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Pedrea militar

Un general (no raso) me escribe algo alarmado: “¡Esto se hunde sin remedio!”  Pero no, que no cunda el pánico.

 

La pedrea en Defensa ha sido menguada. Aunque lo del EMAD haya sido, a la vez, pedrea y pedrada. La primera le ha tocado al general Villarroya, el nuevo JEMAD, al que deseo muchísima suerte en su elevada función, que demanda un solvente equipaje. La pedrada se la ha dado la ministra Robles al general Alejandre. Su relevo estaba cantado por su constante, clara y valiente denuncia del bajo nivel de operatividad de las FAS. Lo que no era imaginable es que la ministra engañara al general asegurándole, el día 13 pasado, que no cesaría hasta el viernes (17). Y, al día siguiente, en un ramalazo de mezquindad, ella llevara el cese al consejo de ministros. Después, se lo comunicaba al general Alejandre, en plena reunión de los CHOD,s aliados en Bruselas, por teléfono (al menos no lo hizo por  WhatsApp).

”Os exhorto a seguir defendiendo a su Majestad El Rey”, es la frase medular de la carta de despedida del  JEMAD a los militares. El monarca, junto con el poder judicial y las Fuerzas Armadas constituyen hoy el fenomenal tridente defensivo de la Nación y su Estado. Es evidente que los dos primeros están siendo acosados. El ataque a la institución militar podría haber comenzado. Un general (no raso) me escribe algo alarmado: “¡Esto se hunde sin remedio!”  Pero no, que no cunda el pánico. Aunque la coalición gubernamental del sanchismo, explícita con la extrema izquierda e implícita con el separatismo, genera desconfianza, al nuevo Gobierno no le va a resultar fácil hundir el barco español. Antes de que tal sucediera, tendrían que pasar tantas cosas…

De momento, la pedrea no ha alcanzado a las jefaturas de Estado Mayor de los Ejércitos y la Armada. Es posible que doña Margarita, mirando de reojo hacia la potencial renovación de los altos tribunales (Constitucional y Supremo), pretenda dejar a su potencial sucesor tal cambio.  Aunque mi pálpito es que ella simplemente se toma tiempo (razón política de primer orden) para, previendo los malos vientos que se perciben en el horizonte ―porque tonta no es―, aquilatar la oportunidad política para esos tres relevos.

La única buena noticia es el ascenso a TG del GD Amador Enseñat, uno de los oficiales más sólidos, tanto intelectual como profesionalmente, en el conjunto de las FAS. Condiciones que, junto a su excepcional polivalencia, hacen de su nombramiento como jefe del gabinete técnico de la ministra un acierto―al César lo que es del César―.

Me queda explicitar mi plena adhesión a las últimas palabras de la carta de despedida del General Alejandre: “Ante todo España, sobre todo España, siempre España”.