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Moreno Bonilla y el último ‘cacique’

Pepe Fdez
Pepe Fernández

Mientras el líder regional del PP andaluz Juanma Moreno Bonilla intenta emular a Susana Díaz opinando sobre la política nacional y vaticinando incluso la repetición de elecciones, su casa, el PP-A, ha empezado a arder y el humo se observa por la zona electoralmente más confortable del partido en Andalucía. Se trata de Almería, la única provincia donde siempre pierde el PSOE y siempre le gana la derecha desde UCD.

Las últimas informaciones que se han conocido sobre la causa que se sigue en un Juzgado de Roquetas por la denominada Trama Amat, sitúan al PP en un frágil discurso sin credibilidad contra la corrupción y por la transparencia en Andalucía. Y eso que a doña Susana, casi cada semana, se le cae un peón del tablero por culpa de la corrupción. Hasta el Interventor de la Junta de Andalucía ha presentado su dimisión del cargo. Pero ella como si nada. Y la oposición pues otro tanto.

En Confidencial Andaluz avanzamos que un CD procedente del Ministerio de Hacienda, incorporado al sumario de Amat, sus parientes y sus negocios, desvelaba en su contenido, según la acusación pública ejercida por AMAyT,  al menos ochenta mercantiles más que habría que sumar a las 103 detectadas oficialmente por la Udyco Costa del Sol. Todas ellas con directas o estrechas vinculaciones societarias de familiares de diverso grado del propio Gabriel Amat.

Palmeras con GPS

Empresas que, según se está empezando a publicar, han hecho grandes negocios con el Ayuntamiento presidido por don Gabriel Amat Ayllón. Eso es lo que investiga fundamentalmente la Justicia desde hace años y a trompicones.

Las ochenta y tantas nuevas empresas localizadas por Hacienda, curiosamente, no fueron detectadas ni investigadas durante 18 meses por la Udyco por lo que ahora se ha pedido a la Juez, nuevamente, que se profundice policialmente en la trama societaria del clan familiar de Amat en esas mercantiles «extraviadas» en la investigación.

jarquil verde roquetas
Cuadrante realizado por IU Roquetas, completando lo publicado por el diario El País

 

El diario El País, el único medio de comunicación de ámbito estatal que ha investigado la corrupción política en Almería, especialmente la del PP que alli gobierna, ha publicado este jueves que una de las empresas descubiertas – Jarquil Verde S.L.–  ha facturado 950.000 euros por trabajos de jardinería. (Entre otras cosas ponerle GPS a las palmeras de Roquetas o inventariarlas).

Posterior a esta publicación del rotativo de Prisa, IU Roquetas hacía público el dato de que los proyectos adjudicados a  Jarquil Verde S.L. –cinco empleados– ascendía realmente a 1,7 millones de euros.

El Sr Amat ha vuelto a ser previsible y nuevamente ha anunciado acciones judiciales contra la asociación anticorrupción AMAyT, ya que se considera víctima de una persecución. Es la misma técnica de Javier Arenas (su ‘hermano’ pequeño) anunciar querellas que nunca acaba presentando y si lo hacen no prosperan. Amenazas a la defensiva como el alcalde socialista de Albox, Rogelio Mena, que esta semana ha sido inhabilitado definitivamente para cargo público.

Especial complejidad

La juez del caso Amat acaba de declarar causa de especial complejidad esta investigación a petición de Fiscalía, de tal forma que en 18 meses tendría que haber concluido la instrucción. El propio Fiscal, en sus argumentos, da cuenta de la gravedad y calado de los posibles delitos a investigar.

Llegados a este punto cabe preguntarse por las verdaderas razones por las que el PP, con Javier Arenas como actor principal, ha venido manteniendo y protegiendo a un personaje como Gabriel Amat. Cuando hubo que elegir una pista de aterrizaje para Rafael Hernando, Almería fue la plaza elegida, pasando el actual portavoz del PP en el Congreso a formar parte del circulo de seguridad de Amat, junto a Juan José Matarí, Carmen Crespo y el propio Arenas. Pero si se fijan bien, en el fondo, Amat ha estado actuando como capataz de Javier Arenas, el verdadero dueño político del cortijo almeriense. Algún colega articulista se pregunta si detrás de todo esto lo que se oculta es la posible financiación irregular del PP, vía la Almería de Amat.

Amat llegó a estar imputado y el PP le mantuvo en activo al frente de la Diputación con la excusa de que eran delitos administrativos, no penales. Rajoy bajó para apoyarle y piropearle en público. Hasta el ministro de Justicia, Rafael Catalá, se desplazó a Almería en campaña para arropar al político investigado. Claro que a los pocos días la Juez almeriense de Roquetas que lleva el caso levantó la imputación de la pieza separada de La Fabriquilla contra Gabriel Amat y todo su equipo. Y poco después la Justicia daba carpetazo al caso del Auditorio, con un presupuesto 120% por encima de lo proyectado, y del que presumiblemente la constructora Hispano Almería habría pagado en negro a técnicos municipales y políticos del PP almeriense coincidiendo con campañas electorales, igual que ha pasado en Valencia. El asunto HALSA se tramita, muy lentamente, en otro juzgado, también desde hace años. 

Baltar, Fabra, Amat…

En todos estos años, el PP, ha venido defendiendo y justificando la política de Amat en su cortijo político particular. Don Gabriel puede formar parte, por méritos propios, de esa estela de políticos de la viejísima escuela, verdaderos dueños y señores de sus feudos provinciales o comarcales. Amat, tras apagarse la estrella de los Palacios, Baltar, Fabra… es, sin duda, el último cacique de la política española. Ahora la Justicia nos tendrá que decir si don Gabriel es un cacique de los malos o de los buenos, especies políticas en vías de extinción.

Un ex cargo público del PP almeriense, que dice ser amigo de Amat, sostiene que “a Gabriel le han sobrado cuatro años en activo. Si se hubiese marchado cuando le tocaba quizás no se vería en la tesitura de rendir cuentas políticas y familiares, que ya veremos como acaba. En el partido estamos muchos creyendo que esto puede suponer el principio del fin de una era”.  Le pregunto si conoce el motivo por el que no se jubiló hace cuatro años y afirma que “Javier presionó mucho a Gabriel para que siguiera controlando Almería y en activo”.

Moreno Bonilla no habla del caso Amat, se escuda como un picapleitos en que no está investigado (imputado), pero como político que dice que es, debería darse cuenta que cada vez que arremete contra la corrupción en el PSOE, su crítica suena a chiste del Club de la Comedia. Al menos Bonilla podría salir a la palestra a decir si le parece bien, mal o regular que el suegro alcalde le suelte tanta guita al yerno empresario, aunque sea con una Ute de por medio.