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No me queda otra opción que votar Ciudadanos

Javier Arenas  sabe que en un año el PP andaluz habrá saltado por los aires, la destrucción será inevitable, por eso controla Sevilla.

Hemos perdido, definitivamente hemos perdió. Sevilla ha perdido, Andalucía ha perdido. Hemos perdido la historia que nos vio nacer. Ya no somos ni sombra de lo que fuimos.

Hemos vuelto a perder y Javier Arenas ha vuelto a ganar, Si, así de claro, fruto de la maldad que habita en política, el Partido Popular en  Sevilla va a la deriva, con el candidato que a buen seguro es del agrado de Juan Espadas. Los sevillanos deben saber lo que hay tras esta designación, como los demás andaluces en sus capitales de provincia. Subyace una encarnizada lucha en los bajos fondos de Génova por la toma de posición para la sucesión. Todos son conscientes que Rajoy no volverá a presentarse y la lucha ha comenzado, los sorayos con los arenistas, los cospedalistas y zoidistas, con los feijodistas.  Todos han usado Andalucía como un tablero de ajedrez, saben que es una región con fuerza orgánica y la lucha estaba servida.

En el Partido Popular andaluz, se juega en “clave sucesión”. Beltrán, Sanz, Virginia, Tarno, no son nadie, como tampoco lo son los Bellido, Pérez, Márquez y demás candidatos a las capitales andaluzas.

Que ningún sevillano se equivoque, que ningún andaluz venga a engaño. En el Partido Popular andaluz, se juega en “clave de sucesión”. Beltrán, Sanz, Virginia, Tarno, no son nadie, como tampoco lo son los Bellido, Pérez, Márquez y demás candidatos a las capitales andaluzas. Aquí se trabaja para estar en el día después, y ahí quiere jugar como siempre Javier Arenas. Controlar Sevilla, para ser  el número uno al Congreso de los Diputados. Tener el control de la capital de Andalucía, seguir controlando Sevilla, a través de dos inútiles políticos. Este es el pensamiento político de Arenas: Ser y estar, cueste lo que cueste. Enfrentarse a quien sea necesario, matar al mensajero, engañar al amigo, vender al hermano y someter al enemigo sin salir de casa. En política Arenas no tiene otro ideario, vencer y matar.

Javier sabe quién es Beltrán como político, conoce de sobra su inutilidad política. Arenas conoce perfectamente el carácter  histérico-político de Virginia. Javier sabe quién puede ser el mejor candidato en Sevilla, pero le da igual. Sevilla pinta poco para Arenas, salvo su peso político-orgánico.  El juego político de Arenas no es Sevilla, es otro.

Javier  sabe que en un año el Partido Popular andaluz habrá saltado por los aires, la destrucción será inevitable, pero para ese momento tendrá a sus peones colocados, y la refundación del partido pasará necesariamente por su confesionario. Javier Arenas volverá a hacer un partido a su medida, limpio de enemigos, sólo sumisos, adeptos y palmeros. Pero Javier no sabe, que quizás ese día sea tarde y no quede nada en el centro-derecha andaluz. Quizás ese día votantes, simpatizantes y militantes hartos de tanta maldad y egocentrismo político, le den la espalda a Javier Arenas.

Los militantes y simpatizantes ya no aguantan tantas mentiras y ser utilizados en aras de dudosos y oscuros intereses de la nomenclatura del partido.

No creo que Javier, con el equipo de inútiles políticos que puso en Andalucía, pueda quebrar la parálisis política a la que ha llevado al partido LlamadmeJuanma, y el miedo al sorpaso de los de Albert Rivera es real.

Frente a los de Albert Rivera, ya no vale trabajar y estar con la gente. Hace tanto tiempo que le dimos la espalda a nuestra gente, que ahora es tarde. Los militantes y simpatizantes ya no aguantamos tantas mentiras y ser utilizados en aras de dudosos y oscuros intereses de la nomenclatura del partido. Se han dado cuenta que sólo son llamados a las urnas como mansos corderos. Ya es demasiado tarde y Albert encandila e ilusiona más que las canas de Javier y las pétreas barbas de Eme punto Rajoy.

El partido popular andaluz ha perdido su sitio, su frescura y rebeldía, ni tan siquiera es el mejor ni el mayor partido en Andalucía. Le han robado hasta el discurso.

No me queda más remedio que pedir desde mi más profunda convicción democrática, que todos los andaluces, pero sobre todo los votantes del Partido Popular hagan un examen de conciencia y voten a Ciudadanos.

Rajoy decía ayer que no hay tiempo que perder, y tiene toda la razón. Ya no hay tiempo que perder porque en Andalucía lo hemos perdido todo. Ya no nos queda tiempo. El sabe que entre susurros y mentiras, ha sido el máximo responsable de la ruina del Partido Popular andaluz. Nos nombró y envió a un político manso, envuelto en papel de Tauro. En menos de un año se lo devolveremos, con las obras completas de la bruja Lola, para que afine la puntería la próxima vez.

Hemos perdido al partido popular andaluz, Sevilla, y Andalucía, por eso hoy no me queda más remedio que pedir desde mi más profunda convicción democrática, que todos los andaluces, pero sobre todo los votantes del Partido Popular hagan un examen de conciencia y voten a Ciudadanos. Si queremos que se produzca una verdadera catarsis en el centro derecha andaluz, que nos lleve a una refundación de nuestras ideas reformistas, no me queda otra opción que votar Ciudadanos. Sólo así limpiaremos de una vez toda la toxicidad que se ha ido generando dentro del PP y su juego de tronos.