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Pascua Militar Vs Investidura

Sánchez es una amenaza para España al creerse capaz de solucionar el problema español en Cataluña negociando lo innegociable con cesiones.

 

 

Como un sándwich. Así se ha celebrado hoy la Pascua Militar-2020, aprisionada en el congreso de los diputados entre dos votaciones para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Y, sin embargo, ha sido un emparedamiento muy oportuno, al tratarse de una ceremonia originada por un hecho bélico: la recuperación de Menorca en 1782. El acto ha servido así para que todos recordemos el irrenunciable cometido constitucional de las FAS en defensa de la integridad territorial de España.

Presidida por SM El Rey, la PM-2020 se ha desarrollado en el Palacio Real con la alta precisión de los ritos militares. Sensación de normalidad que, a duras penas, lograba ocultar el inquieto mar de fondo que hoy baña al estamento militar.  La ministra de defensa en funciones, Margarita Robles, hizo un discurso atropellado, plano y con amplio uso de jabón tratando de ocultar la tensión. Una tirantez que viene de largo y cuyo más visible exponente ha sido el distanciamiento entre ella y el JEMAD, general Alejandre. Nada extrañaría que, de revalidar ella como ministra, ese último fuera relevado inmediatamente. El Rey estuvo predecible en su rol institucional.

Es muy previsible que, aunque por los pelos y en segunda votación, Sánchez sea investido mañana como presidente del Gobierno. Acto que daría paso a la formación de un Gobierno gestado de manera indecente. Un Gobierno que, al necesitar de 12 partidos para sostenerse, sería previsiblemente tan estéril como efímero.  Un Ejecutivo que saldría de una estafa del líder socialista al cuerpo electoral, al constituir una coalición con UP con el apoyo de los separatistas catalanes: exactamente lo contrario de su compromiso electoral. Don Pedro ha vuelto así a dar otra prueba de amoralidad que, en otros pagos más serios, le descalificarían para encabezar el Ejecutivo de la Nación. Estamos pues ante la inminencia de un Gobierno aritméticamente legal, pero geométricamente ilícito.

Sánchez es una amenaza para España al creerse capaz de solucionar el problema español en Cataluña negociando lo innegociable con cesiones, concesiones y regalos de lo que no le pertenece; de lo que es de todos. Aunque, afortunadamente, el Rey y la judicatura siguen constituyendo el gran obstáculo frente al separatismo; de ahí los ataques que reciben y que, hasta ahora, vienen superando. Detrás están las Fuerzas Armadas (FAS) con una misión constitucional muy concreta, a cumplir bajo la dirección del Gobierno constituido. Claro que el problema reside en cómo gestionar tal función directiva, si el Gobierno se comportase ilegítimamente…

El 2020 comienza con un pronóstico muy borrascoso. Seguramente, estrategas y asesores de la Zarzuela están muy al tanto. Aunque no sé qué es peor, si una penosa realidad o una artera esperanza.