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Parados y paradas, andaluces y andaluzas

¿Cómo de iguales somos cuando de paro y ocupación hablamos?

 

Continuamos con la mirada al mercado laboral andaluz que iniciamos la semana pasada, aprovechando que, ya saben, en poco menos de un mes habremos votado. Y, como seguro que también saben, somos una Comunidad superpreocupada por la igualdad. No por nada, tenemos una Presidenta, que mucho hablar de que aquí los socialistas llevan gobernando casi 40 años, pero la mayor parte del resto de España lleva toda la vida gobernada por un hombre, aunque no el mismo hombre todo el tiempo, lógicamente.

Bien, en esta campaña a punto de iniciarse, regresará la preocupación por la igualdad. Perfecto, aunque ¿Cómo de iguales somos cuando de paro y ocupación hablamos? No sea que la diferencia norte y sur respecto a las tasas de paro también se extienda a la evolución de paro y empleo por género.

 

Pero la mayor parte del resto de España lleva toda la vida gobernada por un hombre, aunque no el mismo hombre todo el tiempo, lógicamente.

 

Esa división parece muy clara en la tasa de paro, en general. Hay siete Comunidades -norte- por debajo del 10%; otras tres-también norte- que se aproximan a esa barrera y luego está el Sur con el paro superando el 20%. Andalucía no solo está en el Sur (en el del paro, digo), así en conjunto, sino que varias de sus provincias se ubicarían en el sur del sur. Tras la Ciudad autónoma de Ceuta, las siguientes cinco mayores tasas de paro corresponden a provincias de nuestra Comunidad.

Hay muchas razones para ello, desde históricas a la edad o actividad económica. Aquí hay más jóvenes, que sufren el paro en mayor medida que otras edades, menos industria y más ocupaciones sometidas al ritmo de las estaciones.  Pero, hoy quería, simplemente, establecer el marco y, en él, avanzar hacia el contenido del artículo: la igualdad.

Vaya, parte de las razones que explican un paro más elevado, mayor peso del turismo y la agricultura, pueden servir-en parte- para la diferencia según género, con la tasa de paro femenina 7,67 puntos por encima de la masculina. También en esto nos diferenciamos del norte. Sin contar las ciudades de Ceuta y Melilla, solo Extremadura Y Castilla La Mancha tienen una diferencia mayor (aunque en un punto, no crean que mucho más). Divergencia que se hace más notable si observamos que hay otras dos: Baleares y País Vasco donde la tasa de paro femenina es inferior a la de los hombres (y entre unos y otros no llegan al 10%, todo sea dicho).

 

Tras la Ciudad autónoma de Ceuta, las siguientes cinco mayores tasas de paro corresponden a provincias de nuestra Comunidad.

 

Así estamos, aunque lo importante es saber si avanzamos en igualdad en el empleo o, a diferencia de ese norte del que hablaba, nosotros vamos a lo nuestro. Parece que sí, que a lo nuestro, pues en estos doce últimos meses se han creado 60.500 empleos ocupados por hombres y 19.900 por mujeres. Como comparación -y contraste- en el País Vasco, la gran transformación en el mercado laboral de después de la crisis es este: todo el empleo creado el último año fue en femenino.

Sin embargo, también en Andalucía puede hablarse de un cambio del mercado laboral en lo que a la distribución de la ocupación por género se refiere. Pero durante la crisis y con el interrogante de si se mantendrá. Andalucía necesitaría recuperar 215.000 empleos para regresar al mismo número de 2007. Todo el empleo que falta por recuperar es masculino, porque hoy contamos con 56.000 mujeres trabajadoras más que entonces. La Gran Recesión afectó a sectores como la Construcción con un porcentaje de empleo masculino significativamente mayor que el femenino y, además y por ello, esa perdida del sueldo principal del hogar empujó a otros miembros de la familia, sobre todo mujeres, a salir al mercado de trabajo.

Pero avancemos ¿se mantendrá la tendencia a igualar empleos? Temo que no. Hemos visto el ejemplo del último año. Una Comunidad del norte en la que todo el empleo creado es femenino y Andalucía donde el 75% de los nuevos puestos de trabajo se suscribieron con hombres. Así, la participación de las mujeres en el total de personas con empleo cae medio punto en un año. En el verano de 2017, las mujeres eran el 43% de los empleados en Andalucía y ahora el 42,4%

 

Andalucía necesitaría recuperar 215.000 empleos para regresar al mismo número de 2007. Todo el empleo que falta por recuperar es masculino, porque hoy contamos con 56.000 mujeres trabajadoras más que entonces.

 

Hay más: desde el peor momento de la crisis, en el invierno de 2013, el número de empleos formalizados con hombres ha crecido en 332.000, mientras que el de mujeres en 153.000. Y no se trata de algo que afecte a empleos poco cualificados, por ejemplo en agricultura o Construcción, es general e, incluso, pero cuanto mayor nivel de estudios. Hace un año, el número de universitarias con empleo era ligeramente superior al de universitarios: 153.700 mujeres, 153.100 hombres. El empleo ha crecido en ambos grupos este año, cierto, pero inclinándose hacia los hombres, que hoy con 584.000 universitarios trabajando, suponen 23.000 más que mujeres con esos estudios.

El acceso al empleo permite a las personas no solo realizarse -que es lo que se dice cuando ganas poco: por lo menos te realizas- no, les permite también ser independientes y resulta, que también aquí y en la recuperación, el norte y el sur divergen otra vez, para mal.

Población activa ante las elecciones andaluzas