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Nos quedan dos meses de infarto

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

Hables con quien hables, lo único que sacas en limpio es la incertidumbre, el miedo, la preocupación de que este vivo sin vivir en mí sobre su futuro a corto y medio plazo que mantiene “sine die” la presidenta de la Junta, Susana Díaz, está provocando un desánimo entre todos aquellos militantes de base que creían que el problema que amenazaba con el suicidio colectivo de un PSOE en manos de Pedro Sánchez, estaba prácticamente resuelto con alguien que tomase las riendas de un partido que parece haber perdido no solo el norte sino los cuatro puntos cardinales de su historia. Y no sólo entre los militantes sino también en muchos dirigentes socialistas propios y foráneos que cada día dudan más de que su indiscutible “lideresa” se lance por fin al peligroso ruedo de las primarias y sea capaz de plantarle cara al morlaco neomarxista del sanchismo.

Todavía son muchos los que confían que antes de que acabe este mes de marzo, Susana ponga las cartas sobre la mesa. Y es que no entienden esa excesiva tranquilidad que rodea a la secretaria general del PSOE andaluz que sigue tanteando apoyos de agrupaciones lejanas y de alcaldes y concejales de de todo el Estado. “Mi opinión, resume un ex alto cargo socialista a quien la presidenta llama de vez en cuando para pulsar cuestiones internas del partido, es que Susana va a agotar al límite todos los plazos posibles mientras recaba apoyos en los lugares menos favorables como el País Vasco, Cataluña, Madrid o Castilla y León. A ella no le preocupa lo más mínimo la precampaña que haga Pedro o Patxi, sus reuniones con incondicionales. Ya cuenta con ello. Y sabe que sólo tiene que apelar al yo o el caos para que los militantes cambien a última hora sus apoyos- El problema es que esta incertidumbre sobre su candidatura puede costarle caro si finalmente decide dar el paso a las primarias”.

 

El problema es que esta incertidumbre sobre su candidatura puede costarle caro si finalmente decide dar el paso a las primarias”

 

De momento lo único cierto, lo que está quedando medianamente claro es que, como suele ocurrir a menudo con Andalucía, las fuerzas vivas de Madrid, leánse los principales medios de comunicación nacionales con la única excepción de El país, están apostando claramente en contra de Susana por el mero y exclusivo hecho de ser andaluza. Ya pasó algo similar hace 43 años cuando un tal “Isidoro” se hizo con las riendas del PSOE en el Congreso de Suresnes. Que nadie daba un duro por su futuro y el de su partido hasta una década después cuando alcanzó la mayoría absoluta en 1982.

Sin ánimo de comparar porque de momento no son comparables la histórica labor llevada a cabo por Felipe González con la incógnita que aún representa la trayectoria de Susana Díaz, la verdad es que no se entienden esas presuntas encuestas publicadas por algunos diarios que sitúan a Susana en el último lugar de los presuntos candidatos con sólo un 18 por ciento de apoyos, muy por detrás del mesiánico ególatras Sánchez y del insulso Patxi López. Yo, al menos, no la entiendo a no ser que los encuestados sean exclusivamente militantes de Madrid y sus alrededores, de Barcelona y su área de influencia o de esa cuna del socialismo como son las islas Baleares. Está claro que Susana no es ni de lejos Felipe, pero también parece medianamente claro que Pedro Sánchez sí puede ser el topo de la izquierda más radical que acabe con el partido socialdemócrata y europeo que reinventó en su momento Felipe González.

 

Pedro Sánchez sí puede ser el topo de la izquierda más radical que acabe con el partido socialdemócrata y europeo que reinventó en su momento Felipe González.

 

Da la impresión de que hay bastantes poderes fácticos cercanos a la derecha interesados en que la presidenta andaluza se quede anclada en su virreynato de Sevilla y no dé el salto a Madrid. ¿Por qué? Porque no les interesa un PSOE fuerte que recupere a sus votantes y sea capaz de desbancar al PP del Gobierno sin necesidad de apoyarse en Podemos. Todos ellos saben que el peligro de Pedro Sánchez es su amenaza de pactar con Pablo Iglesias y los nacionalistas catalanes. Y eso, además de ser una barbaridad y una desgracia para todos los españoles, incluídos los socialistas, supondría la puntilla definitiva para el PSOE y le nacimiento de una nueva izquierda de corte marxista leninista que mira más al pasado que el futuro.

Con todas estas premisas, tanto a los andaluces como al resto de los españoles nos quedan dos meses de infarto hasta que se celebren esas primarias socialistas que despejen algo, para bien o para mal el futuro de un partido de centro izquierda tan necesario para la estabilidad democrática de España como es el PP en el centro derecha. Pese a las comeduras de coco interesadas de algunos, sigo confiando en que los militantes socialstas tengan la suficiente capacidad de análisis y la responsabilidad de elegir a un nuevo secretario general que no nos lleve, y lleve a la vez a su propio partido, hacia el abismo del pasado más reprobable. Que así sea.

 

*Benito Fernández es Periodista.

@maxurgavo