuelto y a sacar el máximo provecho personal y partidista de este caos en el que nos hallamos sumidos por la inutilidad de todos.

No hace falta meterle mucho los dedos para que ten pongan “al tal Sánchez” a caer de un burro. Y si se les calienta la boca lo menos que dicen es que es un tonto del haba de cuidado.

Pese a estar ya jubilado, sigo teniendo contacto con diversos ex dirigentes de los partidos políticos que han gobernado en Andalucía y en sus principales ayuntamientos. La inmensa mayoría de ellos están tan estupefactos como lo puede estar usted, querido lector. Resulta curioso tomarse un café o una cerveza con ex altos cargos socialistas que han detentado tanto cargos orgánicos en el partido como institucionales en la Junta de Andalucía. No hace falta meterle mucho los dedos para que ten pongan “al tal Sánchez” a caer de un burro. Y si se les calienta la boca lo menos que dicen es que es un tonto del haba de cuidado. Uno, que esta bastante harto de escuchar pamplinas que no conducen a nada, les pone en la tesitura de que son ellos o sus compañeros del PSOE, los que tienen en sus manos la posibilidad de reconducir la situación convovando un Comité Director que desautorice la postura negativa de Sánchez.

Y ahí llega lo bueno. “Eso son palabras mayores”, te dicen. “La única que tiene alguna posibilidad de reconducir la actual situación, añade, es Susana y, aunque en privado te confiese que lo de Sánchez es de locos, no quiere producir un cisma en el partido que puede acabar como el rosario de la aurora en estos momentos en los que tenemos a Podemos al acecho para acabar de darnos la puntilla”. Por eso, dicen, Susana está esperando el momento oportuno para darle el golpe de gracia al tal Sanchez. “Puede que sea tras las elecciones vascas y gallegas si se confirma que, sobre todo en Euskadi, los socialistas nos vamos a pegar un costalazo de los que hacen época. Ese será el momento de convocar un Comité Director que permita desbloquear la actual situación. Susana tiene el apoyo de diversos barones, de Fernández Vara, de García Page, de Lambán y hasta de Iceta o Ximo Puig. Hasta entonces no hay nada que hacer”.

Aquí abajo, en Andalucía, estamos ya bastante acostumbrados a que a Susana se le vaya la fuerza por la boca, que prometa acabar con la corrupción sin que se note nada.

A mí todas estas teorías conspirativas me suenan a cuento chino. Susana y sus compañeros de bancada antisánchez han tenido tiempo de sobra de acabar de una vez por todas con la payasada de Pedro y sólo se han limitado a hacer declaraciones públicas, más o menos duras, y casi siempre matizadas, contra algo que ellos mismos aprobaron sin rechistar en el ùltimo Comité Director: ya saben, el no a la investidura de Rajoy.

Sánchez sólo se ha limitado a cumplir lo acordado entonces. Así que menos lobos, Caperucita Díaz. Aquí abajo, en Andalucía, estamos ya bastante acostumbrados a que a Susana se le vaya la fuerza por la boca, que prometa acabar con la corrupción sin que se note nada su supuesto combate contra los fraudes de los EREs o de los cursos de formación, que venda el gran desarrollo de Andalucía mientras seguimos con el récord europeo de parados, que acuda a los colegios públicos en los que nuestros niños siguen a la cola educativa o que inaugure modernos hospitales mientras crecen las listas de espera.

Con todo es de agradecer que Susana nos haya dado un respiro veaniego y haya desparecido en combate haciéndose la mudita. El silencio de los corderos, lo llaman. Dicen los que la conocen que todo este tiempo ha estado manteniendo reuniones secretas con diversos dirigentes socialistas españoles para preparar su estrategia a corto y medio plazo. Visto lo visto yo no acabo de creermelo. La presidenta andaluza se siente muy cómda en su trono de San Telmo y no está dispuesta a jugarse su futuro en una apuesta que aún no sabe si podría ganar. Por todo ello estoy convencido de que, si no lo remedia algún milagro, vamos encaminados a una nuevas elecciones en las que los resultados, ya se los adelanto, van a ser bastante similares, a los de las dos últimas. Y de nuevo vuelta a empezar. Ya me dirán si esto no es como para nacionalizarse en la mismísima Conchinchina que decíamos cuando éramos pequeños.

*Benito Fernández es Periodista