The news is by your side.

Patriotas

Ser un patriota es que vayas evacuando un estadio de fútbol cuando la barbarie ha apretado el gatillo del Kalashnikov contra tu gente y cantes el himno de la república

Opinión / PEPE CONTRERAS.- Vaya por delante que temo en Europa una restricción de las libertades de todos los ciudadanos con el pretexto de la “guerra global contra el terrorismo”, algo que ocurrió en los Estados Unidos tras los atentados de las torres gemelas de Nueva York. Y que dejemos de hablar de los asuntos que nos importan en la campaña electoral ya sea con el pretexto del problema secesionista catalán o de los efectos de la masacre de París. Todo es importante, pero nos jugamos un Gobierno para los próximos cuatro años y tras ejercer nuestro derecho al voto no cabe marcha atrás. Por eso, hemos de liberarnos de miedos y votar en libertad el 20 de diciembre, centrarnos en ese debate sin perder de vista la influencia, segura, de acontecimientos externos en la política española. Porque nos jugamos el futuro de España.

Mi padre, hijo de españoles emigrados, nació en una pequeña aldea francesa, Goulles. Se marchó con su familia a nuestra patria en los años más difíciles de su historia, bajo gobierno del general Franco. Francia me gusta, allí ser un patriota no es ser un facha, como aquí entienden muchos. No, ser un patriota es que vayas evacuando un estadio de fútbol cuando la barbarie ha apretado el gatillo del kalashnikov contra tu gente y cantes La Marsellesa, el himno de la república, o que apoyes sin dudar las acciones de tu Gobierno, consciente de que tú les has elegido para lo bueno y para lo malo. Francia es democracia, tolerancia, libertad, igualdad, fraternidad y eso no se puede anular o reducir bajo el pretexto del miedo.

Recuerdo que en un cajón de su mesita de noche, en nuestra modesta casa de barrio, en Jerez, mi padre José guardaba algunos libros de texto maltratados por el tiempo. Era una delicia escuchar su tono al leer en francés, idioma que estaba seguro no tardaría en aprender, aunque ahora me sea más útil hablar y escribir inglés. Me siento francés, español, ciudadano europeo en definitiva, pese a los defectos que tenga la lenta maquinaria de la UE, que me desespera. La oleada de ciudadanos que huyen de Siria, entre otros países, se encuentra ahora con los mismos responsables de la guerra en su país están provocando el cierre de fronteras europeas y que un manto de sospecha cae sin remedio sobre aquellos que huyen del horror. 

Los momentos duros de la historia de un país ponen a prueba a sus ciudadanos y, sobre todo, a sus gobernantes. Solo quien ha vivido una ciudad golpeada por el terror sin misericordia, como lo fue Madrid aquel 11 de marzo de 2004, puede comprender lo que se siente en estos días, un dolor que no cesa.

De estos días me impresiona ver al presidente de la República de Francia, Francois Hollande en París, inspirado en la senda de la Patriot Act y la Homeland de George Bush, surgidas tras los atentados del 11-S y aquella guerra global contra el terrorismo en la que, muy a pesar del presidente Rodríguez Zapatero, jugamos nuestro papel, con fragata, en el despliegue norteamericano en aguas de Oriente Medio, a tiro de misil de Irak. Los momentos duros de la historia de un país ponen a prueba a sus ciudadanos y, sobre todo, a sus gobernantes. Solo quien ha vivido una ciudad golpeada por el terror sin misericordia, como lo fue Madrid aquel 11 de marzo de 2004, puede comprender lo que se siente en estos días, un dolor que no cesa.

Una de las ventajas de haber trabajado casi cuatro años muy duros en Madrid es que allí tengo buenos amigos y contactos que nunca, lo admito, me han fallado cuando he necesitado conocer si lo que nos llega a la periferia es verdad o, más simplemente, lo que se cuece en la capital de España. Eso se llama agenda y se hace poco a poco. Pues bien, una de esas fuentes fiables, bien situadas, me advierte de que si hace unas semanas el resultado de las elecciones era toda una incógnita, los acontecimientos en Francia pueden terminar influyendo, y mucho, en la tendencia de voto. Unan a eso otras posibles decisiones en el ámbito económico que aligeren el peso a familias y pymes. “El miedo es un factor a tener en cuenta, por lo que todos los líderes tienen que hilar fino en su carrera hacia La Moncloa, querido Pepe, muy fino”, me dice mi amigo, mientras observa las calles la capital de un país herido como Francia.