The news is by your side.

Olvido en femenino

El papel que soporta el texto de nuestra Carta Magna, no es de estraza ni de couché, simplemente está demasiado arrugado, el tiempo no se detiene, y la sociedad ha cambiado vertiginosamente, necesita respuestas en un código de derechos y deberes que garantice, sin interpretaciones ni restricciones el ciclo de la vida y de sus pueblos sin regateos.

Ingenuo pensar en la bondad de una reforma en profundidad, no dependiente de mayorías parlamentarias, que tienen la última palabra en la inevitable base de un nuevo Pacto. El riesgo de una apertura de la Constitución, sin blindar lo indiscutiblemente valido de su articulado es tangible, y cuidado con la aplicación de la ley de Murphy, en el sentido de que todo es manifiestamente empeorable y regresivo. Por eso alerta con los versos sueltos de todos los colores, los de a por ellos, o los de sin ellos.

 

Es constatable como se realizó el proceso constituyente, profundamente masculino, y que dio el formato a nuestra Constitución, manteniendo la ausencia de la invisibilidad de las mujeres.

 

La ausencia notoria, y flagrante que planteamos hace cuatro décadas con el tono de la suma, y venimos señalando hasta hoy, está escrita en el titular de la transición de una dictadura a una democracia incompleta, en clave de relaciones de género y de división sexual del trabajo, y es constatable como se realizó el proceso constituyente, profundamente masculino, y que dio el formato a nuestra Constitución, manteniendo la ausencia de la invisibilidad de las mujeres, y la subordinación en términos de ciudadanía.

Sería un error interesado no reconocer los avances en variables de igualdad, desde aquel hecho histórico, aunque sus encajes normativos son altamente deficitarios, por infra financiación, por escasa voluntad política de los gestores, y otras carretas que deberían tirar de ella. Por eso la gravedad de relativizar lo que es un conflicto, bajo la consideración de que queremos cambiar en un día, lo que lleva XX siglos sucediendo, como es la desigualdad de la mujer, presuponiendo que solo el darwinismo del más puro estilo chimpancés, hará que poquito a poco evolucione la insostenible discriminación reglada y no, que sufre el sexo que consideran débil.

Las mujeres estamos preparadas para la modificación del texto Constitucional, preparadas para exigir ser incluidas en los acuerdos democráticos dentro y fuera del Hemiciclo, obligatoriamente receptores de la transversal perspectiva de género, preparadas para este proceso en pie de igualdad, preparadas para defender sin atajos la dimensión social y feminista de la Constitución, porque amurallar el olvido constitucional en femenino, es arriesgarte a que te devore desde su interior.