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Poderoso caballero es don dinero

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

Ya estamos otra vez con lo de siempre que viene el lobo, que viene el lobo. Y el lobo ya está aquí. La Seguridad Social se ha visto obligada a pedir un préstamo de seis mil millones de euros para poder hacer frente a la paga extra de junio de los pensionistas españoles dado que la caja de las pensiones esta tiritando. Ello significa que a medio plazo los jubilados de este país, que han cotizado toda su vida laboral, van a ver recortadas sus prestaciones dado que la pirámide de población está envejeciendo a pasos agigantados y las aportaciones de la población trabajadora, con contratos basura, sueldos mínimos y cotizaciones ridículas, es cada vez más escasa. Al menos uestros hijos ya han asumido que no serán beneficiarios de pensiones públicas ni de lejos cercanas a las que han cobrado o cobran sus padres.

 

Todos sabemos que el futuro de las pensiones, no ya a largo plazo, sino a medio o corto, es cuando menos complicado, por no tildarlo de nefasto. Hasta aquí nada nuevo bajo el sol en una sociedad mas o menos opulenta que se está suicidando sin que nadie, ni los políticos que la dirigen ni los propios pensionistas, mueva un dedo para buscar soluciones urgentes a un problema que va engordando día a día como una nefasta bola de nieve y que acabará poniendo a nuestros jubilados y sus escasos recursos en manos en entidades privadas que harán su agosto con los planes de pensiones alternativos. Todos ello para los escasos trabajadores que cobren lo suficiente como para poder pagarlos y que cada vez serán menos.

Digo yo que contrasta esta falta de medios públicos para pagar pensiones, ese vivo sin vivir en mí en el que se está convirtiendo este espinoso asunto para millones de españoles con el despilfarro que rodea a la clase política.

 

Sentada esta premisa que creo que compartimos millones de españoles, permítanme que ejerza de Pedro Sánchez o de Pablo Iglesias y me convierta en un puro demagogo populista. Digo yo que contrasta esta falta de medios públicos para pagar pensiones, ese vivo sin vivir en mí en el que se está convirtiendo este espinoso asunto para millones de españoles con el despilfarro que rodea a la clase política. Y no me refiero sólo, aunque también, a la multiplcación geométrica de cargospúblicos a cargo del presupuesto que pululan entre el Estado central (Congreso, Senado, Gobierno y otras instituciones) y las diecisiete autonomías (con la duplicidad de Parlamentos y cargos) que se cuentan por miles, sino los otros tantos asesores que rodean a cualquier mindundi con un cargo público.

 

¿Cuantos millones de euros nos cuestan anualmente a los españoles esa absoluta inflación de políticos que no tinene parangón con cualquier otro país de nuestro entorno ni incluso los más ricos?. Si a ello le añadimos los más de cuarenta mil millones anuales que, según los expertos, nos cuesta a los españoles la diaria corrupción política, uno se pregunta si no sería más lógico recortar algo por esta parte del gasto antes que quitarle dinero a los pensionistas que se han sacrificado toda su vida laboral cotizando y manteniendo el sistema para conseguir la consolidación de un estado del bienestar que puede irse al garete a las primeras de cambio.

Convendría, por lo tanto, que los millones de españoles que se hallan en mi misma situación dejaran de estar callados y se movilizaran de alguna manera para evitar o al menos retrasar el anunciado desastre que amenaza a nuestra Seguridad Social.

 

Porque esa es otra. ¿Se merecen estos políicos que nos representan o dicen representarnos sus sueldos y sus más que excesivas prerrogativas? El lamentable espectáculo que algunos de nuestros representantes políticos han dado esta semana en los actos conmemorativos del cuarenta aniversario de las primeras elecciones democráticas en el Palacio del Congreso de la Carrera de San Jerónimo ha sido digno de una película de Berlanga. La parodia demagógica gerracivilista de los muchachos de Podemos, la ausencia injustificada y escasamente explicada de uno de los principales protagonistas del evento, el Rey emérito, Don Juan Carlos, o la consabida discusión y polémica recurrente entre monarquía y república a la que se echa mano cada vez que se celebra una efemérides, dan una somera idea del nivel que tiene nuestra actual clase política.

 

Imagino que habrán supuesto que el que firma este artículo es pensionista. No les falta razón y de ahí mi preocupación porque la hucha de las pensiones, de la que espero seguir cobrando al menos unos años, no se agote antes de tiempo. Convendría, por lo tanto, que los millones de españoles que se hallan en mi misma situación dejaran de estar callados y se movilizaran de alguna manera para evitar o al menos retrasar el anunciado desastre que amenaza a nuestra Seguridad Social y al Estado del bienestar que tanto trabajo nos ha costado levantar. Hay que hacer algo cuanto antes. Por nosotros mismos y por nuestros hijos.

*Benito Fernández es Periodista.

@maxurgavo