Papá Noel nos traerá un gobierno de derechas

Collage: Isabel Chiara

 

 El Artículo 5 bis de los Estatutos en vigor del PSOE, impulsado en su momento por Pedro Sánchez para que las baronías del partido no volviesen a lanzarlo desde el campanario de Ferraz, ha sido mano de santo para Susana Díaz cuando Ábalos empezó a hablar de ‘regenerar’ el PSOE-A. El artículo, que habla de la censura del/la Secretario/a General y de las comisiones gestoras, ha sido utilizado desde Sevilla para retar a la dirección federal a ver si se atrevían a descabalgar a la dirigente que, efectivamente, ha llevado al PSOE andaluz a la oposición por primera vez en su historia, aunque marginando el sanchismo andaluz el partido está bajo su mando absoluto. La clave de dicho artículo está en este párrafo concreto: “la remoción de la persona titular de la Secretaría General deberá́ ser aprobada por la militancia y afiliados/as directos/as del respectivo ámbito en una consulta que deberá́ celebrarse en el plazo de un mes desde el acuerdo de censura del Comité́ Federal u órgano equiparable a otro nivel territorial.”

Es más que evidente que, a día de hoy, una votación de la militancia del Psoe de Andalucía sobre la continuidad o cese de Susana Díaz al frente del partido habría resultado ganadora la Sra. y por amplia mayoría. Por esta razón la dirección federal ha bajado, de momento, la intensidad de su ofensiva contra Díaz. De ahí el gesto chulesco de la presidenta en funciones ante Ábalos el día de la Constitución con el ‘aquí me tienes, aunque no te guste’.

 

El PSOE actuará desde el Parlamento

 

Superado este primer contratiempo, Susana Díaz se dispone a intentar controlar la situación desde el Parlamento de Andalucía ya que presidirá el grupo más numeroso. No desaprovechará ningún resquicio que se abra en las negociaciones de la derecha para tomar posiciones. Si algo manejan los socialistas con precisión de relojeros son los reglamentos de la cámara autonómica que, en la nueva situación creada, adquiere una relevancia y un protagonismo excepcional nunca antes visto en 36 años de autonomía.

Esta semana que arranca PP y Ciudadanos van a empezar a ponerse de acuerdo para repartirse el poder sumando 47 escaños, los mismos con los que gobernó el susanismo en la última legislatura ayudados por Ciudadanos. La duda sigue estando en si será Juanma Moreno Bonilla o Juan Marín quien ocupe el palacio de San Telmo como presidente.

A tenor de lo que vienen planteando uno y otro partido, PP y Cs, no parece que estén dispuestos a incorporar en sus acuerdos a Vox cuyo papel, definitivamente, parece que va a quedar relegado a ser el del lobo guardián de las esencias. Abascal, en un alarde de coherencia, ya ha dicho que ellos no entran en un gobierno autonómico que, en verdad, quieren desnaturalizar o mejor liquidar.

Mientras la derecha acuerda y perfila quien presidirá el Parlamento y quien la Junta, algo que deberá quedar sustanciado antes de que llegue Papá Noel por la chimenea –el 27 de diciembre se constituirá el Parlamento– un auténtico terremoto empieza a detectarse en el seno de la administración autonómica. Ahora muchos de esos casi tres mil cargos de confianza se darán cuenta de lo poco o nada que sirve estar apuntado en la lista del Servicio Andaluz de Empleo, (SAE).

La pérdida del poder por parte de quienes lo han detentado durante tres décadas y media supondrá enviar a las listas del paro a miles de personas que integran la denominada ‘administración paralela de la Junta’ y donde se hallan decenas de Agencias, Consorcios, Fundaciones, Sociedades Mercantiles y Multicomunidades. En esas instituciones se encuentran centenares de familiares de altos cargos del PSOE que parece que trabajan, cobrando suculentas nóminas públicas desde hace años. Un completo listado en 15 folios bajo el título ‘Inventario de Entes Dependientes de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Situación a 01 de octubre de 2018’ está siendo repartido estos días entre los dirigentes de la derecha ‘vencedora’ para que no se olviden que ahí es donde ha radicado gran parte de los resortes de poder de la red clientelar montada durante años por los socialistas andaluces.

Se percibe, aparte de la lógica euforia por el éxito electoral de la derecha sobre la izquierda por vez primera en cuarenta años, una sensación de deseos de venganza por muchos de los que llegarán y, lo que es peor, bastantes están convencidos que gente de su cuerda ideológica ocuparán los huecos y chollos laborales que dejarán los de izquierdas. Más de lo mismo. De momento el electorado mayoritariamente ha quitado a quienes se han perpetuado durante casi cuatro décadas en el poder.

 

 

Sube la temperatura en la RTVA

 

Mención aparte en el escenario político generado tras el 2D merece Canal Sur, la radio y la televisión pública de Andalucía, una empresa pública en la que los andaluces invierten cada ejercicio unos 160 millones de euros, – casi 400.000 Euros diarios– que tiene unos 1500 empleados y cuya programación – excepto los informativos– la vienen realizando selectas productoras ‘pata negra’ con su propio personal externo, pese a que la plantilla de la RTVA está plagada de grandes y buenos profesionales. Siempre las mismas, siempre con los amigos productores del poder. Un auténtico disparate de gestión en manos de un director general interino durante años. La gestión patrimonial en Canal Sur de Joaquín Duran y su equipo está pidiendo a gritos una auditoria externa que analice a quién, cuánto y por qué se le han estado pagando auténticas millonadas cada año en producciones de dudosa calidad y escasa aceptación que no logran elevar la media de audiencia de la cadena situada en torno al 8%.

El único mérito del equipo directivo de la RTVA es haber permanecido fieles y leales a las consignas políticas emanadas desde el palacio de San Telmo y desde la sede regional del PSOE.  Y cuando a alguno de ellos se le ha pillado metiendo la mano lo despiden y luego lo colocan (oculto) en una productora semi pública y controlada por CSTV.

No obstante, la posición de Vox mostrándose partidarios del cierre de las televisiones autonómicas en general, y secundado en cierta forma por el Secretario General del PP, ha puesto de los nervios a todos, a los trabajadores de la plantilla, a los cuatro sindicatos presentes en la RTVA y de forma singular a profesionales muy significados como puntales mediáticos cercanos a los intereses del PSOE en los últimos años en aquella casa.  Estos últimos lo demuestran en las redes exhibiendo su preocupación por un cierre que, hoy por hoy y salvo que se modificase el Estatuto mediante referéndum, es del todo punto inviable.

En ámbitos sindicales preocupa no un cierre, que efectivamente se considera imposible, sino dejar la RTVA reducida a la mínima expresión tras un Ere brutal y un recorte presupuestario que impediría a Canal Sur TV seguir compitiendo con el resto de televisiones generalistas – especialmente con Tele5– tal y como viene intentando hacer, sin éxito, desde su creación hace treinta años.

 

Este artículo se publicó ayer lunes día 10 de diciembre en Voz Populi.

 

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