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El muerto al hoyo y el vivo…a pagar

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

Mientras media España está ya en la playa y la otra media se prepara para hacer las maletas y gozar de un merecido descanso anual, los políticos siguen a lo suyo, dando por saco y dedicados a marear la perdiz para que el personal no se olvide ni un momento que existen unicamente para amargarnos la vida a los ciudadanos. Estoy deseando que llegue el mes de agosto para que los Rajoy, Sánchez, Iglesias, Rivera, Díaz, Puigdemont y todas sus cohortes de cogecosas decidan dejarnos tranquilos unos días y darnos un respiro en este vivo sin vivir en mí en el que se ha convertido el día a día en esta España de charanga y pandereta.

 

Porque hay que reconocer que la situación se está poniendo bastante complicada con la imparable deriva independentista catalana, con el presidente del Gobierno declarando como testigo ante la Audiencia Nacional (y negando la evidencia de saber algo de la corrupción en su partido y que casi todos conocemos gracias a Bárcenas y otros chorizos de la Gürtell) y saliendo practicamente indemne de la encerrona, y, aquí abajo, al sur de Despeñaperros, con los hospitales y los médicos en pie de guerra y la gran mayoría de los ciudadanos andaluces protestando por el abusivo impuesto de sucesiones que Susana se niega a reducir por más que le presionen el PP y Ciudadanos, sus pseudosocios de Gobierno. El panorama, como ven, es bastante desalentador y lo malo es que lo peor está por venir. Parodiando lo que decía la canción, “cuando llegue septiembre, todo será…muy peligroso”

Hablo, como se habrán imaginado, del impuesto de sucesiones, esa más que excesiva tasa sobre la muerte y el dolor que tenemos que soportar los andaluces como si Susana fuese el del seguro del Ocaso.

 

Como lo de los catalanes es el cuento de nunca acabar y lo de Rajoy y la corrupción está más que analizado por los sesudos y habituales tertulianos que hablan de todo y no saben casi de nada, voy a dedicar este artículo a un asunto que todavía no he tocado pero que, poco a poco está calando en la sociedad andaluza, harta de oir sandeces por parte de la Junta para tratar de justificar un impuesto injustificable que atenta contra uno de los principios constitucionales, el de la igualdad de todos los españoles ante la ley. Hablo, como se habrán imaginado, del impuesto de sucesiones, esa más que excesiva tasa sobre la muerte y el dolor que tenemos que soportar los andaluces como si Susana fuese el del seguro del Ocaso.

 

Dice un conocido refrán español eso de “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Y a la Junta parece que no le gusta el aforismo porque está dispuesta a quitarle el bollo a todos aquellos conciudadanos que acaban de enterrar a sus padres o parientes más cercanos. A este refrán yo añadiría una frase del filósofo romano cordobés Lucio Anneo Séneca quien afirmaba que “la muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo y para muchos un favor”. Esa sí que la comparte Susana Díaz al cien por cien. Aquí, en Andalucía, la muerte es un castigo para los herederos, un regalo para la Junta y un favor para la Hacienda andaluza. Un monumento, habría que hacerle un monumento a Séneca frente a la fachada del palacio de San Telmo.

Dice ahora el Gobierno que pretende unificar en toda España el impuesto de sucesiones para que exista una homogeneidad en las distintas comundades. Miedo me da.

 

Porque no seamos incautos. Susana no va a modificar la ley por más empeño que ponga el PP-A con sus 33 escaños y Ciudadanos y sus 9 parlamentarios. Lo tiene atado y bien atado para conseguir el apoyo de los 15 diputados de Podemos e incluso los 5 de IULV-CA. Ya saben que la mayoría absoluta en el Parlamento andaluz son 55 votos. Aunque nadie se cree ese mantra que repetidamente esgrime el PSOE en cualquier foro de que el impuesto de sucesiones solo afecta a los millonarios, ellos tratan de reiterarlo hasta la saciedad siguiendo la máxima goebbeliana de que una mentira repetida miles de veces acaba convirtiendose en verdad.

 

Ellos saben de sobra que es falso, absolutamente falso, una mentira como un piano que el impuesto de sucesiones afecta sobre todo a la clase media andaluza a famiias con escasos ingresos que no pueden hacer frente a pagos de decenas de miles de euros para poder recibir una herencia y que, o tienen que endeudarse hasta las cejas, o renunciar al legado. Solo basta con recabar información y escuchar a decenas de familias de su entorno que han sufrido en sus carnes y en sus patrimonios este insolidario impuesto que nos convierte a los andaluces en supuestos potentados respecto al resto de las comuniades españolas. Será eso lo que pretende Susana de dar buena imagen de desarrollo y properidad de Andalucía en el exterior

 

Dice ahora el Gobierno que pretende unificar en toda España el impuesto de sucesiones para que exista una homogeneidad en las distintas comundades. Miedo me da. Como esta modificación la dirija el ministro Montoro, seguro que toma de referencia los porcentajes que aplica la Junta de Andalucía. Espero no tener que acudir al dicho del paralítico que acudió a Lourdes en busca de un milagro, ya saben, “Virgencita, Virgencita…déjame como estaba”.

 

*Benito Fernández es Periodista.

@maxurgavo