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Navidad cayó en agosto

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

Imagino que casi todos ustedes conocen ese pueblo de la Alpujarra granadina que celebra la Nochevieja en pleno mes de agosto. Bérchules creo que se llama. Sus vecinos, desde 1994, instauraron esta fiesta anacrónica al no haber podido celebrarla el año anterior por un desafortunado apagón eléctrico. El caso es que la idea caló entre el personal, que ya se sabe que en vacaciones es pródigo en aceptar chorradas, y cada verano Bérchules atrae a miles de turistas el día 5 de agosto que se comen las uvas, el turrón y los mantecados, visitan los belenes, cantan villancicos y asisten, cómo no, a una tradicional cabalgata de los Reyes Magos. Todo bastante extemporáneo pero eso es lo que buscan muchos, incluso aquellos que aborrecen las fiestas navideñas, odian las “entrañables” y quisieran cambiarlas por las del solsticio de invierno. Para los berchuleros el refrán clásico de “Navidad cayó en agosto” se ha convertido en un reclamo turístico de primer órden que le reporta a un pueblo escaso de recursos pingües beneficios económicos.

 

Y es que en esto de inventarnos fiestas sin motivo y celebraciones multitudinarias para sacarle pasta a los turistas, los españoles somos expertos. Nos viene de raza picaresca desde los siglos XVI y XVII con el Lazarillo, Rinconete y el Guzmán de Alfarache. Toda una tradición. Desde la “tomatina” de Albuñol a la “pitufolandia” de Júzcar pasando por los enharinados de Ibi, la guerra del merengue de San Sebastián o la procesión de los ataudes abiertos de As Neves, cientos de fiestas cuando menos curiosas y muchas de ellas bastante recientes en el tiempo, se propagan en verano a lo largo y ancho de nuestra piel de toro para solaz de vecinos y disfrute de visitantes. Todo un rosario de despropósitos dignos de esta España de charanga y pandereta.

 

Viene todo esto a cuento del nuevo partido político que se acaba de presentar. Dice otro clásico refrán español aquello de que “éramos pocos y parió la abuela”. Y la abuela acaba de parir una especie de engendro de corte populista-marxista que puede dejar en paños menores a los podemistas de Pablo Iglesias. Imagino que lo han visto en los telediarios. Lo encabezan el polémico y controvertido juez Baltasar Garzón, el ex secretario general de PCE, Gaspar Llamazares y el ex alto cargo de Educación en el franquismo con Carlos Arias Navarro, ex ministro de Educación y Ciencia con Calvo Sotelo en la UCD y ex secretario general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza. Vaya tres patas para un banco, que dice el dicho.

Nada mas verlos en la tele se me vino a la memoria lo de “Navidad cayó en agosto”. Solo les faltaban los camellos y que Mayor Zaragoza se llamara Melchor Zaragoza para tener a los tres Reyes Magos presentando su particular cabalgata.

 

Nada mas verlos en la tele se me vino a la memoria lo de “Navidad cayó en agosto”. Solo les faltaban los camellos y que Mayor Zaragoza se llamara Melchor Zaragoza para tener a los tres Reyes Magos presentando su particular cabalgata. Dicen que el partido se va a llamar “Actúa” y así acaban de registralo. Yo le pondría mejor el nombre de “Epifanía”, que, como muchos de ustedes sabrán, significa etimológicamente “manifestación” y así los tres ínclitos nuevos reyes magos de agosto, Mayor, Gaspar y Baltasar, tan dados a encabezar protestas y manifestaciones pancarteras de izquierdas, mataban dos pájaros de un tiro.

 

Dicen las malas lenguas que el nuevo PSOE de Pedro Sánchez ha acogido con alborozo y satisfacción el nacimiento de este nuevo partido de izquierdas que da la impresión de que podría restarle votos a los muchachos de Podemos, cada día más divididos en sus luchas internas por el poder y en las manifestaciones y controversias de los radicales antisistema sobre la guerra al turismo y sobre su apoyo a Maduro. Posiblemente me equivoque pero me da la impresión de que Podemos y sus distintas confluencias han llegado al máximo de su alcance.

 

La última encuesta del CIS le ha dado alas al “pedrismo” y ha hundido en la miseria a Susana Díaz, quien cada día se refugia más en su coto privado andaluz y evita sacar la cabeza más allá de Despeñaperros. Para ella, todos estos movimientos a la izquierda del nuevo PSOE son una bendición porque van a obligar a su líder a mover ficha para pactar con ciertas tendencias poco recomendables para el futuro de España. Por más esperanzas que le den las encuestas, Sánchez sabe que su única alternativa para conseguir gobernar está en una alianza con Pablo Iglesias o con sectores afines al podemismo. Y eso, a la larga, podría costarle mucho más que su propia cabeza. Podría ser el principio del fin de un partido, el Socialista, que tiene detrás casi siglo y medio de historia. Habrá que estar atentos a lo que ocurra en septiembre.

*Benito Fernández es Periodista.

@maxurgavo