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Pobreza y depresión

Las dificultades de los padres para llevar correctamente a cabo su paternidad no se deben solo a la pobreza o a los problemas que tienen en ese momento.

Artículos con alma

 

Todos los datos parecen indicar que la depresión, la pobreza y la exclusión social van cogidas de la mano. Algunos autores han sugerido que carecer de recursos económicos es un disparadero frecuente de depresión como forma de humillación y de frustración pero no son solo los bajos ingresos o los múltiples problemas por si mismos los causantes de padecer depresión. Las mujeres pobres se consideran a sí mismas como abandonadas, apáticas e incluso irritables, pero, normalmente, no como depresivas. Se ha comprobado que las mujeres que viven en sitios o en situaciones de pobreza, que llevan y afrontan bien la relación  con sus niños, tienen bastante menos síntomas depresivos.

 

Lo que parece ser más importante para desarrollar depresión en adultos  es si tuvieron o no una buena relación con su propia madre, e incluso con su padre, cuando niñas o niños.

 

Las dificultades de los padres para llevar correctamente a cabo su paternidad no se deben solo a la pobreza o a los problemas que tienen en ese momento, sino a vivir en un contexto vital con poca regulación desde pequeñitos y que han coloreado sus experiencias infantiles. Lo que parece ser más importante para desarrollar depresión en adultos  es si tuvieron o no una buena relación con su propia madre, e incluso con su padre, cuando niñas o niños. Por lo que el factor más decisivo y predictivo para sufrir depresión cuando adultos es una pobre relación con los padres. La mayoría de las madres depresivas buscan con avidez que se les preste atención cariñosa. Vivir con una madre que no está emocionalmente disponible afecta al desarrollo del cerebro del niño tanto como el aislamiento total, el cerebro de los niños necesita para desarrollarse y organizarse de interacción social y suficiente empatía y atención; mostrarle que como padres, para ellos eres  lo más grande e importante del mundo, que estamos interesados en ellos y que somos capaces de reaccionar positivamente ante sus cosas.

 

La mayoría de las madres depresivas buscan con avidez que se les preste atención cariñosa.

 

Todo esto es muy importante para el desarrollo de su corteza cerebral frontal, nuestro cerebro social, cuanto más deprimido se está menos actividad prefrontal y menos neurotransmisores como la serotonina y la norepinefrina se liberan, por lo que las personas depresivas  les va a costar más trabajo juzgar controlar adecuadamente las situaciones  a las que enfrentan y mucho menos capaces de manejar el estrés cotidiano. La mirada y la atención de un padre o de una madre hacen fuerte a los hijos como padre s es nuestra obligación.