Se han constituidos las Cortes, Congreso y Senado, y ha habido más desvergüenza que ayer pero quizás menos de la que pueda existir mañana. Ya nada sorprende.
Y que no se confunda la necesaria cultura del pacto para llegar a acuerdos, con los apaños contra natura, con el travestismo, el sprint vertiginoso por ocupar mesas, sillones o cuotas de poder, a costa de lo que sea, como tampoco con prostituir o desfigurar los discursos, poner en primer plano la incoherencia o demostrar descaradamente la ausencia de escrúpulos y de ética.
Interpretarán semejantes personajes, autodenominados políticos, que juegan con la cosa pública y con nosotros porque las tragaderas del electorado, tras lo observado el 26J en el PP de Valencia o de Barcelona, son de tales dimensiones y de naturaleza tan espurias que no pasará factura en las futuras urnas. Ojalá por una vez se equivoquen. Sería señal inequívoca de que este país al fin entra en la senda de la cordura.
Así que, los que hasta hace pocas horas se afanaban por llevar a la cárcel a los adversarios que rompían España, en la inauguración de la legislatura se han dedicado plácidamente a hacerles el amor y sin que hiciera falta ningún incómodo Simca 1000. Lo llevaron a plena luz ante nuestros propios ojos, aunque contenido en la oscuridad de sus papeletas de votos por aquello de no ruborizarse.
Pero nada acontece que les perturbe. Nos hemos acostumbrados a vivir bajo la penumbra de un permanente estado de shock putrefacto, donde, sea cual fuere el desmán, pasando nada ocurre después. Además con absoluta normalidad, sabiéndose impunes.
Por limitarme a las esferas del Gobierno y del partido que lo sustenta en lodos, las porquerías vienen de demasiado lejos. Pero nunca hubo asunción de responsabilidades, menos, dimisiones, e invariablemente tuvo lugar una excusa, coartada o justificación, a tanta desgracia. Es lo que practican también ahora como cómplices los que bien pronto han dejado de representarnos en su prometida como traicionada regeneración.
A un caso delictivo imposible de superar por su descaro o por la cuantía del latrocinio, aparecía otro más gordo, no por el pesaje en canal del presunto titular del desfalco sino por el importe del saqueo.
Así ha venido sucediendo días tras días sin que las válvulas del corazón les hayan estallado a más gentes de las que ya dejaron de acompañarnos, habiendo afectado en primer lugar a pacientes con sobredosis informativa ¡Qué buenas personas eran y cuán grande su sabiduría…! Que descansen en paz y no se apuren por lo que se están perdiendo. Nada edificante. Por eso, cuanto tiene lugar encima hay que tomárselo con calma y que no cunda el nerviosismo o la histeria para que no reposen definitivamente otros más.
Y es que en esta vorágine corrupta, hemos visto ya tantas cosas…
Por ejemplo, cómo la Púnica sustituía a la Gürtel, o las dos mafias iban en paralelo o convergiendo. Da igual. O la frase: “Lo siento, prometo no repetirlo”, lo mismo era empleado para un descosido que para un remiendo; es decir, por un presidente de Gobierno que mandaba mensajes de amor por sms a su querido cartero, toda una fortuna haberlo tenido como tesorero, porque le traía sobres cargados de violetas, que igualmente era manifestado por un quebrado monarca, por meter la pata, y otras cosas más hasta el corvejón, aprovechando que la jodienda como el dinero comisionista no tienen enmienda.
O como un recaudador por prevaricaciones varias, sustituía al anterior, superándole en indecencia, pero a la vez el siguiente relevo era aún más insaciable.
Hechos al final reconocido, como condenables e incalificables, por los mismos que poco antes los tildaban de graves injurias y calumnias, atentatorias a la buena imagen del señor embutido de turno e impropias que se expresaran en un Estado de Derecho, donde se presupone la inocencia del honorable y todo lo demás va a misa.
Como le ocurrió a Mariano, poniendo la mano en el fuego porque quería hacer lo mismo que Camps organizó en Valencia, Rita Barberá en su feudo capitalino, el lotero Carlos Fabra en Castellón y su aeropuerto, Alfonso Rus en Xátiva y Jaume Matas en Baleares. Buen cóctel delictivo, y la cárcel de la malagueña Archidona aún sin inaugurar.
Y como difícilmente resultaban ser superables tantas hazañas juntas, tenían que brotar, como hongos, en la misma Valencia que oficialmente iba regalando naranjas con el dinero de los demás, muchas otras gentuzas y muy malvadas. Porque robaban, desde los fondos públicos de cooperación internacional contra la pobreza o para proyectos que mejoraran la vida en países tercermundistas, hasta de los faustos derivados del abuso divino de traerse al Santo Padre que vive en Roma para engordar sus bolsillos.
O cómo, a los herederos de los difuntos por el siniestrado Metro de Valencia se les negaba la información e investigación sobre la causalidad accidental que se habría producido y por la que sus seres queridos tuvieron que marcharse antes que les tocara, como luego ha sucedido también con el escandaloso informe manipulado sobre el Avia, Madrid-Galicia, pastoreada precisamente por doña Ana, la íntima de Rajoy, ya hoy es presidenta del Congreso de Diputados, para echarles todas las culpas al maquinista.
¿Y de la responsabilidad política, qué?, le preguntaría Carlos Alsina al susodicho mandatario gallego dispuesto ahora a prorrogarse.
Balbucearía con que ya no existe, como la guerra ilegal de Irak, “de eso hace ya trece años y no me lo he leído”, además no viene reflejado en el Marca, le faltó decir, porque entiende que por medio han irrumpidos los sableados, que como dóciles borregos han utilizado las ranuras de unas cajas llamadas urnas para incinerarse ellos mismos, derrochando todo el síndrome acumulado de Estocolmo que portaban.
Por tanto, juzgan borrón y cuenta nueva, amnistía o indulto, a sus impunes fechorías, aunque sea una cadena interminable y que con fascículos diarios han proseguido, teniendo continuidad sin rupturas tras el 26J. Bien, a través de la DGT; del presunto capo charlatán, Fernández Díaz, el pobre ha sido víctima de grabaciones ilegales como cuando Naseiro y Sanchis; del responsable de las cloacas policiales, Comisario Villarejo; o del exvicepresidente que lo fue todo, Rodrigo Rato.
Porque el indigente Rato no se enteró, como ministro de Economía, de las dimensiones que adquirió la burbuja inmobiliaria a pesar de que previamente liberalizó el suelo, como tampoco del estallido del crack financiero internacional dirigiendo el FMI, o que utilizar la tarjeta black era ilegal, o sacar Bankia a Bolsa un fraude. No le vino al conocimiento por estar dedicado a sus empresas y a sus cuentas en paraísos fiscales, y como ya nos advirtió don Antonio Machín no se puede estar en dos cosas a la vez y no estar loco.
Y en este tétrico periodo transcurrido, no hemos parado de oír, con más o menos insinuaciones, que había que ir contra los autores de las pruebas, de las grabaciones, o de los mensajeros, por atentar contra el clima necesario de sosiego que debe reinar para que la recuperación económica, con precariedad y pobreza laboral, continúe viento en popa a toda vela sin ser cortado por una venate pueril.
No pasa nada. Todos estos presuntos delincuentes la última vez que se vieron juntos e intercambiaron experiencias fue hace tanto tiempo que ya han prescritos sus proezas. Ganas de fastidiar, recordándolos.
Ocurrió el día de la boda de la hija del anterior presidente de Gobierno del PP, conocido en Florida como míster Ansar, políglota cantinflero y amante de los señores de la guerra. Y como entonces no hubo redada judicial, se sienten libres. Para más inri, el magistrado Garzón se fue a hacer gárgaras.
En consecuencia, ¿caben más sorpresas?
Para nada. Por fin se acaba de iniciar la regeneración de España de la mano de Ciudadanos, tal como nos prometió Albert Rivera, y para satisfacción nuestra hasta los independentistas y nacionalistas, catalanes y vascos, han empezado a contribuir en la buena causa.
Pio Escudero del Gürtel y del PP es nuevamente Presidente del Senado. Doña Ana Pastor, del Avia y del PP, ha sido elegida como nueva presidenta del Congreso de Diputados. Doña Celia Villalobos ha dejado la Mesa del Congreso a la promesa del PP, señorita Alicia Sánchez Camacho. Y además volvió a parir la ínclita e ilustrada, Rita Barberá de la Carcajá y del Caloré del PP de Valencia, con juramento reiterado del cargo de Senadora entre el estruendo y el jolgorio del hemiciclo. Tan dicharachera como siempre, ha dicho esta vez que no durmió esa madrugada de víspera. No aclaró si por haber presuntamente robado hasta al Papa o por los gins tónics de más.
A la par, la izquierda, PSOE y Podemos, para no cambiar, reapareció dividida a la primera votación en el Congreso de Diputados, planteando cada formación política un candidato distinto a Presidente y sin atraerse ni tan siquiera un solo voto de diputados de otros grupos parlamentarios. Una cosa es que lo suyo sean las ideologías y no los bolsillos, y otra cosa bien distinta es que no hayan aprendido del semestre anterior y sigan desnortados con lo que les separa. Pero, eso sí, en la segunda votación, Podemos votó al socialista Patxi López aunque ya a sabiendas de que Ana Pastor estaba consolidada para salir triunfante.
¿Y hay quien aún se extraña por la forma en que se ha iniciado la legislatura, con todo lo que ha venido cayendo antes? ¿Cabe todavía espacio para la sorpresa?
Que los independentistas catalanes (CDC y ERC) y los nacionalistas vascos (PNV) dieran con su abstención la presidencia del Congreso a doña Ana Pastor del Avia y del PP, y los puestos en la Mesa del Congreso al centralista Ciudadanos, ya como comparsa del PP, en esta último affaire votando a su favor (¡tiene migas!), no debe asombrar a nadie. Porque a cambio, el PP presta diputados a CDC para que formen grupo parlamentario propio en el Senado, que significa dinero y medios, y al PNV un puesto en la mesa de la Cámara Alta. Que la pela es la pela, y para eso tiene sentido que hubieran nacido, para sacar tajá para ellos o para sus territorios.
¿Se acuerdan la que lió el PP porque en la anterior legislatura hizo el PSOE lo mismo con CDC y el PNV? No pasa nada, ya se ha olvidado. No creo que ABC y La Razón saquen en portadas que tanto Rajoy como el PP hablan en la intimidad en euskera y en catalán y se han hecho independentistas.
Queda claro que mientras peor vaya España con Rajoy, mejor irán los independentistas y los nacionalistas.
Y ahí tenemos ya a la estrella ascendente, Albert Rivera, aunque haya pasado de ser un comercial de grandes almacenes a tombolero de feria de pedanías ¿Cuántas veces dijo Ciudadanos y Albert Rivera que no le importaban los puestos y cargos y que nunca votaría lo que planteara Rajoy si no se iba antes y el PP se renovaba de pie a cabeza? ¿Cuántas veces dijo Albert Rivera que no podía tener la presidencia del Congreso aquel partido que aspirara a presidir el Gobierno? Ahora, por el contrario, facilita que el zorro guarde las llaves del legislativo democrático a cambio de la vicepresidencia y presencia en la Mesa del Congreso de Diputados, puestos que las urnas no le han proporcionado.
Mucho me temo que el recorrido iniciado por Ciudadanos, al igual que aconteciera con el CDS de Adolfo Suárez cuando se echó en manos de AP, sea el mismo que el de Rosa Díez de UPYD, aunque en su caso, de tanto decir donde dije digo, digo diego, en vez de coger las de Villadiego con retorno a su casa vaya a ser a la Caixa.
Ahora bien, y por el lado de la llamada izquierda: ¿Qué pretenden los dirigentes de Podemos y del PSOE, y viceversa? ¿Que no les vuelvan a votar ni dios en las próximas? Tres semanas han tardado desde que se celebraron las elecciones para hablar y no lo han hecho hasta la tarde de la vigilia del inicio de legislatura, por el móvil y a través de los segundos de abordo, cuando sus principales líderes estaban en la Cámara parlamentaria esa misma mañana recogiendo las credenciales. Además, ha acaecido ese fugaz: hola y no, cuando ya había un acuerdo cerrado entre el PP y Ciudadanos, ampliado a nacionalistas e independentistas, y encima cada uno planteando al día siguiente por separado un candidato distinto a la Presidencia del Congreso para nada ¿Tan inútiles son?
Que Dios conserve la vida y Santa Lucía la vista, porque a la ciudadanía nos debería corresponder, en todo caso, correrlos a gorrazos. Devolvedme el voto, por favor. No sigáis haciendo más dislates en mi nombre. No me representáis. No nos representan.