The news is by your side.

Pedro Sánchez y el Gobierno prescindible

Javier_Menezo
Javier Menezo

Este artículo sería una continuación del que hace un par de semanas me publicó este mismo medio titulado Pedro Sánchez, la tarea del héroe. Medio país ha terminado emulando a aquellos kreminólogos de la guerra fría dedicados a interpretar cualquier gesto de los miembros del politburó y ahora somos pedrólogos, neoespecie científica lanzada a escrutar tras sus frases, sus gestos o simples rumores cuál será su futuro y, de paso, el de su partido y el país.

Este año Pedro Sánchez ha demostrado una resistencia notable en un ambiente marcadamente hostil. El outsider, el hombre que llegaba desde fuera de la estructura del partido y que por lo mismo le tenían por un nuevo Borrell, ha ido descolocando a todos. Era enero cuando un desencajado Sánchez se dirigía a su comité federal que le prohibió de todo. Ni negociar con Rajoy, ni con Podemos y casi ni comentar en casa como le iba en el trabajo. Más hoy contemplamos como la persona a la que ya veían apuntándose al desempleo hizo suyo el dicho árabe, siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo. A fe mía que los va a ver pasar a todos.

Si Susana Díaz hubiera ojeado El Príncipe habría tropezado con el capítulo que Maquiavelo escribió justo después de perder sus opciones en política, el relativo a la fortuna.

No digo con esto que para su partido o el país no le hubiera ido mejor por ejemplo la experimentada y carismática dirigente andaluza. ¿Quién lo sabe? Pero lo cierto es que ella está descartada y haría bien en asumirlo, de ahí que la advertencia del se­cre­tario de or­ga­ni­za­ción del PSOE-A, Juan Cornejo, no haya inmutado el gesto de un Sánchez imperturbable y ni suscitado elucubraciones sobre coger trenes en el resto de los ciudadanos.

Si Susana Díaz hubiera ojeado El Príncipe habría tropezado con el capítulo que Maquiavelo escribió justo después de perder sus opciones en política, el relativo a la fortuna. En él concluye: “Es mejor ser obstinado que cauto. Se cede con más frecuencia ante aquellos que actúan con valentía que ante quienes lo hacen de forma calculada”. Ella siempre fue obstinada y para un momento que fue cauta se encuentra con Sánchez, para el que obstinación es su segundo apellido. La influencia de los barones que gobiernan, además, se van diluyendo a medida que la ausencia de Gobierno impide ejecutar el incremento de fondos que las Comunidades Autónomas con recibir. Bastante tienen pues con los problemas de casa.

Diría que hemos aprendido a vivir solos y ya no demandamos un Gobierno por el hecho de tenerlo sino un Gobierno para algo. Pedro Sánchez ha resistido y está hoy en mejor posición que antes.

Lo mismo se puede decir de las Autonomías gobernadas por el PP y del Presidente en funciones que encima comete fallos como el caso Soria para beneficio de Pedro Sánchez. Así que sí, no sólo a los de dentro de su casa, hasta el cadáver político de sus rivales a derecha e izquierda va a ver pasar. Quién sabe si al final, su imperturbabilidad y su obstinación no será lo que le haga Presidente del Gobierno y ello porque los ciudadanos ya han interiorizado que habrá terceras elecciones y que la falta de Gobierno no ha sido dramática, de forma que los anatemas de Rajoy no impresionan. Diría que hemos aprendido a vivir solos y ya no demandamos un Gobierno por el hecho de tenerlo sino un Gobierno para algo. Pedro Sánchez ha resistido y está hoy en mejor posición que antes.
Hay un problema, claro está, pero no se le ve a él como el principal responsable, ni mucho menos. En este año la distancia entre el mundo de los ciudadanos y el mundo de los políticos se ha agrandado y la interacción entre ambos no ha dejado de disminuir. Los ciudadanos han visto que en esta crisis las instituciones que han fallado son las electivas y eso si es preocupante. No ha fallado la máquina burocrática. La Administración ha seguido funcionando. Los que llegaban a la edad de jubilación ha accedido a sus pensiones y quienes tenían que renovar el DNI han sacado su cita. Lo que las élites políticas han trasladado sin querer a los electores es que si su voto antes significaba poco ahora ya no significa nada y en esa nada dará igual votar tres veces o el día en que se vote. Por otra parte entre las formas torpes de defender la necesidad de un Gobierno se está insistiendo en la peor de todas. Necesitamos uno que elabore un proyecto de presupuestos que después enmiende Bruselas. A la anti política nacional vamos a sumar el rechazo a la política europea. Al fallar lo electivo la confianza en quienes viven de ello, los partidos políticos, toca suelo. Este año nos ha ofrecido una nueva forma de democracia en la que los ciudadanos hacen su vida y los políticos la suya, sin mezclarse ni confluir.

No sé que nos deparará el futuro, pero las cosas no volverán a ser las mismas, hemos perdido el respeto por la clase política y los ciudadanos ven que pueden imponer cosas que los partidos no consiguen, fíjense en el caso Soria.

Pues bien, creo que cada día las dudas sobre unas terceras elecciones disminuyen y en paralelo aumenta la convicción de la futilidad del actual sistema político lo que no significa que los ciudadanos abandonen la idea democrática, más bien nos encontramos en el comienzo de una forma nueva de entenderla con consecuencias difíciles de prever, pero más vale que tengamos la mente abierta al cambio. Pedro Sánchez, por azar o por necesidad, parece tenerla y sacarle rédito. Ha sobrevivido un año y verán cómo sobrevive más. A sus enemigos internos, los que confiaban en las viejas formas de hacer las cosas, que si dimite, que si me aclaman, lo que les queda es aceptar la realidad. Los rivales externos empiezan a pensar que les va a marear a todos hasta salirse con la suya y quizás sea mejor ceder. No sé que nos deparará el futuro, pero las cosas no volverán a ser las mismas, hemos perdido el respeto por la clase política y los ciudadanos ven que pueden imponer cosas que los partidos no consiguen fíjense en el caso Soria que ya estaba dimitido cuando aún no habían registrado la petición de comparecencia del ministro. Así los huecos que los partidos van dejando los empieza a ocupar una sociedad civil permanentemente irritada por ello estoy convencido de que en la Navidad de 2017 muchos de los actuales líderes políticos serán historia. Más no lo duden, Pedro Sánchez no será uno de ellos.