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El poder del cuarto poder

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

Ea. Se acabaron las quinielas que nos tenían a todos hasta la coronilla y tan hartos de darle vueltas a la imaginación como la no cobra de Bisbal a Chenoa, verdadero trending topic de esta semana. Como imagino que mis compañeros de página dedicarán casi todos sus artículos a analizar el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy y la incorporación al mísmo de cuatro andaluces, entre ellos el ex alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, no quiero ser repetitivo y esta semana dedicaré mi comentario a otro asunto que estos últimos días me ha llegado a tocar las castañuelas por el hartazgo que me produce el empeño de algunos politiquillos de baja estofa y grandes aspavientos en matar al mensajero y culparle de todos sus errores. Como solían decir Tip y Coll al final de sus actuaciones: “La próxima semana hablaremos del Gobierno”

De siempre se ha dicho que la prensa es el cuarto poder. Que tras el ejecutivo, el legislativo y el judicial estaban los medios de comunicación (la prensa como tal ha quedado como algo casi residual y de escasa influencia) quienes lograban derribar gobiernos o crear líderes en un abrir y cerrar de ojos. Es cierto que en esta sociedad de masas la información es clave para unos partidos políticos que se ven obligados a “vender” una mercancía muchas veces averiada cuando no confusa. Y también es cierto que con la llegada masiva de internet y las redes sociales el acceso a los medios de comunicación se ha democratizado. Siendo todo eso cierto, como periodista me siento dolido de la estupidez que alcanzan algunos políticos de la nueva hornada empeñados en utilizar los medios de comunicación en beneficio propio y en matar al mensajero cuando esos mismos medios sacan a la luz algunas carencias o errores de los partidos y de sus líderes.

Mientras unos, el PSOE, montaban todo un entramado mediático amigo que les hacía el juego y les bailaba el agua, otros, el PP, nunca han sabido contrarrestar ese dominio comunicativo de sus adversarios.

 

Y es cierto que todas las fuerzas políticas, sean de derechas, de izquierdas, de centro o mediopensionistas siempre han querido manejar a los principales medios de comunicación. Pero también es cierto que mientras unos, el PSOE, montaban todo un entramado mediático amigo que les hacía el juego y les bailaba el agua, otros, el PP, nunca han sabido contrarrestar ese dominio comunicativo de sus adversarios. Al contrario, el lugar de desmontarlo cuando llegaban al poder y promover nuevos medios, trataban de atraérselo a base de oscuros favores bastante inútiles si se comprueba el resultado que le dieron.

Pero vayamos a lo concreto. Para el PSOE, Prisa ha sido siempre su estandarte, El País y la SER sus banderas de enganche que, con sus informaciones y sus editoriales, marcaban la línea a seguir por el partido. Algunos socialistas no entienden cómo el diario de Prisa le ha hecho la cama a Pedro Sánchez y éste, que se cree el salvador de la patria y la única encarnación de la esencia socialista, ha arrmetido publicamente contra los directivos de dicha empresa. La simple y cruda realidad es que Prisa no se ha movido de su sitio y que los errores de Sánchez, reiterados hasta la saciedad, le han acabado dando la razón a la empresa periodística y desacreditando a un individuo egocéntrico que, su hubiese continuado, habrái mrido a España y a los españoles en un lío muy superior al que nos metió en su momento su compañero Rodriguez Zapatero.

La simple y cruda realidad es que Prisa no se ha movido de su sitio y que los errores de Sánchez, reiterados hasta la saciedad, le han acabado dando la razón a la empresa periodística.

Siendo grave lo de Pedro Sánchez de no reconocer sus múltiples errores, es mucho peor el espectáculo que están dando los dirigentes de Unidos Podemos. Como hijos adoptivos de regímenes dictatoriales, como cachorros de ajadas dictaduras proletarias, Pablo Iglesias y sus muchachos no son capaces de admitir sus errores y su discurso siempre va dirigido, en el más puro estilo franquista, al contubernio judeo masónico y capitalista que trata de evitar por todos los medios su posible llegada al poder. Si alguien le acusa a alguno de ellos de estar a sueldo de Irán o de Venezuela, si algún medio saca a la luz que han especulado con una vivienda de protección oficial, que han gozado de una beca sin trabajar, que no han dado de alta a un empleado o que han promovido el cerco al Congreso, todo, todo es un invento, un infuncio de los medios de comunicación de derechas y de los lobbies bancarios que pretenden destruirlos. Eso sí, salvando siempre a La Sexta y la Cuatro que son las únicas cadenas que siguen dándoles cancha para que expongan sus sandeces. Y, qué pura casualidad que la Sexta es propiedad de Atresmedia comandada por el Grupo Planeta que fudara José Manuel Lara y la Cuatro es de Mediaset o, lo que es lo mismo, de los italianos del Grupo de Silvio Berlusconi. Así que menos lobos Caperucita que aquí todos sabemos con quiénes nos jugamos los cuartos. Y por favor, dejad tranquilo al mensajero que bastante tiene con aguantaros.

 

 

*Benito Fernandez es Periodista