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Patxi, Pedro y Susana, tres ruedas para un carro roto

Francisco Rubiales
Francisco Rubiales*

Versión política actualizada de la película «El bueno, el feo y el malo». Susana quiere ser la «Buena», pero no lo consigue, Patxi es, sin duda, el «Feo» y el puesto de «Malo» no se lo quita nadie a Pedro Sánchez. Son las tres ruedas de un carro roto llamado PSOE, que hace muchas décadas que no vivía momentos de tanta debilidad y desprestigio. Los tres políticos se disputarán los despojos de un partido socialista que, junto con el PP, ha contraído grandes deudas con la decencia, con España y con los españoles por haber gobernado sin tino, acierto ni grandeza un país como España, que podría haber sido una gran nación después de la muerte de Franco pero que, por culpa del mal gobierno de socialistas y peperos y de la corrupción política general, es hoy una pocilga medio rota, injusta, desigual, corrupta, despilfarradora, problemática y endeudada hasta el tuétano.

Deberían debatir primero qué PSOE quieren para el futuro y después elegir al que mejor encarne ese modelo, pero hacen lo contrario: eligen a un dirigente para que después haga lo que quiera con el partido, siempre que «reparta» poder y privilegios, que es lo único que parece importarle a la militancia.

Susana es, en teoría, la mas «fuerte» porque tiene el apoyo del aparato y de gran parte del socialismo andaluz, que es el más nutrido de España, pero al mismo tiempo es la mas «débil» porque no tiene atractivo popular, nunca ha ganado unas elecciones y proyecta una imagen de poca solvencia profesional y de escaso liderazgo. Siempre ha temido una confrontación abierta y quería heredar el maltrecho PSOE por aclamación, pero ha tenido que aceptar el que será el mayor desafío de su carrera política: unas primarias libres y cuchillo corto con la militancia socialista como juez supremo.Patxi es poco creíble como candidato y muchos le ven como comodín que el final puede aliarse con Susana para derrotar a la «bestia» de Pedro Sánchez, un tipo resentido y herido que, si gana, practicará en las filas socialistas una purga que recordará a las más duras del estalinismo.

Susana ha tenido que aceptar el que será el mayor desafío de su carrera política: unas primarias libres y cuchillo corto con la militancia socialista como juez supremo. 

Pedro Sánchez es el «malo», el proscrito por los jerarcas de su propio partido, pero también el más fuerte dialécticamente y el que cuenta con más apoyos de la militancia radicalizada, aquella que se siente humillada ante la pérdida constante de votos de su partido y teme que no haya espacio para ellos en los futuros repartos de privilegios. Sánchez es el más temible adversario para Susana, que sólo puede aspirar a derrotarlo si une sus fuerzas a las de Patxi. «Dos contra uno … para cada uno», les gritarán los partidarios del «No es No» y de una alianza con Podemos para derrocar al PP, un paso que podría ser suicida para el PSOE y que ahora patrocina el desesperado Pedro Sánchez, consciente de que es el único camino que tiene para gobernar.

Todo en el PSOE es absurdo y frustrante. Todas las energías volcadas en la batalla interna, sin que nadie asuma que el partido, tras la desaparición de ETA, es ya la asociación más delictiva de España, junto con el PP, a juzgar por el número de sospechosos, imputados y condenados en los tribunales de Justicia, a los que habría que agregar los miles de políticos socialistas que son incapaces de justificar sus abultados patrimonios, imposibles de acumular con sus simples sueldos oficiales.

El PSOE, si no da un giro de 180 grados a su errática trayectoria, perecerá. Ahora debería estar pidiendo perdón a los españoles por los estragos que les ha causado gobernando y zarandeando el partido para limpiarlo de chorizos y regenerarlo, pero está estúpidamente dedicado al duelo entre tres matones de pacotilla.

El PSOE, si no da un giro de 180 grados a su errática trayectoria, perecerá.

La lucha entre el bueno, el feo y el malo será a muerte y se convertirá en un duelo a dos bandas: el feo Patxi, unido a la buena Susana, contra el malo Sánchez. Gane quien gane, el PSOE no tendrá horizonte, ni esperanza.

Si gana Sánchez, la ruta que emprenderá el partido, al lado de Podemos, es un campo de minas en el que lo más probable es que pierda las piernas, junto con la ideología, lo que le queda de ética y el sentido de Estado. Si gana Susasa, los socialistas y quizás también los españoles pronto comprenderán que ella, presidenta actual de una Andalucía que nada en la corrupción, con dos ex presidente condenados y que ocupa uno de los puestos de cola en toda Europa como región corrupta y atrasada, carece de la preparación y la grandeza mínima suficiente para liderar nada, ni siquiera el degradado socialismo español.

El feo parece el menos malo, el malo es el mas listo y el más falso, mientras que la buena es la más mediocre. Mal asunto para los socialistas …. y para los españoles.

*Francisco Rubiales es periodista.

@frarumo